La revoluci¨®n de Renzi
El nuevo l¨ªder italiano aborda unas reformas extraordinariamente ambiciosas
En La Grande Bellezza,ganadora de un Oscar como mejor pel¨ªcula extranjera, un heredero de Federico Fellini nos muestra una Italia adormecida. El director Paolo Sorrentino presenta al pa¨ªs en la piel de JepGambardella, que alguna vez fue un famoso escritor pero que, entre fiestas locas y mujeres, se ha olvidado de escribir. Es una Italia seducida por las formas pero desprovista de contenido.
Tras 20 a?os de par¨¢lisis pol¨ªtica, la met¨¢fora es directa. Es dif¨ªcil pasar unas semanas ¡ªpara qu¨¦ hablar de algunos meses¡ª sin un nuevo libro o art¨ªculo sobre el fin de la dolce vita, asfixiada entre la falta de crecimiento y la incre¨ªble, pero real, supervivencia pol¨ªtica de Silvio Berlusconi.
Una de las posibles respuestas a la paradoja italiana es la que propone Beppe Grillo, el comediante convertido en populista que lidera el Movimento 5 Stelle. A Grillo le gusta hablar de salir del euro y dejar de pagar las deudas. En ¨¦poca de crisis, paro juvenil y malestar social, este populismo es popular. L¨®gico.
Fue extra?o ver la discusi¨®n sobre La Grande Bellezza el pasado domingo en una entrevista televisada con Matteo Renzi, el primer ministro m¨¢s joven en la historia de Italia. Pero fue incluso m¨¢s extra?o c¨®mo prefiri¨® discutir la gran belleza del arte italiano en vez del mensaje superficialmente negativo del largometraje. No solo eso: Renzi utiliz¨® el filme para defender sus ambiciosas reformas para Italia.
Es una respuesta diametralmente opuesta a la de Grillo: estamos acostumbrados a leer sobre la decadencia italiana, pero casi nadie habla de la promesa de reconstruir Italia. Si hay una respuesta al populismo, debe ser la de una pol¨ªtica positiva. Esto es lo que trae el nuevo premier italiano.
Renzi logr¨® notoriedad hace algunos a?os cuando, siendo alcalde de Florencia, apoy¨® muchas de las reformas del Gobierno tecnocr¨¢tico de Mario Monti. Desde el seno del Partito Democr¨¢tico (PD), Renzi propon¨ªa el Montismo sin Monti. Quer¨ªa as¨ª vender las reformas dif¨ªciles de manera democr¨¢tica y abierta, sin escudarse en eso de las imposiciones de Bruselas.
No era una estrategia f¨¢cil, sobre todo viniendo de un partido que tiene una suerte de cord¨®n umbilical con los sindicatos italianos. As¨ª, Renzi perdi¨® su primera elecci¨®n para liderar el partido. Sin embargo, en noviembre el electorado respondi¨® d¨¢ndole una victoria hist¨®rica, muy a pesar de la oposici¨®n sindical.
Ahora Renzi ha prometido unos primeros 100 d¨ªas extremadamente ambiciosos: nueva ley electoral, reducci¨®n del coste de la pol¨ªtica, rebaja de la presi¨®n impositiva, nuevas inversiones en infraestructura y educaci¨®n... Y todo eso con el primer gabinete en la historia italiana con tantas mujeres como hombres.
Tener un perfil din¨¢mico en los medios es esencial para esta estrategia, comenzando con un discurso inaugural en el Senado en el que Renzi se atrevi¨® a decir que ser italiano es un orgullo. ¡°No son la canciller [alemana Angela] Merkel o el presidente [Draghi] los que nos piden ser serios con nuestras deudas. Es lo que le debemos a nuestros hijos¡±, dijo.
Muchos le han criticado por haber negociado su primera gran reforma, la electoral, con Berlusconi, el Mefist¨®feles de la izquierda italiana. Pero solo mediante un acuerdo con Berlusconi ¡ªl¨ªder de la oposici¨®n como cabeza de Forza Italia¡ª se pod¨ªa aprobar una reforma electoral viable. Y as¨ª ocurri¨® ayer en la C¨¢mara de Diputados (a la espera, ahora, del Senado). Nada menos que cuatro Gobiernos italianos calificaron de ¡°esencial¡± esta reforma, pero solo este Gabinete la logr¨®, y a tres semanas de su creaci¨®n.
El pr¨®ximo objetivo es aliviar la crisis, bajando la presi¨®n fiscal para los que menos ganan y reduciendo radicalmente el coste de la pol¨ªtica. Son reformas dif¨ªciles de etiquetar simplemente como de derecha o de izquierda. Pero son sensatas: solo con menos burocracia y menos impuestos para los m¨¢s pobres puede haber una econom¨ªa m¨¢s din¨¢mica. Y sobre la reforma del Senado italiano, ?por qu¨¦ un pa¨ªs del tama?o de Italia habr¨ªa de necesitar el doble de legisladores que EE?UU?
Estas propuestas ponen a Grillo y a su Movimento en una posici¨®n dif¨ªcil. Grillo ha defendido la reducci¨®n de los costes de la pol¨ªtica y los cambios electorales. Entonces, ?por qu¨¦ no lo aprueba ahora? En vez de votar positivamente, la respuesta del populismo es la oposici¨®n permanente.
Hace 10 d¨ªas, Grillo ech¨® del Movimento a nueve senadores que quer¨ªan votar con el Gobierno. Casi un cuarto de los senadores se han ido desde las elecciones. Estas actitudes de poder monopolista se parecen mucho m¨¢s al antiguo autoritarismo que a una nueva democracia de la era de Twitter. El populismo se revela como lo que es: un enfado vac¨ªo y sin propuestas.
A pesar de las alianzas provisionales, Berlusconi tambi¨¦n debe temer a Renzi: por fin Italia tiene un premier que se atreve a impulsar las reformas abiertamente, desde el centroizquierda, sin demagogia, y al principio de su mandato. E incluso uno que admite ¡ªcomo Monti antes¡ª que a veces lo necesario no es lo f¨¢cil. Todo esto Espa?a ya lo sabe muy bien, y ser¨ªa positivo si la Francia de Hollande lo aprendiera de una vez.
Esta Italia se prepara para la presidencia de la UE desde julio con una agenda reformista en lo dom¨¦stico y federalista en lo europeo. Es hora de que Europa vea que al pa¨ªs le queda algo de grande bellezza y que, como en su cine, hay contenido detr¨¢s del estilo.
Pierpaolo Barbieri es investigador en la c¨¢tedra Ernest May Fellow de la Escuela Kennedy de Gobierno de Harvard.
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