Mal asunto
Rajoy sube a la tribuna y se dirige a nosotros tratando de convencernos, como Carpanta, de que el pollo asado que tiene en su cabeza es un pollo real.
Rajoy nos recuerda a veces a aquel personaje de Escobar, Carpanta, que viv¨ªa debajo de un puente y que se alimentaba de un pollo asado que solo estaba dentro de su cabeza. Carpanta, que adem¨¢s ten¨ªa mucha prosopopeya, era capaz de comerse una raspa de sardina con la ceremonia del que vac¨ªa una n¨¦cora gallega. Aunque el plato estuviera vac¨ªo, ¨¦l, a la hora de comer, se pon¨ªa una gran servilleta alrededor del cuello, tomaba el cuchillo y el tenedor y daba cuenta de unas viandas tan exquisitas y abundantes como imaginarias. Carpanta ten¨ªa un amigo, Protasio, que viv¨ªa en un tonel, y con el que compart¨ªa a menudo estos encuentros gastron¨®micos. La vicepresidenta del Gobierno nos recuerda a veces a Protasio por la sinton¨ªa alucinatoria que mantiene con Rajoy.
Significa que como uno sale a la calle todos los d¨ªas, y viaja en el metro, y acude al supermercado (donde ya le han robado en un par de ocasiones, por cierto, la moneda del carrito) y tiene familiares y amigos que viven en la vida real, uno no acaba de entender la afectaci¨®n con la que Rajoy sube a la tribuna, quit¨¢ndose de las solapas los restos inexistentes de un banquete irreal, y se dirige a nosotros, a usted y a m¨ª, tratando de convencernos de que el pollo asado que el pobre tiene instalado en su cabeza es un pollo real. La diferencia, de momento, entre Carpanta y Rajoy estriba en que aquel era un personaje de tebeo y este es un se?or de verdad que, para mayor complicaci¨®n, gobierna un pa¨ªs en el que la angustia individual y colectiva comienza a alcanzar l¨ªmites insoportables.
Rajoy, por su edad, tuvo que conocer bien a Carpanta. De hecho, debi¨® de influirle mucho el personaje, pues nos lo recuerda con frecuencia en sus actitudes formales, en su lenguaje, en su parsimonia. Mal asunto, que la actualidad nos retrotraiga a una historieta de posguerra.
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