Demasiado maltrato
La encuesta europea sobre violencia contra las mujeres indica que hay que reforzar la prevenci¨®n
Gracias a un encargo del Parlamento Europeo podemos tener una radiograf¨ªa de los niveles de violencia que sufren las mujeres en Europa. Los datos suponen un serio toque de atenci¨®n sobre una realidad que deber¨ªa estar cambiando m¨¢s r¨¢pidamente: un 33% de las mujeres europeas ha sufrido alguna experiencia de violencia f¨ªsica y/o sexual, un 22% ha sido maltratada por su pareja y un 5% violada. Esto es lo que revela una encuesta realizada por la Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE a 42.000 mujeres, a raz¨®n de 1.500 entrevistas en cada uno de los 28 pa¨ªses miembros. No caben pues dudas sobre la fiabilidad de la muestra. El resultado indica el largo trecho que queda por recorrer, especialmente si se tiene en cuenta que el 67% de las mujeres maltratadas por su pareja no lo comunic¨® a nadie.
Entre la mucha informaci¨®n que aporta la encuesta sobresale la existencia de soprendentes diferencias que pulverizan ciertos t¨®picos sobre norte y sur. En concreto, en los pa¨ªses del norte se observa un nivel de maltrato muy superior al que presentan los del sur. Mientras en Finalandia, por ejemplo, el 47% de las mujeres ha sufrido violencia f¨ªsica o sexual, en Espa?a ese porcentaje es del 22%. Y mientras en pa¨ªses como Dinamarca o Suecia el porcentaje de mujeres que dice haber sido maltratada por su pareja oscila alrededor del 30%, en los pa¨ªses del sur est¨¢ en torno al 20%. Espa?a, con un 13%, figura entre los pa¨ªses con menor maltrato por parte de la pareja.
Podr¨ªa pensarse que estas diferencias se deben a una mayor sensibilidad ante la violencia por parte de las mujeres que viven en las sociedades m¨¢s igualitarias, pero no parece ser el caso. Precisamente para evitar los sesgos derivados de las diferencias de percepci¨®n, la encuesta fue dise?ada de manera que las mujeres no calificaran la agresi¨®n, sino que respondieran a una bater¨ªa de preguntas muy concretas y detalladas, como si hab¨ªan sido abofeteadas por su pareja, si alguien les hab¨ªa tocado los pechos u otras partes de su cuerpo sin su permiso, si hab¨ªan recibido fotos pornogr¨¢ficas de jefes o compa?eros con proposiciones sexuales, etc¨¦tera.
Editoriales anteriores
Es plausible que las diferencias se deban a factores muy diversos. Por ejemplo, que all¨ª donde hace m¨¢s tiempo que se aplican pol¨ªticas de igualdad, las mujeres entran con mayor frecuencia en confrontaci¨®n con los hombres; o que la mayor resignaci¨®n de las mujeres del sur a tener relaciones desiguales, por razones religiosas y culturales, y la menor promoci¨®n profesional les evitar¨ªa situaciones de pugna con los hombres. En todo caso, la herramienta est¨¢ ah¨ª y ahora queda el trabajo de interpretar la informaci¨®n, con datos tan relevantes como que el 75% de las mujeres de alto nivel profesional ha sufrido acoso sexual. Este y otros aspectos sugieren que el camino de la igualdad, lejos de ser pac¨ªfico, se torna m¨¢s problem¨¢tico cuanto m¨¢s progresa. Lo cual no debe llevarnos a cejar en el empe?o, sino a profundizar en medidas espec¨ªficas de prevenci¨®n, con especial incidencia en el ¨¢mbito de la educaci¨®n.
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