La primera ley de asilo de Egipto se tramita en un contexto cada vez m¨¢s hostil para los refugiados
El pa¨ªs, que hasta ahora ha mantenido una relativa pol¨ªtica de puerta abiertas, est¨¢ adoptando una gesti¨®n cada vez m¨¢s proactiva y securitizada bajo el amparo de la Uni¨®n Europea
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La concesi¨®n del estatuto de refugiado a las personas solicitantes de asilo es una competencia que por lo general asumen los gobiernos de cada pa¨ªs. Egipto, en cambio, destaca por haberse desmarcado de esta norma internacional pese a ser un pa¨ªs que, por su ubicaci¨®n geogr¨¢fica y su papel en la regi¨®n, ha acogido tradicionalmente a muchos refugiados. Y en los ¨²ltimos 70 a?os opt¨® por ceder esta sensible tarea al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, la ACNUR. Esta orden, sin embargo, dio finalmente un vuelco en diciembre cuando El Cairo ratific¨® su primera ley de asilo, que traspasar¨¢ el registro de las solicitudes y su resoluci¨®n a un ¨®rgano del gobierno.
La decisi¨®n de asumir esta responsabilidad, despu¨¦s de un proceso de transici¨®n a¨²n por definir, ha sido criticada por grupos de derechos humanos por condicionar el estatuto de refugiado a ambiguas consideraciones de seguridad y orden p¨²blico que aumentan la arbitrariedad del proceso y la desprotecci¨®n del solicitante. El Parlamento egipcio a¨²n no ha aprobado los reglamentos que deben acompa?ar la ley para empezar a desplegarla, as¨ª que ACNUR sigue encarg¨¢ndose de las solicitudes de asilo. Sin embargo, la norma no define c¨®mo deber¨ªa llevarse a cabo esta transici¨®n, incluidos los casos de los solicitantes ya registrados y de los expedientes que est¨¢n siendo examinados.
El cambio planteado por Egipto en su gesti¨®n del asilo se produce despu¨¦s de que en los dos ¨²ltimos a?os haya recibido un importante flujo de refugiados huidos de la guerra en Sud¨¢n y en menor medida de Gaza en medio de un auge de los discursos racistas y antiinmigraci¨®n. En la ¨²ltima d¨¦cada el pa¨ªs tambi¨¦n hab¨ªa acogido un n¨²mero destacable de personas de Siria y de Yemen, as¨ª como del turbulento este de ?frica, incluidos Sud¨¢n del Sur, Etiop¨ªa y Eritrea.
El n¨²mero de solicitantes de asilo y refugiados registrados con ACNUR era en enero superior a 900.000, el 70% de Sud¨¢n
Las cifras exactas, no obstante, son difusas, algo que El Cairo ha aprovechado a su favor. El n¨²mero de solicitantes de asilo y refugiados registrados con ACNUR era en enero superior a 900.000, el 70% de Sud¨¢n. Pero muchas personas no est¨¢n registradas y Egipto alude regularmente a la ambigua cifra de nueve millones de ¡°hu¨¦spedes¡± extranjeros, que mezcla a refugiados y solicitantes de asilo con otros migrantes, incluidos los residentes permanentes.
La aprobaci¨®n de la ley de asilo coincide adem¨¢s con un fuerte aumento de la ret¨®rica antiinmigraci¨®n en Egipto, promovida en parte desde sectores oficialistas y en campa?as coordinadas online, seg¨²n han revelado medios locales. Estos discursos, sobre todo dirigidos contra sudaneses, coinciden con una grave crisis econ¨®mica que muchos imputan en parte a los refugiados pese a una d¨¦cada de pol¨ªticas de desarrollo econ¨®mico consideradas ampliamente insostenibles.
¡°Antes y despu¨¦s de que se aprobara esta ley ha habido un cambio en el discurso [p¨²blico]; se ve a la gente hablar de los refugiados sudaneses de una forma que nunca hab¨ªa visto antes, [un] tipo de lenguaje hostil que hasta cierto punto ha estado fabricado¡±, considera Karim Ennarah, director de la unidad de investigaci¨®n de la Iniciativa Egipcia para los Derechos de la Persona (EIPR).
Ahondando en esta tendencia, la ley de asilo criminaliza acciones de solidaridad con personas refugiadas, como por ejemplo ofrecer refugio y asistencia, sin hab¨¦rselo notificado antes a las autoridades, lo que se teme que pueda llegar a afectar a actos individuales, pero sobre todo a ONG e iniciativas de la sociedad civil. Recientemente, El Cairo ha restringido la entrada de ciudadanos sudaneses, palestinos, sirios, libios, yemen¨ªes y ucranios.
¡°Por mucho tiempo Egipto se conform¨® con relegar este asunto a ACNUR. Y esto ocurr¨ªa en un contexto en el que muchos pa¨ªses del Sur Global no se preocupaban por el tema de los refugiados mientras ACNUR se ocupara¡±, asegura Ennarah. ¡°Pero la forma en que gobiernos y sociedades han empezado a ver la cuesti¨®n de los refugiados ha cambiado mucho en los ¨²ltimos 10 a?os¡±, observa. As¨ª que Egipto ¡°en realidad llega bastante tarde¡±, concluye.
Securitizaci¨®n del proceso
La nueva ley de asilo permite que los refugiados obtengan la ciudadan¨ªa, lo que podr¨ªa contribuir a que m¨¢s personas conviertan a Egipto en su destino final en lugar de un pa¨ªs de tr¨¢nsito. La norma tambi¨¦n consagra otros derechos como trabajar y acceder a la educaci¨®n y a la sanidad, seg¨²n una copia del texto obtenida por EL PA?S.
¡°El refugiado gozar¨¢ de muchos derechos al adquirir este estatus¡±, asegura el diputado Tarek Radwan, presidente de la comisi¨®n de derechos humanos del Parlamento, que cita, adem¨¢s, la posibilidad de obtener documentos de viaje, de crear empresas y de regir asuntos de estatus personal ¡ªcomo el matrimonio¡ª a la ley del pa¨ªs de origen.
Sin embargo, hay zonas grises. Uno de los primeros motivos de alarma entre grupos de derechos humanos fue la rapidez y la opacidad con la que fue adoptada. El texto fue aprobado por la comisi¨®n de defensa y de seguridad nacional del Parlamento a finales de octubre, luego pas¨® atropelladamente por su asamblea general al mes siguiente y fue finalmente ratificado por el presidente, Abdelfat¨¢ al Sisi, en diciembre.
Una de las cr¨ªticas que se dirige a la ley es que su definici¨®n de refugiado a?ade el t¨¦rmino ¡°grave¡± a los simples ¡°temores fundados¡± que establece la convenci¨®n de la ONU para obtener asilo por miedo a ser perseguido, a un conflicto armado o a la violencia. Grupos de derechos humanos se?alan que esto aumentar¨¢ la carga de los solicitantes a la hora de probar su derecho a la protecci¨®n y deja un amplio margen a la arbitrariedad interpretativa.
Antes denunci¨¢bamos que las deportaciones violaban el derecho internacional, pero ahora la ley permite hacerlo y otorga amplios poderes para criminalizar a los refugiados y a quienes los apoyanNour Khalil, director ejecutivo de la Plataforma de Refugiados en Egipto
La ley no define qu¨¦ criterios se considerar¨¢n para conceder el estatuto de refugiado, pero en cambio prev¨¦ criterios vagos para denegarlo. Estos incluyen haber cometido un ¡°delito grave¡± antes de entrar en Egipto, sin excluir aquellos de naturaleza pol¨ªtica, as¨ª como ¡°cualquier acto que perjudique la seguridad nacional o el orden p¨²blico¡± o la ¡°omisi¨®n de cualquier informaci¨®n o dato esencial¡± en el proceso de solicitud.
Otro elemento que genera preocupaci¨®n es que la ley discrimina entre solicitantes de asilo en funci¨®n de si llegan a Egipto por v¨ªas regulares o irregulares, y adopta un enfoque punitivo con los segundos, a quienes exige presentar su solicitud en un plazo m¨¢ximo de 45 d¨ªas desde su entrada o enfrentarse a multas y penas de c¨¢rcel. La norma prev¨¦ adem¨¢s unos plazos de resoluci¨®n m¨¢s largos en su caso y no aclara qu¨¦ ocurre si alguien se encuentra fuera de plazo.
Por otro lado, la ley presenta lagunas que dejan margen a la deportaci¨®n y a la devoluci¨®n de solicitantes de asilo en caso de que su petici¨®n sea rechazada o sobre la base de un acuerdo de retorno ¡°voluntario¡±, aunque en los ¨²ltimos a?os ya se han documentado casos en los que solicitantes de asilo fueron forzados a firmar deportaciones que en ocasiones ni entend¨ªan.
La norma tambi¨¦n define un contorno restrictivo para la vida de los refugiados en Egipto. Por ejemplo, criminaliza participar en actividades que da?en la seguridad nacional o el orden p¨²blico, que en Egipto suele abarcar cualquier tipo de acci¨®n pol¨ªtica, as¨ª como las que representen un ¡°acto hostil¡± contra otros pa¨ªses, incluido el de origen. La afiliaci¨®n sindical, obligatoria en algunas profesiones, y los ¡°trabajos pol¨ªticos¡± est¨¢n prohibidos.
¡°Desde la perspectiva egipcia, la ley de asilo [era] un paso que ten¨ªan que dar, as¨ª que lo est¨¢n haciendo a su manera¡±, nota Nour Khalil, director ejecutivo de la Plataforma de Refugiados en Egipto. ¡°Antes denunci¨¢bamos que las deportaciones violaban el derecho internacional [y egipcio], pero ahora la ley permite hacerlo y otorga amplios poderes para criminalizar a los refugiados y a quienes los apoyan¡±, desliza.
La ley de asilo criminaliza acciones de solidaridad con personas refugiadas, como por ejemplo ofrecer refugio y asistencia, sin hab¨¦rselo notificado antes a las autoridades
¡°ACNUR ha presentado un plan de transici¨®n inicial al Gobierno a trav¨¦s del Ministerio de Exteriores, con el objetivo de apoyarlo en el establecimiento de un sistema de gesti¨®n de asilo en l¨ªnea con las normas internacionales y regionales¡±, afirma un portavoz de la agencia, que se?ala que no formaron parte del proceso de redacci¨®n de la ley.
La tarea para Egipto ser¨¢ may¨²scula, ya que la Administraci¨®n no est¨¢ capacitada para asumir autom¨¢ticamente esta competencia. Turqu¨ªa, un pa¨ªs con el que se traza un cierto paralelismo, aprob¨® una ley de asilo en 2013 y el traspaso con ACNUR se complet¨® formalmente en 2018, aunque la agencia de la ONU sigui¨® activa porque la Administraci¨®n turca a¨²n no estaba preparada.
Cooperaci¨®n europea
Pese a estas vulneraciones, la UE firm¨® un acuerdo de cooperaci¨®n con Egipto en 2022 de 80 millones de euros que inclu¨ªa reforzar las capacidades de la guardia de fronteras egipcia. Y en marzo de 2024, Bruselas y El Cairo firmaron un acuerdo de asociaci¨®n que, entre otros ¨¢mbitos, persegu¨ªa profundizar su cooperaci¨®n en materia migratoria y control de fronteras. La Comisi¨®n Europea anunci¨® el desembolso de 1.000 millones de euros en pr¨¦stamos de ayuda macro financiera a Egipto cuatro d¨ªas despu¨¦s de que El Cairo ratificara su ley de asilo.
Khalil, de la Plataforma de Refugiados en Egipto, considera que la gesti¨®n actual de asuntos migratorios podr¨ªa ser contraproducente. ¡°Esta situaci¨®n de desinformaci¨®n y de discursos de odio en las redes sociales y en la vida real, las campa?as de seguridad, las detenciones y deportaciones, [todo mientras la UE] guarda silencio, [hacen presagiar] que la gente continuar¨¢ movi¨¦ndose, porque har¨¢ que la situaci¨®n no sea segura para ellos¡±, apunta.
¡°Hist¨®ricamente Egipto ha sido relativamente abierto a la entrada de refugiados, al margen de la protecci¨®n y la calidad de vida que tengan. Es un pa¨ªs que sol¨ªa ser accesible a muchos refugiados y ten¨ªa la ventaja de permitir la libre circulaci¨®n, sin campos de refugiados¡±, nota Ennarah. ¡°[Pero] no s¨¦ si este r¨¦gimen relativamente abierto cambiar¨¢¡±, lamenta.
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