Guinea-Bissau, 13 candidatos y un general levantisco
J¨®venes en un intento de manifestaci¨®n contra el golpe de estado de 2012. / Foto: J.N.
Tras dos retrasos por motivos de organizaci¨®n, Guinea-Bissau se prepara para celebrar, por fin, elecciones presidenciales y legislativas el pr¨®ximo 13 de abril. La cita es hist¨®rica porque supondr¨¢, salvo sobresalto, el retorno a la democracia formal en este peque?o y sufrido pa¨ªs tras el golpe de Estado de hace dos a?os. Dos presidenciables asoman en todas las quinielas, el ex ministro de Econom¨ªa Jos¨¦ Mario Vaz y el empresario y candidato del segundo partido m¨¢s fuerte del pa¨ªs, Abel Incada. Sin embargo, la eterna amenaza de una asonada militar procedente de un Ej¨¦rcito esclerotizado sigue muy presente. S¨®lo un dato: el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Antonio Indjai, responsable del putsch de abril de 2012 que trunc¨® el proceso electoral entonces en marcha y formalmente acusado de narcotr¨¢fico y colaboraci¨®n con grupo terrorista por la Justicia estadounidense, no tendr¨¢ ning¨²n reparo en volver a dar un golpe sobre la mesa si se siente amenazado. En Bissau casi todo es posible.
Dice el escritor senegal¨¦s Boubacar Boris Diop que en ?frica, ¡°la realidad le hace la competencia desleal a la ficci¨®n¡±. Y Guinea-Bissau podr¨ªa ser una buena muestra de lo oportuno del aserto. Se trata de un pa¨ªs muy pobre y muy peque?o, de historia corta pero convulsa tras una independencia tard¨ªa y violenta del colonizador portugu¨¦s en 1974. Golpes de Estado y guerras protagonizadas por un Ej¨¦rcito sobredimensionado y con afanes intervencionistas, heredero de la lucha de liberaci¨®n que encabezara el malogrado Am¨ªlcar Cabral, no le han sido ajenos desde entonces. De estado fallido pas¨® a ser considerado narcoestado cuando las redes del tr¨¢fico de drogas procedente de Latinoam¨¦rica comenzaron a usar su territorio como escala en el paso de los fardos de coca¨ªna hacia Europa. Durante a?os, a¨²n hoy, la droga y su promesa de dinero f¨¢cil lo corrompi¨® casi todo, a la clase pol¨ªtica, a los militares, a la Administraci¨®n, mientras la mayor parte de la sociedad civil naufraga en la escasez y la comunidad internacional mira para otro lado, sin gran inter¨¦s por este alejado rinc¨®n del mundo.
Antonio Indjai, general golpista y acusado de tr¨¢fico de drogas. / Foto: AFP
Hace dos a?os, el en¨¦simo golpe de Estado deten¨ªa un proceso electoral en marcha que estaba a punto de elevar a la Presidencia a Carlos Gomes Jr, uno de los hombres m¨¢s ricos del pa¨ªs y candidato del omnipresente Partido Africano por la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC). Pero no era el hombre que el Ej¨¦rcito quer¨ªa. As¨ª que, una vez m¨¢s, el general Antonio Indjai, en connivencia con una parte de la oposici¨®n, dijo este pa¨ªs es m¨ªo, sac¨® sus blindados a la calle, abri¨® a golpe de fuego de mortero un agujero en la casa de Carlos Gomes, que estuvo detenido durante semanas, y suspendi¨® las elecciones. La condena un¨¢nime y las presiones de la Cedeao contribuyeron al nombramiento de un gobierno interino presidido por Manuel Serifo Nhamadjo, que ha tratado de dirigir los destinos de este barco de derrota imprevisible llamado Bissau, aunque, en realidad, todos saben que quien manda en Bissau viste de verde oliva.
El compromiso era reconducir al pa¨ªs hacia la democracia en 2013. Sin embargo, no fue posible y, tras dos retrasos, Bissau, cuya end¨¦mica inestabilidad ha provocado en los ¨²ltimos meses la espantada de buena parte de la cooperaci¨®n internacional que aliviaba las carencias de su poblaci¨®n, encara ahora la recta final de una accidentada pero necesaria carrera hacia las urnas. A falta de la resoluci¨®n de un pu?ado de recursos, el Tribunal Supremo de Guinea-Bissau ha cerrado la lista de candidatos a los comicios del 13 de abril con trece nombres. Los supersticiosos ya tienen motivos para temer.
Presidente a principios de la d¨¦cada pasada, Kumba Yala. / Foto: AFP
Pero, m¨¢s all¨¢ de malos augurios, la noticia m¨¢s destacada de la lista es la ausencia de los dos principales candidatos en liza en 2012, el ya mencionado Carlos Gomes Jr, que como se ha dicho no cuenta con el pl¨¢cet del Ej¨¦rcito y quien ni siquiera ha podido regresar a su pa¨ªs, y el ex presidente Kumba Yala, una de las figuras m¨¢s destacadas de la escena p¨²blica en los ¨²ltimos quince a?os, m¨¢ximo responsable de la segunda fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs, el Partido de la Renovaci¨®n Social (PRS), quien a sus sesenta a?os ha decidido dar un paso atr¨¢s y desaparecer de los focos, lo que no significa que no vaya a seguir moviendo los hilos en la sombra. Kumba Yala, el hombre del bonete rojo, el defensor de la causa balanta (una de las principales etnias del pa¨ªs), el agitador, el populista, es mucho Kumba Yala.
Entre los trece candidatos en liza hay dos que salen en todas las quinielas. El primero de ellos y m¨¢ximo aspirante a sentar sus posaderas en el sill¨®n presidencial es Jos¨¦ Mario Vaz. Nombrado aspirante tras un largo y complejo proceso interno en el seno del PAIGC, el partido m¨¢s potente y con mejor implantaci¨®n a lo largo de todo el territorio nacional, Jomav, como se le conoce por sus iniciales, se siente caballo ganador y explota al m¨¢ximo su perfil de tecn¨®crata conocedor de los entresijos de las finanzas p¨²blicas en su calidad de ex ministro de Econom¨ªa a las ¨®rdenes del depuesto Carlos Gomes Jr. Pero su vinculaci¨®n pasada con el hombre cuya previsible victoria en los comicios de 2012 provoc¨® el levantamiento militar es un arma de doble filo. Pese a este nexo, aparentemente ya roto, Vaz cuenta con todos los benepl¨¢citos del PAIGC y lleva como hombre de confianza, futuro primer ministro en caso de ganar las elecciones, al presidente del partido, Domingos Simoes Pereira.
Candidato del PAIGC y m¨¢ximo aspirante a la Presidencia, Jos¨¦ Mario Vaz.
Enfrente del t¨¢ndem favorito y con la intenci¨®n de ponerle palos en las ruedas, al otro lado del cuadril¨¢tero, el empresario Abel Incada. Presidente en funciones de la C¨¢mara de Comercio de su pa¨ªs, llega a este sprint final con el respaldo de una parte de la patronal y con el aval del PRS, el partido fundado hace m¨¢s de dos d¨¦cadas por Kumba Yala, quien ha optado por dejarle el camino expedito. Su punto fuerte es que puede representar en el imaginario del votante, mucho mejor que Jomav, la llegada de aire nuevo a la pol¨ªtica guineana y la superaci¨®n de tiempos pasados.
Otro candidato que podr¨ªa jugar un papel relevante e incluso protagonizar alguna sorpresa es Antonio Afonso T¨¦, presidente del Partido Republicano de la Independencia y el Desarrollo (PRID), militar en la reserva y consejero de Seguridad del actual gobierno de transici¨®n, que ha sabido aglutinar en torno a su candidatura a una mir¨ªada de peque?os partidos bajo el sello del Forum Djitu Tem, una expresi¨®n que se parece mucho al ¡°Yes we can¡± de Obama. Asimismo, se presentan Arregado Mantenque T¨¦ (Partido de los Trabajadores) y el hist¨®rico dirigente de izquierdas Cirilo Augusto Rodrigues de Oliveira (Partido Socialista), que tienen en com¨²n haber hecho parte de su vida en el extranjero y una ideolog¨ªa progresista.
Candidato del PRS, el empresario Abel Incada.
Con un peso espec¨ªfico evidente concurre tambi¨¦n a las urnas H¨¦lder Vaz Lopes, licenciado en Filosof¨ªa, ex ministro de Econom¨ªa bajo la presidencia de Kumba Yal¨¢ a principios de la d¨¦cada pasada, consultor de Naciones Unidas en temas de desarrollo en su pa¨ªs y ex director general de la Comunidad de Pa¨ªses de Lengua Portuguesa. Se trata de uno de los hist¨®ricos fundadores del partido Resistencia de Guinea-Bissau (RGB) y su apuesta clara es la refundaci¨®n de su pa¨ªs y la reforma en profundidad de las Fuerzas Armadas, en lo que coinciden otros candidatos.
El resto de aspirantes a la Presidencia que completan la n¨®mina de trece aprobada por el Tribunal Supremo son Ibrahima Sori Djal¨®, (Partido de la Reconciliaci¨®n Nacional), el ex ministro de Exteriores Mamadou Iaia Djal¨® (Partido de la Nueva Democracia) y los independientes Domingos Quad¨¦, Jorge Mal¨², Lu¨ªs Nancass¨¢, Nuno Gomes Nabiam y Paulo Gomes. La campa?a ha comenzado ya este fin de semana y los observadores de la Uni¨®n Europea comienzan a desplegarse para tratar de garantizar la limpieza de un proceso en el que tambi¨¦n se elige un nuevo Parlamento y en el que est¨¢n llamados a las urnas algo m¨¢s de 700.000 votantes. Si el general Indjai y el Ej¨¦rcito lo permiten, claro.
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