El triunfo del camale¨®n
Matthew McConaughey es el hombre del momento Hasta hace poco, casi nadie hubiera apostado porque este actor pudiera ganar un Oscar A los 44 a?os se sincera sobre su reinvenci¨®n y la ruptura con los estereotipos de Hollywood
Da igual el n¨²mero de premios que reciba. Lo importante es que finalmente Matthew est¨¢ recibiendo el respeto que se merece¡±. Son palabras de amigo, las de Woody Harrelson cuando habla de su compa?ero de reparto y de correr¨ªas Matthew McConaughey. Muchos le conocen como McBeef por todos esos a?os en los que este tejano de 44 a?os se trabaj¨® unos perfectos pectorales que nunca dud¨® en mostrar en pantalla y en la calle. Le gusta entrenar al aire libre. Ahora le llaman McConaissance, t¨¦rmino que ¨¦l mismo ha utilizado para referirse a esta nueva etapa de su carrera. Una forma de vida que finalmente le ha llevado a los galardones, a los Oscar y al reconocimiento por su trabajo, no solo por su cuerpo, su sonrisa o las mechas de su pelo.
Para ?Matthew McConaughey este es el McMoment: el culmen en la carrera de un actor que ha conseguido sobrevivir. Es un superviviente de las comparaciones, del desgaste de las comedias rom¨¢nticas, de la presi¨®n publicitaria y de los rumores. Ha resistido a?os de clich¨¦ de guaperas de Hollywood (desde 1993 con ?Qu¨¦ muerto de novio!) para evolucionar y ser un int¨¦rprete en sus propios t¨¦rminos. Uno de esos actores con may¨²sculas que desaparecen, literalmente, en la piel de sus personajes y que finalmente la industria y el p¨²blico han sido capaces de ver. Ya sea el enfermo de sida dispuesto a robarle unos a?os de vida y algo de dinero a su dolencia en Dallas Buyers Club, el agente burs¨¢til que se llena los bolsillos sin verg¨¹enza en El lobo de Wall Street, el stripper de Magic Mike, el vagabundo enamorado de Mud, el mat¨®n de Killer Joe o ese detective cargado de demonios, tabaco, alcohol y pragmatismo al que da vida en True Detective. Todos ellos son Matthew McConaughey, un actor que colecciona frases y aforismos en su port¨¢til, que habla consigo mismo para saber qu¨¦ tal le va, que escapa de Hollywood cuando el ambiente empieza a ser denso, que es un contador de historias. Como demuestra durante esta conversaci¨®n en Los ?ngeles.
No se trata de una buena racha, sino de darme cuenta de lo que me pone
No se puede negar que el ¨²ltimo a?o ha sido el mejor a?o de su carrera. Lo sigue siendo. Yo vivo en el presente, no miro al retrovisor. Estoy viviendo el resultado de un n¨²mero de proyectos que en su mayor¨ªa acab¨¦ el pasado a?o, pero que siguen vivos, muchos otros de mis trabajos tuvieron una fecha de caducidad m¨¢s corta. No he tenido tiempo para reflexionar sobre mi carrera.
Aunque no quiera echar la vista atr¨¢s, est¨¢ claro que existe un punto de inflexi¨®n en su trabajo. La ¨²nica diferencia es que en estos ¨²ltimos meses seleccion¨¦ papeles que me zarandearon, que fueron un reto, que no ten¨ªa ni idea de c¨®mo hacer pero ante los que no pude aguantarme las ganas. No se trata de una buena racha, sino de darme cuenta de lo que me pone y no tener miedo de afrontarlo. Estos ¨²ltimos papeles son puros antih¨¦roes. Seres humanos como la copa de un pino que no tienen nada de moralina. En todo caso es una combinaci¨®n entre los personajes que he encontrado y sentirme en un momento personal, a mis 44 a?os, mucho m¨¢s vital que nunca. Mi vida fuera de la pantalla no puede ser m¨¢s interesante y eso alimenta mi trabajo.
Estas son sus razones, pero ?c¨®mo consigui¨® convencer a una industria llena de estereotipos? Dallas Buyers Club es la historia de alguien que lleva las de perder. Hablo tanto del proyecto como de Woodroof [su personaje]. Un proyecto que llevaba dando vueltas 20 a?os y que hab¨ªa sido rechazado 86 veces. Algo que obviamente jug¨® a mi favor. Lo mismo pas¨® con la serie True Detective. Seg¨²n llegu¨¦ quer¨ªan que fuera Martin Hart, el otro detective, alguien quiz¨¢ m¨¢s cercano a algunos de mis trabajos anteriores. Pero fue la voz de Rust Cohle la que me obsesion¨®. Y as¨ª se lo dije: que Cohle era el personaje que nunca hab¨ªa interpretado pero que ten¨ªa muy claro qui¨¦n era, el que me hablaba. Y me dijeron que adelante. S¨¦ que puede parecer que persegu¨ª estos papeles y no par¨¦ hasta conseguirlos pero no es el caso. Recib¨ª otras ofertas, pero hubo un cambio en el deseo de hincarle el diente a interpretaciones que me den miedo, que me inviten a profundizar y encontrar algo m¨¢s.
Encontrar algo m¨¢s y pesar algo menos, porque lo que s¨ª fue premeditado fue la dr¨¢stica p¨¦rdida de kilos que vivi¨® para algunos de estos trabajos. No fue una excentricidad de actor. Era necesario dada la naturaleza de mi personaje en Dallas Buyers Club. El r¨¦gimen me marc¨® una meta. Me di cuatro meses para perder el peso mediante una dieta controlada y nada de comidas de negocios. Me convert¨ª en un ermita?o, pero perd¨ª un kilo y medio a la semana hasta llegar a los 61. Para True Detective volv¨ª a ganar algo y ahora me he quedado en los 75.
?No le dio ning¨²n reparo aceptar un trabajo televisivo como ¡®True Detective¡¯ en pleno renacimiento de su carrera? Hablamos de un momento muy diferente en el campo de la televisi¨®n. Da igual lo exitosa que sea tu carrera, ya nadie pasa de una oferta porque sea para este medio. Algunos de los mejores dramas que disfrutamos en la actualidad nos los ofrece la televisi¨®n. En True Detective solo vi un filme de calidad de 450 p¨¢ginas que me permit¨ªa adentrarme a¨²n m¨¢s en el personaje. Perfecto.
Con Woody Harrelson, su compa?ero en la serie, habr¨ªa pocas sorpresas al ser la tercera vez que trabajan juntos, despu¨¦s de dos pel¨ªculas: ¡®EDtv¡¯ y ¡®Surfer, dude¡¯, en 1999 y 2008. Somos amigos desde hace mucho, probablemente tenemos m¨¢s historias que contar de nuestras correr¨ªas que de nuestros rodajes. Coincidir en True Detective fue como recibir la paga extra. Sabemos c¨®mo trabajamos, lo hemos hecho en comedia, en drama¡ nos complementamos, nos reafirmamos. Y eso puede acabar f¨¢cilmente en la improvisaci¨®n. Pero en esta ocasi¨®n fue diferente. Nuestros personajes no trabajan juntos, la base de la relaci¨®n en la serie es ese mutuo recelo con el que nos miramos sin entender qu¨¦ es lo que se le est¨¢ pasando al otro por la cabeza.
?Por qu¨¦ le interes¨® tanto un personaje con quien tiene tan poco en com¨²n? Cierto. Si mi lema es Just keep living [sigue viviendo], Rust Cohle es un tipo para el que seguir vivo es una tortura, una penitencia. Es alguien a quien me gustar¨ªa llevarme de copas para que se relaje un poco.
Nunca fui tan buen surfista, aunque salga en muchas fotos con una tabla
?Cu¨¢l fue el cambio que introdujeron estos personajes en su vida personal? Ron me volvi¨® m¨¢s meticuloso y pulcro, casi obseso con la limpieza. Quiz¨¢ algo m¨¢s anal¨ªtico. Pero lo que m¨¢s me ha cambiado es adelgazar. Transform¨® mi estilo de vida durante cuatro meses, me hizo solitario, sin apenas salir al exterior y sin dejar que me diera el sol. Fue algo gradual que no percib¨ª, quitando alg¨²n comentario de mi hija que un d¨ªa lleg¨® a preguntarme por qu¨¦ ten¨ªa el cuello tan largo como una jirafa. O el grito que peg¨® mi madre la primera vez que me vio. Durante unos meses, el cambio fue un juego de sombras.
?Y ahora? ?Se le ha quedado algo? Lo que he perdido de abajo lo he ganado arriba [risas]. Siento mi mente mucho m¨¢s ¨¢gil, precisa, llena de energ¨ªa. Desde que perd¨ª todo este peso necesito tres horas menos de sue?o al d¨ªa.
Cuando recogi¨® el Globo de Oro al mejor actor por su papel en ¡®Dallas Buyers Club¡¯, le dio las gracias a su madre por no dejarle ver la tele. ?Qu¨¦ m¨¢s recuerda de sus comienzos? Mi familia no era nada televisiva. Si era de d¨ªa, mi madre nos mandaba a jugar a la calle y nos dec¨ªa que no vi¨¦ramos lo que hac¨ªan otros en la tele sino que lo hici¨¦ramos nosotros. No me diga que no es un buen consejo para un actor. Sobre mis comienzos, todav¨ªa recuerdo el debut con la pel¨ªcula Movida del 76. Mi primera frase a c¨¢mara: ¡°?Est¨¢ bien, est¨¢ bien, est¨¢ bien!¡± Me dieron 30 minutos para prepararla y no ten¨ªa nada claro lo que iba a salir de todo aquello. Fue una primera experiencia de eso que me sigue gustando, trabajar duro, r¨¢pido, en colaboraci¨®n.
?Es de los que les gusta ser dirigidos? Seguro. Pero no cuando estoy metido hasta la m¨¦dula en lo que estoy haciendo. En True Detective viv¨ª algunos de los d¨ªas de rodaje m¨¢s largos de mi vida. ?29 p¨¢ginas de guion en una jornada! Pero no pod¨ªa parar. Al acabar, el vaso de vino que me esperaba me supo especialmente bueno. Es lo que tienen en com¨²n mis ¨²ltimos proyectos. Desde Killer Joe a Magic Mike, Mud, El chico del peri¨®dico, hasta mi trabajo en El lobo de Wall Street y Dallas Buyers Club. Incluso True Detective. Trabajos contenidos, limitados en el tiempo y muy satisfactorios. Con todos volcados en el set durante el rodaje. El sue?o de cualquier actor, si le das la oportunidad.
Vamos, que no le volveremos a ver en una comedia rom¨¢ntica. No es eso. Estoy haciendo otras cosas, eso es todo. No me negar¨ªa a participar en una comedia rom¨¢ntica si se sale de la f¨®rmula. Me gustan. Pero es muy dif¨ªcil. Como g¨¦nero hay que mantener el tono de ficci¨®n, de ponis y estrellitas. Son una fantas¨ªa. En cuanto escarbas en el personaje, no hay nada m¨¢s. Como te plantees algo en una de las comedias rom¨¢nticas al uso, como cuestiones cualquiera de los personajes, como intentes que sea humano en lugar de una caricatura, la pel¨ªcula se acabar¨¢ antes de un cuarto de hora.
Con cada candidatura, mis hijos me dec¨ªan: 'Pap¨¢, sabemos que vas a perder'
El reci¨¦n oscarizado actor por su papel en Dallas Buyers Club sabe de lo que habla. Arrastrando las erres en ese tono tejano suyo, lleno de amabilidad sure?a y con una sonrisa capaz de cautivar a cualquiera, tanto el actor como la persona siguen manteniendo el encanto que le convirti¨® en carne de estrella desde su despuntar con Tiempo de matar (1996). Ni la extrema delgadez ni el excesivo moreno que luce sentado a la luz del atardecer californiano en el hotel Four Seasons de Los ?ngeles contradice la descripci¨®n que hizo de McConaughey su agente cuando le descubri¨®: ¡°Alguien equipado con todo lo necesario para el triunfo, listo, con talento y al que nadie dir¨¢ que no en la cama¡±. A esos primeros a?os pertenecen gran parte de sus pel¨ªculas rom¨¢nticas: Planes de boda, C¨®mo perder a un chico en 10 d¨ªas, Novia por contrato, Como locos¡ a por el oro o incluso Sahara, uno de sus mayores fracasos art¨ªsticos. Aunque en lo personal McConaughey se gan¨® a la chica, una entonces soltera Pen¨¦lope Cruz. Tambi¨¦n pertenecen a sus comienzos sus esc¨¢ndalos; una vez fue detenido por esc¨¢ndalo p¨²blico mientras tocaba los bongos en su casa. Desnudo y emporrado. Ahora lo personal es muy importante para un int¨¦rprete que, como recuerda la productora de Mud, Lisa Mar¨ªa Falcone, es ante todo ¡°un hombre de familia¡±, aunque no duda ir donde haga falta con tal de encontrar a su personaje. Una familia que empez¨® a formar en 2007 junto a la modelo brasile?a Camila Alves y que cuenta con tres hijos, Levi, Vida y Livingstone, de 5, 4 y poco m¨¢s de un a?o. Los agentes del cambio del nuevo McConaughey, seg¨²n admite el actor.
Antes hablaba de la importancia que han tenido sus hijos, su familia, en su transformaci¨®n. Y no lo puedo repetir lo suficiente. Gracias a ellos pude desconectar de todo lo dem¨¢s y centrarme en lo que era importante. Hicieron que no me volviera loco durante esas semanas encerrado, en las que no sab¨ªa qu¨¦ iba a ser de m¨ª, de la carrera que hab¨ªa tomado. Ellos me impidieron volver la vista atr¨¢s porque los ten¨ªa delante. Y ellos estaban bien, que es lo ¨²nico que importa. Cuando uno tiene hijos, estos te hacen salir r¨¢pido de tu burbuja. Te hacen ver el mundo, la vida en general, con una mirada nueva, fresca, m¨¢s joven.
?C¨®mo es esa vida en familia de la que habla? Divertida y, afortunadamente, unida. Hasta ahora mi mujer y mis hijos han venido conmigo a todos los rodajes. Una aventura. La ¨²ltima en Calgari, en el rodaje de Interstellar con Christopher Nolan. Todos metidos en el tr¨¢iler en medio de la naturaleza. Una experiencia fant¨¢stica y de lo m¨¢s sana.
Y fuera de su vida familiar, del trabajo en el rodaje, ?qu¨¦ queda del Matthew de antes? ?Al que le gustaba el surf y tocar los bongos? Sigo tocando los bongos [risas]. Y tengo base en Malib¨², aunque mi centro de operaciones es nuestra casa en Austin, que me llev¨® dos a?os construir; entre eso, el trabajo de estos a?os y las vacaciones en Brasil, no he pisado mucho la playa. De todos modos, nunca fui tan buen surfer, aunque haya muchas fotos m¨ªas con una tabla en la mano.
Entonces, ?cu¨¢l es su debilidad? Viajar. Tengo tres tr¨¢ileres Airstream a los que he puesto nombre, dos en Malib¨² y uno en Austin que viaja conmigo [al que ¨¦l llama Smithsonian]. Mi pasi¨®n desde que ten¨ªa 16 a?os. Han sido mi oficina, he dormido en ellos y ahora albergan a mi familia. Aunque debo reconocer que cinco en una caravana se hace un poco¡ ¨ªntimo. Ahora ya no hago viajes solo de ida, los hago de ida y vuelta. O bien acompa?ado. Una de las cosas que me enorgullece m¨¢s de mi vida es la cantidad de pasaportes que llevo rellenados y mis hijos llevan el mismo camino. Es la mejor educaci¨®n que pueden recibir.
?Alg¨²n talism¨¢n que le acompa?e en estos viajes? Muchos. Pero mi verdadero talism¨¢n es mi familia. Cuando les explicaba a mis hijos cada noche d¨®nde iba, lo que significaba una candidatura, siempre me dec¨ªan: ¡°Pap¨¢, espero que ganes, pero sabemos que vas a perder¡±. Ese es mi talism¨¢n. El que me mantiene los pies en la tierra y me anima a seguir viviendo.
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