La pelea de Kiev acaba de empezar
Putin ha utilizado una ret¨®rica m¨¢s propia de 1914 que de 2014 y ha acelerado la guerra de Crimea, ya finalizada. Occidente debe concentrarse ahora en la lucha para lograr la integridad pol¨ªtica del resto de Ucrania
Acu¨¦rdense de algo fundamental: el problema es toda Ucrania, no solo Crimea. Vlad¨ªmir Putin lo sabe. Los ucranios lo saben. Y nosotros no debemos olvidarlo. Ni nosotros ni el Gobierno ucranio podemos hacer nada para que recupere el control de Crimea. Ahora se trata de luchar por el este de Ucrania. Si el pa¨ªs entero participa el 25 de mayo en unas elecciones presidenciales pac¨ªficas, libres y justas, podr¨¢ sobrevivir como Estado independiente (aunque ya sin Crimea). Y volver¨¢ a una senda inequ¨ªvocamente democr¨¢tica y constitucional. En todos los pasos que den la Uni¨®n Europea y Occidente durante los dos pr¨®ximos meses, esa debe ser nuestra gran prioridad.
Hace falta ser lamentablemente ingenuo o verdaderamente simpatizante para seguir afirmando que los grupos prorrusos que est¨¢n contribuyendo a crear caos, desorientaci¨®n y violencia en ciudades como Donetsk y Jarkov no cuentan con el firme apoyo de Mosc¨². En el New York Times del martes, un testigo contaba una de las manifestaciones organizadas en Jarkov. A los pies de una gigantesca estatua de Lenin, una enorme pancarta dec¨ªa: ¡°?Nuestra patria, la URSS!¡±. Como dijeron los periodistas presentes, todo estaba pensado para la televisi¨®n rusa. Al margen de lo que acabe decidiendo Putin, est¨¢ lista la historia que aparecer¨¢ en los medios, ya sea para la posible escalada militar, ya sea, como sin duda preferir¨ªa ¨¦l, para chantajear a Ucrania y lograr que regrese a la esfera de influencia rusa.
Ahora bien, ser¨ªa asimismo ingenuo negar los genuinos temores de numerosos habitantes de Ucrania oriental. Empecemos por olvidarnos de las etiquetas ¡°etnia ucrania¡± y ¡°etnia rusa¡±. No quieren decir nada. Lo que existe es una mezcla fluida y compleja de identidades nacionales, ling¨¹¨ªsticas, c¨ªvicas y pol¨ªticas. Hay personas que se consideran rusas. Hay otras que viven sobre todo en ruso, pero tambi¨¦n se consideran ucranias. Hay much¨ªsimas familias de origen mixto, cuyos padres y abuelos recorrieron diversos lugares de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica. La mayor¨ªa preferir¨ªa no tener que escoger. En una encuesta llevada a cabo en la primera mitad de febrero, solo el 15% de los entrevistados en la regi¨®n de Jarkov y el 33% en la de Donetsk quer¨ªan que Ucrania se uniera con Rusia.
Yatseniuk ha dicho en ruso estar dispuesto a conceder m¨¢ximo poder a las regiones del este
En esa misma encuesta, la cifra correspondiente a Crimea era del 41%. Pero desde entonces ha transcurrido un mes de radicalizaci¨®n pol¨ªtica y control ruso, en el que los canales en lengua ucrania han desaparecido de la televisi¨®n. A eso hay que a?adir las constantes informaciones de los medios en lengua rusa sobre el ¡°golpe fascista¡± de Kiev, exacerbadas por algunas declaraciones y gestos est¨²pidos de los revolucionarios victoriosos en la capital. Y hay que restar a los t¨¢rtaros y ucranios residentes en Crimea, que en gran parte boicotearon el refer¨¦ndum. Saz¨®nese con un buen pu?ado de fraude electoral y ya est¨¢. El 41% se convierte en un 97%.
Lo que transforma las cifras y las lealtades no es solo la ¡°tecnolog¨ªa pol¨ªtica¡± rusa. En unos momentos tan traum¨¢ticos, las identidades se intercambian y cristalizan de forma muy repentina, como un compuesto qu¨ªmico inestable al que se a?ade una gota de catalizador. Ayer, uno era yugoslavo; hoy, un serbio o croata furibundo.
Por tanto, todo lo que se haga en Ucrania y por el bien de Ucrania durante las pr¨®ximas semanas debe estar bien calculado para que esa composici¨®n identitaria no cambie de estado. Poco antes de la asombrosa perorata imperialista que lanz¨® el presidente Putin en el Kremlin el lunes, una cadena ucrania de televisi¨®n emiti¨® otro discurso. El primer ministro provisional del pa¨ªs, Arseni Yatseniuk, dijo en ruso que ¡°con el fin de preservar la unidad y la soberan¨ªa de Ucrania¡±, el Gobierno de Kiev est¨¢ dispuesto a conceder ¡°la m¨¢xima amplitud de poderes¡± a las regiones del este, en su mayor¨ªa rusohablantes. Entre otras cosas, a dar a las ciudades el derecho a tener sus propios cuerpos de polic¨ªa y tomar sus propias decisiones en materia de educaci¨®n y cultura.
Hay que intensificar las sanciones a Mosc¨², incluso si desestabiliza el pa¨ªs por mediaci¨®n de terceros
Yatseniuk hizo exactamente lo que ten¨ªa que hacer. Lo que deben hacer ahora ¨¦l y sus colegas es ir a esos sitios y repetirlo sin descanso, y en ruso. Deben apoyar la presencia del ruso como segunda lengua en esas regiones. No deben negarse a hablar de federalizaci¨®n solo porque Mosc¨² est¨¦ a favor de ella. Deben ser verdaderamente partidarios de que haya un candidato prorruso entre los aspirantes a la presidencia. Y deben hacer todo lo posible para garantizar que la elecci¨®n sea libre y limpia, con presencia de distintos medios de comunicaci¨®n en ruso y en ucranio, a diferencia del refer¨¦ndum de Crimea.
Occidente, y en particular Europa, puede contribuir a ello de varias maneras. La OSCE, la UE y otras organizaciones internacionales tienen que inundar el pa¨ªs de observadores electorales. Los Gobiernos occidentales deben proporcionar a las autoridades ucranianas el dinero necesario para pagar sus facturas sin m¨¢s tardar. Los partidos pol¨ªticos y las ONG pueden enviar asesores. Y Occidente en general puede intensificar sus esfuerzos: hacer que la oferta econ¨®mica a medio y largo plazo de la relaci¨®n con la UE sea m¨¢s atractiva y amenazar a Mosc¨² con sanciones mucho peores que las actuales, no solo en el caso de que Putin env¨ªe a sus tropas, identificadas o no, a cualquier otro punto del este de Ucrania, sino simplemente si sigue desestabilizando el pa¨ªs por mediaci¨®n de terceros.
Y, adem¨¢s, ha llegado ya el momento de hablar en serio con oligarcas ucranios como Rinat Ajmetov, tan poderoso como cualquier instituci¨®n estatal en el este del pa¨ªs. Con discreci¨®n, pero con firmeza, hay que emplear con ellos el palo y la zanahoria: un futuro prometedor para sus negocios en la econom¨ªa mundial si ayudan a la supervivencia de Ucrania como Estado independiente y aut¨®nomo, pero la estrangulaci¨®n econ¨®mica e incontables procesos judiciales si no. (Uno de los oligarcas del este, Dmitro Firtash, ya ha sido detenido en Austria debido a una solicitud de extradici¨®n del FBI. Dicen que el arresto est¨¢ relacionado con un proyecto de inversi¨®n en 2006, y no con la situaci¨®n pol¨ªtica actual, por supuesto). Si el deporte ol¨ªmpico preferido de Putin es la lucha libre, nosotros no podemos limitarnos al b¨¢dminton.
No pretendo insinuar que lo que ha sucedido en Crimea no sea importante. En su discurso del Kremlin, Putin dijo unas cuantas verdades sobre el unilateralismo de Estados Unidos y el doble rasero de Occidente; pero lo que ha hecho es una amenaza contra los cimientos del orden internacional. Agradeci¨® a China su apoyo, pero ?acaso Pek¨ªn quiere que los tibetanos se independicen despu¨¦s de celebrar un refer¨¦ndum? Record¨® c¨®mo los sovi¨¦ticos hab¨ªan aceptado la unificaci¨®n de Alemania y pidi¨® a los alemanes que respaldaran la unificaci¨®n del ¡°mundo ruso¡±, que por lo visto incluye a todos los que hablan la lengua. Con una ret¨®rica m¨¢s propia de 1914 que de 2014, ha quedado patente que la Rusia de Putin es hoy una potencia revanchista.
Sin contar con el acuerdo de todas las partes del Estado actual (es decir, al contrario que en caso de Escocia), ni el debido proceso constitucional, ni una votaci¨®n libre y limpia, la integridad territorial de Ucrania, garantizada hace 20 a?os por Rusia, Estados Unidos y Gran Breta?a, ha quedado destruida. En la pr¨¢ctica, sobre el terreno, eso ya no tiene remedio. Sin embargo, lo que todav¨ªa se puede salvar es la integridad pol¨ªtica del resto de Ucrania.
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Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford y autor de Los hechos son subversivos: escritos pol¨ªticos para una d¨¦cada sin nombre.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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