Por una reforma tributaria profunda

Hoy debe recordarse, con Schumpeter, que la calidad de una democracia, de la sociedad y la pol¨ªtica que la sustentan, ¡°todo eso y m¨¢s, est¨¢ escrito con claridad en su historia fiscal, y sin ret¨®rica de ning¨²n g¨¦nero¡±.

Nuestro sistema fiscal tiene dos graves defectos, puestos de relieve con la crisis econ¨®mica e ¨ªntimamente entrelazados: la insuficiencia y la falta de equidad. Adolece tambi¨¦n de clamorosas deficiencias organizativas: el abuso de cambios normativos le ha hecho excesivamente complejo y su opacidad desdibuja la corresponsabilidad fiscal. Todo ello debilita la legitimidad de los impuestos, pilar de una sociedad democr¨¢tica.

Conocido el informe de la comisi¨®n de expertos, al Gobierno le corresponde abordar un problema que ha contribuido a acentuar la crisis espa?ola. Debe proceder con diligencia y determinaci¨®n, porque solo servir¨¢ una reforma en profundidad. Postergarla o limitarla se pagar¨¢ caro. La fiscalidad tiene un papel decisivo en la deseada recuperaci¨®n.

1. La insuficiencia

Desde el comienzo de la crisis se hizo evidente que la recaudaci¨®n reaccionaba con excesiva sensibilidad a las ca¨ªdas de la renta y provocaba un d¨¦ficit presupuestario dif¨ªcil de contener. Adem¨¢s, el Gobierno utiliz¨® la pol¨ªtica fiscal como est¨ªmulo, confiado en un margen que no ten¨ªa, pues hab¨ªa tomado como ordinarios los elevados ingresos extraordinarios ligados a la burbuja inmobiliaria.

La ca¨ªda de ingresos fue tan determinante para el agravamiento del d¨¦ficit como el aumento de gastos provocado por el creciente desempleo y la deuda. En comparaci¨®n con otros pa¨ªses europeos de similares estructuras fiscales, cada punto de reducci¨®n de la renta ha sido seguido en Espa?a por una ca¨ªda m¨¢s intensa de la recaudaci¨®n.

Al prolongarse la crisis, y sin disponer de pol¨ªtica monetaria propia, el d¨¦ficit presupuestario se hizo insostenible. Tras el cambio de pol¨ªtica a mediados de 2010, el desplome de la recaudaci¨®n se ha tratado de contrarrestar con aumentos de tipos, que han producido contracciones adicionales de actividad. Al cabo, la necesaria contenci¨®n del d¨¦ficit est¨¢ dificultando la salida de la crisis, por convertir en proc¨ªclica a la pol¨ªtica fiscal: en vez de palanca, obst¨¢culo para la recuperaci¨®n y el crecimiento.

El fraude tiene un reflejo en la econom¨ªa sumergida, que hay que combatir y regularizar

2. La falta de equidad

La comparaci¨®n con otros pa¨ªses europeos, con tipos impositivos similares, revela que el problema de la insuficiencia no reside en una baja presi¨®n fiscal. Radica en una estructura de desgravaciones excesiva, una generosa posibilidad de elusi¨®n para muchos contribuyentes potenciales y un fraude elevado.

As¨ª se enlazan insuficiencia y falta de equidad, porque ni las desgravaciones, ni las v¨ªas de escape, ni el fraude se reparten de forma homog¨¦nea. Ocurre que dos contribuyentes con la misma renta, pero de origen distinto, no son tratados como iguales con demasiada frecuencia. Esto es clave, porque nada resta tanta credibilidad a un sistema tributario como la conciencia colectiva de un trato desigual. Adem¨¢s, si bien la presi¨®n fiscal sobre el conjunto de la econom¨ªa resulta ser comparativamente baja, no lo es sobre cada uno de los contribuyentes efectivos.

En particular, las rentas del trabajo son las que tienen un tratamiento m¨¢s severo. Por eso es llamativo que haya ocurrido en la fiscalidad como en el mercado de trabajo, una sobrerreacci¨®n de la econom¨ªa espa?ola a las dificultades de la crisis: la ca¨ªda de los ingresos impositivos ha sido paralela al aumento del desempleo; acaso una consecuencia de que en Espa?a la tributaci¨®n se apoya en exceso en las rentas del trabajo.<QF>

Desgravaciones y facilidad para la elusi¨®n son f¨¢ciles de corregir. M¨¢s dif¨ªcil es la lucha contra el fraude fiscal, y por ello debe acometerse en¨¦rgicamente. El fraude tiene un reflejo evidente en la econom¨ªa sumergida: hay que combatirla, pero tambi¨¦n facilitar su regularizaci¨®n.

3.?Complejidad y distorsi¨®n

Uno de los defectos del sistema tributario espa?ol, sobre el que existe m¨¢s acuerdo, es su excesiva complejidad. Las urgencias de la crisis y unas autonom¨ªas con amplia capacidad normativa han multiplicado las normas mucho m¨¢s all¨¢ de lo razonable y comprensible. Pero la complejidad dispara el coste del cumplimiento para los contribuyentes y el de la supervisi¨®n e inspecci¨®n para la Administraci¨®n tributaria. Adem¨¢s, en un sistema lleno de excepciones, los grupos de inter¨¦s tienen f¨¢cil excusa para conseguir medidas ad hoc.

Espa?a tiene una estructura pol¨ªtica y de gesti¨®n de los asuntos p¨²blicos, todo menos centralizada. Sin embargo, el sistema fiscal no contribuye a hacerla visible, y la recaudaci¨®n de impuestos parece un asunto que concierne exclusivamente a la Administraci¨®n del Estado. En otras palabras, la Hacienda central recauda y las autonom¨ªas gastan. Con este modelo no hay corresponsabilidad fiscal y se producen inevitablemente toda clase de distorsiones en la relaci¨®n entre las instituciones y en la percepci¨®n de los ciudadanos. La agria pol¨¦mica sobre las balanzas fiscales es uno de sus subproductos.

La imposici¨®n sobre el consumo y no sobre las rentas es hoy la v¨ªa para elevar los ingresos

4.?Propuestas

En parte ¡ªsolo en parte¡ª coincidentes con las de la comisi¨®n de expertos, he aqu¨ª las recomendaciones que se consideran esenciales:

¡ª?La reducci¨®n significativa del d¨¦ficit presupuestario es imprescindible para una reactivaci¨®n vigorosa de la econom¨ªa espa?ola. Para conseguirla debe pasarse de un improvisado control circunstancial del gasto p¨²blico a otro permanente y bien dise?ado, es decir, de una pol¨ªtica de recortes a otra de reformas. Pero tambi¨¦n es necesario un aumento de la recaudaci¨®n impositiva.

¡ª?El aumento de la recaudaci¨®n debe respetar al m¨¢ximo los est¨ªmulos para el crecimiento econ¨®mico de empresas y particulares: debe apoyarse en la imposici¨®n sobre el consumo y no en los grav¨¢menes sobre las rentas. Y la mejora de la equidad ha de conseguirse por medio de una ampliaci¨®n de las bases tributarias, que debe alcanzarse por una intensificaci¨®n de la lucha contra el fraude y cambios impositivos.

¡ª?La lucha contra el fraude ha de librarse resuelta y tenazmente.

¡ª?En el ¨¢mbito de la imposici¨®n directa, renta y sociedades deber¨ªan tratarse conjuntamente para evitar la utilizaci¨®n de sociedades como v¨ªa de elusi¨®n fiscal. Han de rebajarse el tipo marginal del IRPF y el tipo nominal de Sociedades. A cambio, en el IRPF deber¨ªan reducirse al m¨¢ximo las desgravaciones y eliminar los reg¨ªmenes de estimaci¨®n por m¨®dulos. En Sociedades deber¨ªan eliminarse los reg¨ªmenes para sociedades peque?as, as¨ª como la mayor¨ªa de deducciones y bonificaciones.

¡ª?En el IVA se deben limitar los tipos reducidos, que rebajan su capacidad recaudatoria y tienen unos efectos redistributivos poco claros. Los reg¨ªmenes especiales han de eliminarse, pues introducen distorsiones, complican la gesti¨®n del impuesto y abren v¨ªas de elusi¨®n.

¡ª?Si en alg¨²n pa¨ªs y en alg¨²n momento tiene sentido practicar una devaluaci¨®n fiscal, ese pa¨ªs es Espa?a y ese momento, hoy. La reducci¨®n de las cotizaciones sociales, compensada con un aumento del IVA, estimular¨ªa las exportaciones (al ser el IVA deducible) y tambi¨¦n la contrataci¨®n de mano de obra. Animar¨ªa el crecimiento econ¨®mico, v¨ªa demanda exterior, y fomentar¨ªa el empleo.

¡ª?Es imprescindible una mejor adecuaci¨®n de nuestra organizaci¨®n fiscal al Estado de las autonom¨ªas. Se trata de establecer mecanismos de colaboraci¨®n formal con las comunidades y hacer efectiva y visible la corresponsabilidad fiscal.

¡ª?Todas las medidas propuestas tienen una ventaja adicional: simplificar¨¢n y otorgar¨¢n sencillez al prolijo sistema tributario espa?ol.

¡ª?El env¨¦s de la reforma ha de ser, en todo caso, la concienciaci¨®n ciudadana del ¡°deber fiscal¡± en correspondencia a los servicios p¨²blicos que se reciben: una obligaci¨®n solidaria, aut¨¦ntico valor democr¨¢tico, que ha de inculcarse desde la escuela.

Jos¨¦ M. Serrano Sanz y Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Delgado, catedr¨¢ticos de Econom¨ªa Aplicada, en nombre del C¨ªrculo C¨ªvico de Opini¨®n.