Lo que vale el agua
Es un derecho humano, pero cada vez est¨¢ m¨¢s 'mercantilizado' Los expertos debaten sobre qui¨¦n y c¨®mo deber¨¢ pagar las infraestructuras necesarias


Vecinos de El Puerto de Santa Mar¨ªa, en C¨¢diz, llevan m¨¢s de una semana encerrados en el Ayuntamiento para evitar la privatizaci¨®n de la empresa municipal de gesti¨®n del agua. Alc¨¢zar de San Juan (Ciudad Real), inici¨® ayer una pol¨¦mica consulta ciudadana: ?debe una empresa entrar en el accionariado de la compa?¨ªa de aguas? En Bruselas, la Comisi¨®n Europea acaba de pronunciarse sobre la primera iniciativa popular ciudadana, respaldada por 1,9 millones de firmas. ?Su objeto? Garantizar el acceso al agua.
Cada d¨ªa que pasa crece la concienciaci¨®n ciudadana en torno a la necesidad de cuidar la gesti¨®n de un bien esencial para la vida. Una inquietud compartida por muchos expertos, que coinciden en que el llamado problema del agua a menudo no est¨¢ provocado tanto por la escasez como por la (mala) gesti¨®n.
¡°Hay pa¨ªses como Ecuador o Brasil con mucha agua y poco acceso a ella. Es un problema de gobernanza¡±, opina Nuria Hern¨¢ndez, economista de la Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua. Para Antonio Embid, catedr¨¢tico de Derecho Administrativo de la Universidad de Zaragoza, el principal reto que tenemos por delante es la superpoblaci¨®n del planeta. ¡°La ONU acaba de revisar sus previsiones. Y ya no son que en el a?o 2050 habr¨¢ 9.000 millones de personas, sino 9.500 millones. En virtud de progresos de los que no tenemos que avergonzarnos, sino justamente lo contrario, el consumo de agua es ahora de 900 metros c¨²bicos anuales per c¨¢pita, cuando a comienzos del siglo XX eran solo 300. Y bendito aumento, porque significa salud e higiene¡±, a?ade. ¡°El problema es que las poblaciones crecen muy r¨¢pido y las soluciones no van al comp¨¢s¡±, coincide Enrique Cabrera, catedr¨¢tico de Mec¨¢nica de Fluidos de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia.
El aumento exponencial de la poblaci¨®n dificulta el acceso
Los expertos, reunidos en un debate en torno a la gesti¨®n del agua organizado por la Fundaci¨®n Bot¨ªn y el diario EL PA?S, se muestran sin embargo convencidos de que la mayor concienciaci¨®n social y pol¨ªtica en torno a este tema, sumada a los avances provistos por la tecnolog¨ªa, permitir¨¢n aportar soluciones que garanticen el acceso al agua y al saneamiento de un n¨²mero creciente de personas.
Para Asunci¨®n Mart¨ªnez, directora de Concesiones de la empresa de aguas Agbar, ¡°se trata de un tema de gobernanza del agua". "Lo que tenemos que racionalizar la demanda, evitar que los pa¨ªses o zonas que tienen mucha agua la derrochen y conseguir que la oferta del agua sea ¨®ptima¡±. La buena noticia, se?ala, ¡°es que ya est¨¢ en la agenda de los gobiernos. Los Objetivos del Milenio de la ONU incluyen la sostenibilidad del medio ambiente. Se ponen objetivos claros de reducir la ingente cantidad de personas sin acceso a fuentes de agua segura, 900 millones, y 2.500 sin acceso a saneamiento en condiciones".
Mientras millones de personas siguen sin tener garantizado el suministro de agua y saneamiento en los pa¨ªses m¨¢s pobres, en las naciones desarrolladas se intensifica el debate sobre si el agua, reconocida por la ONU como un elemento esencial para los derechos humanos, puede o no ser tratada como una ¡°mercanc¨ªa¡±. Los expertos coinciden en general en que es un derecho que debe estar garantizado. El debate surge cuando se analiza qui¨¦n, c¨®mo y cu¨¢nto debe pagar por ella.
Los ciudadanos sabemos lo que cuesta. Lo vemos en la factura que nos llega a casa. Lo que no est¨¢ tan claro es que seamos conscientes de su valor. Ni de los costes que se generan durante la gesti¨®n de este recurso. Costes que se prev¨¦ que se incrementen en los pr¨®ximos a?os, para hacer frente a crecientes gastos de modernizaci¨®n y mantenimiento.
Los t¨¦cnicos creen que el problema radica sobre todo en la mala gesti¨®n
En Espa?a, hay casi tantas gestiones del agua como municipios. Cada ayuntamiento decide qui¨¦n y c¨®mo lleva el agua potable hasta los ciudadanos. Al no existir un regulador ¨²nico que supervise la gesti¨®n , los sistemas son opacos y se desconoce lo que cuesta realmente el tratamiento, abastecimiento, reutilizaci¨®n y depuraci¨®n. Lo cierto es que se pagan precios muy inferiores a los de otros pa¨ªses europeos con recursos h¨ªdricos muy superiores. Y sin embargo ello no ha impedido que con la crisis empiece a hablarse de la llamada pobreza h¨ªdrica, que es la que azota a aquellos que pierden el acceso al agua por no poder pagar la factura. Seg¨²n la Asociaci¨®n Espa?ola de Operadores P¨²blicos de Abastecimiento y Saneamiento (Aeopas), los cortes de agua por impago ascienden ya a 300.000 al a?o.
La situaci¨®n para muchas familias puede agravarse si el precio contin¨²a subiendo. Algo que parece ineludible, dado que las infraestructuras se han estado construyendo con dinero europeo que va a dejar de llegar. Es decir, que para financiar las inversiones futuras habr¨¢ que subir los recibos. Y ello reavivar¨¢ sin duda el debate sobre si debe garantizarse el acceso subvencionado o gratuito a un m¨ªnimo de agua b¨¢sico (Naciones Unidas calcula al menos 40 litros por persona).
¡°Esto no era un problema hasta que lleg¨® esta crisis tan brutal, porque el agua es barata en Espa?a. Pagamos 1,27 euros por metro c¨²bico¡±, se?ala Hern¨¢ndez. ¡°El problema es que no existe un regulador general de los servicios de abastecimiento y saneamiento¡±. En su opini¨®n, ¡°el servicio del agua nunca deber¨ªa ser gratis. Para nadie, porque cuesta. Lo que s¨ª hay que garantizar es que nadie se quede sin ¨¦l por no poder pagarlo. Habr¨ªa que definir cu¨¢l es ese m¨ªnimo vital elemental, si 80, 90 litros... Pero creo que s¨ª hay consenso en que habr¨ªa que garantizarlo y regularlo a nivel nacional¡±, a?ade.
Hern¨¢ndez considera que ¡°no hay que olvidar que la agricultura es la gran subvencionada. Consume el 80% y paga el 15%, siendo generosos, de llevar el agua. Y aqu¨ª no hablamos de derecho humano, sino de un uso econ¨®mico del agua¡±. Para Enrique Cabrera la respuesta al problema que se plantea tiene que ser global y no compartimentado en agricultura o agua urbana. ¡°Hay que hacer una gesti¨®n integrada de toda el agua¡±, resume. Y para ello es b¨¢sico contar con recursos. ¡°Hay unas inversiones que tienen unos plazos de amortizaci¨®n. En muchos ayuntamientos se quejan de que no tienen dinero para nuevas tuber¨ªas. Recaudan menos de lo que gastan. Al final, es un problema de ingresos¡±, asegura.
El experto alerta de que muchas infraestructuras necesitan ser renovadas o sustituidas. Antonio Embid coincide en que esto supondr¨¢ ¡°un problema fundamental¡±: ¡°Las depuradoras que ten¨ªamos nos las ha construido, entre comillas, Europa. Las nuevas tendremos que construirlas nosotros pero con unas tarifas de un impuesto que se han calculado exclusivamente para los gastos de conservaci¨®n y mantenimiento, no para los gastos de inversi¨®n. Eso es una bomba. La vaca no ha dado para m¨¢s¡±.
Los expertos avisan de que ser¨¢n precisas inversiones muy cuantiosas
No se trata de inversiones indeterminadas, de amenazas lejanas. Los planes de cuenca que el Gobierno est¨¢ aprobando ¡ªel ¨²ltimo, el del r¨ªo Ebro¡ª recogen con precisi¨®n millones de euros en inversiones (en depuraci¨®n, en reutilizaci¨®n¡) para los pr¨®ximos a?os. ¡°Son una necesidad, est¨¢n ah¨ª, y eso quiere decir que al final tendr¨¢n que pagarse, de una forma u otra, bien sea a trav¨¦s de impuestos estatales o locales¡±, alerta Asunci¨®n Mart¨ªnez.
Seg¨²n Cabrera, ¡°habr¨¢ que ver si se subsidian, si se paga v¨ªa impuestos generales del Estado (IRPF, IVA¡), o si se pone en tarifa, para que pague directamente el usuario. ?Qu¨¦ es mejor? A mi entender, que lo pague el usuario, porque as¨ª sabe lo que cuesta el servicio y se gestionar¨¢ mejor¡±.
Espa?a paga un precio muy inferior al de otros pa¨ªses desarrollados
La Comisi¨®n Europea dio un aviso a Espa?a en 2012 cuando comprob¨® que las costosas plantas desaladoras que hab¨ªa financiado con cargo al erario europeo (unos 1.500 millones de euros) no funcionaban ni al 20% de su capacidad. Le record¨® el enorme contrasentido que supone ser uno de los pa¨ªses con mayor estr¨¦s h¨ªdrico de Europa y a la vez tener las tarifas de agua m¨¢s bajas. Hern¨¢ndez, de la Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua, lamenta que todav¨ªa perviva "una cultura de grandes infraestructuras subvencionadas por el sector p¨²blico¡±. A cualquier problema, inundaciones, sequ¨ªas, regad¨ªos ineficientes, se aplica la misma respuesta: gran infraestructura, critica. ¡°Cuando una y otra vez vemos que no es la soluci¨®n¡±. Un ejemplo son los llamados filtros verdes para la depuraci¨®n de aguas residuales. ¡°M¨¢s baratos, flexibles y sencillos¡±, dice Hern¨¢ndez, ¡°pero resulta que las diputaciones y las confederaciones no saben gestionar estos contratos porque no son hormig¨®n¡±.
Mientras, arrecia el debate sobre si el agua debe ser o no gestionada por empresas privadas. En los ¨²ltimos 15 a?os decenas de ciudades han revertido las concesiones privadas y han devuelto la gesti¨®n a manos p¨²blicas. Entre ellas Par¨ªs ¡ªa la postre sede de las dos grandes multinacionales del agua, Veolia y Suez¡ª y Berl¨ªn. El 50% del abastecimiento est¨¢ en Espa?a en manos privadas, b¨¢sicamente en las de dos empresas, Agbar y FCC. En Europa el porcentaje es del 30%, en el mundo, el 10%.
Nuria Hern¨¢ndez asegura que la Fundaci¨®n ha cambiado su parecer sobre este tema en los ¨²ltimos a?os: de creer que lo importante es que la gesti¨®n sea eficaz y eficiente, a defender una gesti¨®n totalmente p¨²blica. Y explica por qu¨¦: "En Espa?a la privatizaci¨®n de los servicios no responde, en la mayor¨ªa de los casos, a una elecci¨®n a favor de la mejor gesti¨®n, con un an¨¢lisis riguroso que permita saber si ser¨¢ m¨¢s barata y m¨¢s eficiente. Se trata de quitarse un problema de en medio y conseguir un ingreso por la concesi¨®n", asegura. Lo complementa con un dato: antes de la crisis el 33% de las concesiones estaban en manos privadas; en estos cuatro a?os el porcentaje ha subido alrededor de 20 puntos. "Con la privatizaci¨®n se pierde informaci¨®n y democracia", asegura.
"Soy todo dudas", comenta al respecto Embid. "He visto los procesos de privatizaci¨®n en Sudam¨¦rica de los a?os 80, fracasados todos ellos. Ahora se est¨¢n remunicipalizando. Lo que me importa es la eficacia en la gesti¨®n. No creo que sea un tema de democracia ni de derechos humanos. El derecho humano consistir¨¢ en los 30, 40 o 50 litros que se reconozcan. Pero no el suministro de agua que se hace a las empresas o el riego de los jardines. El derecho humano es lo que es, y es una cosa muy concreta", se?ala. "Por mi experiencia, el problema de la privatizaci¨®n es c¨®mo se hace, qu¨¦ tipo de contratos se han firmado, sobre todo en Latinoam¨¦rica; con qu¨¦ falta absoluta de controles se ha entregado la gesti¨®n de aguas en ciudades como Buenos Aires y otras, a manos de la empresa que ha llegado. Pero creo que es perfectamente posible hacer una privatizaci¨®n todas las garant¨ªas para el ayuntamiento y los ciudadanos".
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