Oc¨¦anos, la ¨²ltima frontera

Los mares, m¨¢s all¨¢ de las aguas bajo jurisdicci¨®n nacional, representan el 45% de la superficie de nuestro planeta; y su salud es crucial para garantizar la seguridad alimentaria, as¨ª como para mitigar el cambio clim¨¢tico.

Su inmensa riqueza, asociada a la pr¨¢ctica ausencia de normas y de controles, evoca aquel "salvaje Oeste", en el que se impon¨ªa la ley del m¨¢s fuerte. As¨ª lo se?alaba recientemente David Milliband, ex ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido y actual copresidente ¨Cjunto con Jos¨¦ Mar¨ªa Figueres, ex presidente de Costa Rica y Trevor Manuel, ministro de la Presidencia de Sud¨¢frica¨C de la Comisi¨®n Oc¨¦ano Mundial (Global Ocean Comission, COG), en la que participo desde su lanzamiento en febrero de 2013, junto con otros 16 miembros, la mayor¨ªa con larga trayectoria de responsabilidades p¨²blicas.

La Comisi¨®n es una iniciativa de varias instituciones sin ¨¢nimo de lucro ¨Centre otras la Pew Charitable Trust y el Sommerville College de Oxford. Su objetivo es el de situar en la agenda pol¨ªtica y en la opini¨®n p¨²blica la urgencia de establecer una gobernanza global para esta franja de los oc¨¦anos fuera de las aguas bajo jurisdicci¨®n nacional, proponiendo medidas concretas para evitar el colapso de la biodiversidad marina, frenar las pr¨¢cticas ilegales en alta mar y fortalecer la resiliencia de los mares frente al calentamiento global.

Se trata, en primer lugar, de promover una mayor concienciaci¨®n ciudadana sobre la importancia del oc¨¦ano para todos los ciudadanos del planeta ¨Clos actuales y las generaciones venideras¨C, muy en particular de los casi mil millones de personas que viven en las zonas costeras y cuyo sustento depende fundamentalmente de los recursos marinos.

Existe amplia informaci¨®n al respecto: la comunidad cient¨ªfica alerta, cada vez con m¨¢s evidencias, sobre el agotamiento de los recursos pesqueros, sobre los efectos de la acidificaci¨®n del oc¨¦ano para la vida marina... as¨ª como sobre la interacci¨®n entre el cambio clim¨¢tico y las alteraciones en la temperatura, las corrientes y, en general, la din¨¢mica del oc¨¦ano.

Hace pocos d¨ªas, otro de los miembros de la GOC, Paul Mart¨ªn, ex primer ministro de Canad¨¢, invocaba la necesidad de un potente "movimiento global" a impulsar desde los medios de comunicaci¨®n, instituciones p¨²blicas y ONG, contra la degradaci¨®n del patrimonio com¨²n de los oc¨¦anos. Martin pon¨ªa el ¨¦nfasis en el papel crucial de los ciudadanos como consumidores responsables, capaces de exigir pr¨¢cticas pesqueras sostenibles; y comparaba la urgencia de una gobernanza global de la actividad humana en el oc¨¦ano a la del sistema financiero, cuya desregulaci¨®n ha comportado la grav¨ªsima crisis econ¨®mica de los ¨²ltimos a?os.

La GOC ha llevado a cabo encuestas que demuestran el insuficiente conocimiento de la realidad de los oc¨¦anos. Tambi¨¦n ha abierto su propia web a sugerencias sobre varios documentos que describen los retos y las posibles l¨ªneas de actuaci¨®n en diez ¨¢reas tem¨¢ticas; y est¨¢ preparando un conjunto de recomendaciones, que se trasladar¨¢n a la Asamblea de Naciones Unidas antes del pr¨®ximo mes de julio, de forma que puedan contribuir al debate previsto sobre la implementaci¨®n de un Acuerdo Internacional para la protecci¨®n de la biodiversidad en alta mar, de acuerdo con el mandato de la Cumbre Rio+20. Tambi¨¦n est¨¢ prevista una presentaci¨®n en Espa?a para que partes implicadas y publico contribuyan al debate.

Asimismo, la GOC est¨¢ impulsando una alianza con el grupo de los peque?os Estados Insulares (SIDS) y otros pa¨ªses, para que la conservaci¨®n de los oc¨¦anos sean incluidos por la ONU en 2015 como uno de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ello comportar¨ªa visibilidad y compromisos concretos en relaci¨®n con esta materia, por ejemplo en relaci¨®n con la extensi¨®n de ¨¢reas marinas protegidas, hasta la fecha apenas un porcentaje inferior al 3% del oc¨¦ano.

La GOC est¨¢ ya trasladando otras propuestas en diferentes ¨¢mbitos: por ejemplo, en la Organizaci¨®n Mar¨ªtima Internacional, instando a que los pa¨ªses miembros acepten mecanismos de identificaci¨®n de todos los barcos pesqueros ¨Can¨¢logos a los que se utilizan en los buques mercantes¨C, como herramienta indispensable para combatir la pesca ilegal. O la propuesta de creaci¨®n de una vigilancia internacional espec¨ªfica para vigilar actividades en alta mar que hoy se desarrollan sin suficiente control.

El an¨¢lisis de la GOC incluye los efectos negativos de los cuantiosos subsidios p¨²blicos que generan un exceso de capacidad pesquera, beneficiando adem¨¢s a empresas que practican t¨¦cnicas destructivas de los h¨¢bitats marinos. Esos fondos deber¨ªan reasignarse para incentivar la pesca responsable.

Como en otros ¨¢mbitos, la transici¨®n hacia modelos m¨¢s sostenibles de producci¨®n y de consumo no es tanto un problema de recursos disponibles, sino de suficiente voluntad pol¨ªtica para utilizarlos adecuadamente; y tambi¨¦n de transparencia para conseguir una ciudadan¨ªa bien informada, exigente y responsable.

Cristina Narbona es miembro de la Global Ocean Commission.