Debate de vuelo gallin¨¢ceo
La controversia soberanista se puebla de insultos, improperios y exageraciones que en nada contribuyen a un debate maduro
Mientras el ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, y el portavoz del Gobierno catal¨¢n, Francesc Homs, se bat¨ªan en duelo en el tablero internacional con sendos informes sobre las consecuencias de la independencia de Catalu?a a modo de florete, el espacio radioel¨¦ctrico catal¨¢n acusaba esta semana el en¨¦simo calent¨®n de un debate que tiende con excesiva frecuencia a la desmesura.
Tanto los argumentos y datos contenidos en el informe enviado por Garc¨ªa-Margallo a las embajadas como la respuesta del Gobierno catal¨¢n resultan casi versallescos al lado de las expresiones vertidas por algunos l¨ªderes independentistas en los ¨²ltimos d¨ªas en distintos foros y debates.
Especialmente enconada ha sido la reacci¨®n a un manifiesto firmado por unos 60 directivos y profesionales de empresas extranjeras ubicadas en Catalu?a contra el proceso soberanista. Advert¨ªan estos directivos, en un documento bautizado como Declaraci¨®n de Barcelona, que la independencia de Catalu?a ser¨ªa nefasta para la econom¨ªa por la inseguridad jur¨ªdica que comportar¨ªa la salida de la UE y del euro.
Una de las voces m¨¢s estridentes en su reacci¨®n fue la del diputado en el Congreso por ERC, Joan Tard¨¤, quien en un tuit, dijo: ¡°Es penoso que directivos de empresas alemanas, enriquecidas gracias al nazismo y c¨®mplices de millones de asesinatos, critiquen el nacionalismo catal¨¢n¡±. Ah¨ª queda eso. Tampoco se qued¨® corta la diputada de la CUP Isabel Vallet: la opini¨®n de los empresarios alemanes ¡°me la trae floja¡±. Menos mal que luego la diputada reconoci¨® haber respondido de forma ¡°burda¡±...
Resulta lamentable que el debate p¨²blico adopte este tono de vuelo gallin¨¢ceo en un asunto tan grave y tan delicado. Recurrir al insulto, el improperio o a la descalificaci¨®n del oponente no es la mejor forma de defender las propias posiciones. Y aunque no llega a los extremos citados, tampoco ayudan las exageraciones, como la de decir que la situaci¨®n en Catalu?a pueda evolucionar hacia una tensi¨®n como la que vive Ucrania (Francesc Homs) o la de afirmar que al Gobierno catal¨¢n no le interesa la recuperaci¨®n econ¨®mica para poder sostener su bandera (Crist¨®bal Montoro).
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