Rusia puede abusar de la diplomacia energ¨¦tica
En la crisis de Crimea la UE no puede jugar duro con Mosc¨², que tiene la llave del gas
Hace unos d¨ªas Hungr¨ªa, Polonia, Rep¨²blica Checa y Eslovaquia pidieron conjuntamente a Estados Unidos que acelerara al m¨¢ximo sus posibles exportaciones de gas natural licuado hacia estos pa¨ªses. Y es que el conflicto en Crimea ha puesto otra vez al descubierto el punto d¨¦bil europeo en temas de seguridad energ¨¦tica: Rusia.
Hist¨®ricamente, Rusia ha sabido c¨®mo gestionar a favor de sus intereses la extrema dependencia del continente europeo de su gas natural. En sus manos, la energ¨ªa es un arma diplom¨¢tica formidable. Es un mal que afecta en mayor o menor medida a casi todos los miembros de la Uni¨®n, y del que solo se salvan algunos pa¨ªses como Espa?a. Nuestra principal debilidad ¡ªla carencia de interconexiones gas¨ªsticas y el¨¦ctricas con Europa¡ª se ha convertido en una extempor¨¢nea fortaleza durante esta crisis. Pero el hecho de que estemos aislados de los efectos adversos de un posible corte en el suministro del gas ruso, no es una buena noticia a medio y largo plazo.
El miedo europeo ante un posible problema de suministro de gas ruso no es infundado. Ya en 2006 y en 2009 cerr¨® la llave del gas, golpeando, la ¨²ltima vez, la econom¨ªa de 18 pa¨ªses europeos en pleno mes de enero. Seguramente a Putin no le temblar¨¢ el pulso si tiene que hacerlo de nuevo.
El miedo europeo ante un posible problema de suministro no es infundado: ya en 2006 y 2009 el gobierno ruso cerr¨® la llave del gas
Lejos de ser un actor secundario, Rusia es el protagonista energ¨¦tico de la Uni¨®n Europea, la regi¨®n del mundo con un mayor nivel de dependencia exterior. En conjunto, consumimos el 13,8% de toda la energ¨ªa mundial y apenas producimos el 6,5%. Este desequilibrio ¡ªel equivalente energ¨¦tico a unos 7.000 millones de barriles de petr¨®leo anuales¡ª se traduce en unas importaciones enormes. La Uni¨®n Europea importa el 85% del petr¨®leo y el 67% del gas natural que consume. Y de este ¨²ltimo, el 30% procede de Rusia.
?Y qu¨¦? dir¨¢n algunos; si falta gas ruso que se traiga de otro lado. Pero esto no es posible y por eso Europa tiene un problema de seguridad energ¨¦tica. El concepto de seguridad energ¨¦tica nace en 1911 cuando el primer lord del Almirantazgo, Winston Churchill, tom¨® la decisi¨®n de pasar el combustible de la flota brit¨¢nica del carb¨®n al fuel para hacerla m¨¢s r¨¢pida que su oponente alemana. El carb¨®n brit¨¢nico se obten¨ªa en casa, en Gales, y el petr¨®leo, en Persia. La respuesta que Churchill dio a un posible problema de suministro fue la diversificaci¨®n, idea central que sigue vigente hoy en d¨ªa. Y es aqu¨ª donde Europa no ha hecho bien sus deberes.
El mercado del petr¨®leo es muy diferente al mercado de gas natural. El del crudo es un mercado global, donde la oferta se desplaza f¨ªsicamente hacia la demanda. Sin embargo y hasta hoy, el mercado del gas tiene un componente mucho m¨¢s regional. Con el tiempo, el gas natural licuado convertir¨¢ tambi¨¦n este mercado en global. Pero, de momento, la falta de infraestructuras de licuefacci¨®n y regasificaci¨®n convierte al gas en reh¨¦n de las infraestructuras disponibles: los gasoductos.
Rusia ha sabido gestionar a favor de sus intereses la extrema dependencia del continente europeo de su gas natural
Espa?a e Italia se abastecen fundamentalmente de gas del norte de ?frica. Francia produce casi toda su energ¨ªa el¨¦ctrica con centrales nucleares. Reino Unido se abastece del mar del Norte. Pero Europa Central y del Este dependen masivamente de Rusia. El problema ante un eventual corte de suministro de gas ruso es la falta de interconexiones, que hace imposible suplir dicho gas con gas argelino procedente de Espa?a o Italia, si fuera necesario. Tampoco Europa ha desarrollado una red estrat¨¦gica de plantas de regasificaci¨®n, que podr¨ªa aliviar un eventual corte de gas ruso. Hay 16 plantas de regasificaci¨®n en Europa continental. No hay ninguna en Alemania ni Europa del Este.
Por supuesto, Europa sabe que tiene un problema de seguridad energ¨¦tica y su principal baza para remediarlo es m¨¢s diversificaci¨®n. Pero hoy por hoy y a este respecto, Europa parece andar sin rumbo. Se discute desde hace a?os el Proyecto Nabucco que traer¨ªa gas de los pa¨ªses productores del mar Caspio a trav¨¦s de Turqu¨ªa. Pero de momento es solo un proyecto. Tambi¨¦n pierde fuerza la gran apuesta europea en energ¨ªa: las renovables. Y la energ¨ªa nuclear, tras Fukushima, parece descartada. Aunque dado el nuevo escenario que se abre con Rusia, habr¨¢ que ver si Alemania sigue adelante con su plan de cerrar sus 17 centrales nucleares o si la factura hidr¨¢ulica o fracking, que tiene un amplio rechazo social, gana enteros entre los Gobiernos europeos.
La falta de interconexiones gas¨ªsticas y el¨¦ctricas con el continente convierte a Espa?a en una isla energ¨¦tica
La falta de interconexiones gas¨ªsticas y el¨¦ctricas con el continente convierte a Espa?a en una isla energ¨¦tica, una ventaja en la turbulenta situaci¨®n geopol¨ªtica actual. Pero esta falta de conexiones es tambi¨¦n el principal problema para rentabilizar econ¨®micamente el fara¨®nico despliegue de infraestructuras de gas natural a medio plazo. Espa?a cuenta con dos gasoductos que nos unen con ?frica, seis plantas de regasificaci¨®n ¡ªm¨¢s que cualquier pa¨ªs europeo¡ª y grandes almacenes estrat¨¦gicos de gas. Sin conexiones con Europa estas instalaciones est¨¢n claramente infrautilizadas. Y eso que, en una situaci¨®n como la actual y dado nuestro nivel de infraestructuras de gas natural, Espa?a podr¨ªa desempe?ar el papel de prestamista de ¨²ltima instancia.
En la crisis de Crimea, Europa no puede jugar duro con Rusia y lo sabe. En un combate diplom¨¢tico y econ¨®mico, Rusia puede dejar KO a Europa a las primeras de cambio cerrando la llave del gas. Desafortunadamente, la Uni¨®n Europea tiene una mand¨ªbula energ¨¦tica de cristal y esto condiciona el papel que puede jugar en Europa del Este y, posiblemente, en el mundo. Una pena por Ucrania, que tan fuerte ha apostado por Europa.
Jorge Bl¨¢zquez fue presidente de la Corporaci¨®n de Reservas Estrat¨¦gicas de Productos Petrol¨ªferos.
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