Las cifras de la Marcha de la Dignidad
El diario no hizo su propio recuento de participantes en la manifestaci¨®n y, en varias ediciones, titul¨® en portada con la cifra suministrada inicialmente por la polic¨ªa
A la hora del recuento de los participantes en una manifestaci¨®n no resulta extra?o, particularmente cuando la convocatoria es claramente cr¨ªtica con el Gobierno, que las cifras suministradas por organizadores y polic¨ªa discrepen llamativamente.
Eso sucedi¨® el pasado s¨¢bado a la hora de evaluar el ¨¦xito de la Marcha de la Dignidad. La organizaci¨®n elev¨® a m¨¢s de dos millones el n¨²mero de manifestantes y la polic¨ªa habl¨® inicialmente de 50.000 para rebajarlo luego a 36.000. Hasta aqu¨ª, lo habitual. Lo que no lo fue es que este diario no elaborara su propio recuento y que en la portada de varias ediciones titulara con la cifra que la polic¨ªa suministr¨® inicialmente (¡°50.000 gritos contra los recortes¡±). Una portada que en las ¨²ltimas ediciones, ante el baile de cifras sobre asistencia, fue cambiada para titular: ¡°Dignidad y gritos contra los recortes¡±.
El diario cometi¨® dos errores (uno lo subsan¨® en las ¨²ltimas ediciones): no hacer su propio recuento y asumir en el titular la primera cifra policial, aunque en el texto, adem¨¢s de citarla, se hablara de decenas de miles de manifestantes. En la edici¨®n digital, donde se mantiene una p¨¢gina con toda la informaci¨®n desplegada por el diario relacionada con la marcha, un seguimiento que empez¨® dos d¨ªas antes, se daba el c¨¢lculo de los organizadores, que no se mencionaba en la edici¨®n impresa.
El Libro de Estilo establece que en las manifestaciones de asistencia f¨¢cil de calcular (centenares, algunos millares) hay que incluir directamente el n¨²mero de participantes, al margen de dar tambi¨¦n las cifras facilitadas por la polic¨ªa o los organizadores. Sin embargo, ¡°en las grandes manifestaciones, el peri¨®dico ofrecer¨¢ un c¨¢lculo propio, pero siempre explicando el mecanismo utilizado (preferentemente, el espacio ocupado por los manifestantes, multiplicado por una media de personas por metro cuadrado). Esto no impide aportar tambi¨¦n los c¨¢lculos de los organizadores y la polic¨ªa, a ser posible con la f¨®rmula que han empleado a su vez¡±. No se hizo.
Las cartas de cr¨ªtica y enfado de los lectores se han acumulado esta semana. Transcribo una muestra no exhaustiva de las mismas. Carlos Luis G¨®mez subraya que ¡°el peri¨®dico utiliza como fuente la Delegaci¨®n del Gobierno para dar la cifra de la manifestaci¨®n del 22M. ?Desde cu¨¢ndo eso es independencia period¨ªstica? Recuerdo cuando EL PA?S hac¨ªa sus propios c¨¢lculos y daba sus propias estimaciones en este tipo de actos. Ahora hace seguidismo oficial del Gobierno¡±. Jos¨¦ Mar¨ªa Climent manifiesta que ¡°este tipo de maniobras de desinformaci¨®n¡± constituyen una fuente de descr¨¦dito ¡°sin precedentes¡±.
La prensa europea, sin c¨¢lculos exactos, destaca el ¨¦xito de la marcha
Lu¨ªs Andr¨¦s Marques se pregunta si el diario se da cuenta de que, ¡°probablemente por primera vez¡±, ha hecho caso de las cifras, que considera manipuladas, de la polic¨ªa. Vicente Mart¨ªn Rodr¨ªguez escribe: ¡°?Cu¨¢l es el n¨²mero? A esta pregunta su peri¨®dico ha respondido 'lo que diga la polic¨ªa' y no se ha tomado la molestia de tratar de aventurar (de informar) un n¨²mero. Tampoco ha dado una cifra de contraste. ?Olvida su diario que en las ¨²ltimas semanas hemos sido v¨ªctimas de una informaci¨®n falseada, precisamente por los que dirigen esa polic¨ªa?¡±. Cristina Ulloa concluye: ¡°Vuestros lectores no admitimos que transcrib¨¢is las letan¨ªas de asistencia de unos y de otros en forma de cifras; especialmente cuando en otras concentraciones os hab¨¦is mojado con los n¨²meros. Quiz¨¢s sea el momento de dejar las tertulias de televisi¨®n y bajar m¨¢s a la calle¡±.
Algunos lectores hacen su propio ejercicio estimativo en funci¨®n de que en la plaza de Col¨®n hay una superficie de unos 37.000 metros cuadrados y el recorrido total, sin contar las calles adyacentes, es, siempre seg¨²n los c¨¢lculos que remiten, de 200.000 metros cuadrados. Y cuentan que cuando el centro de la manifestaci¨®n lleg¨® a Col¨®n, la cola de la misma no hab¨ªa salido todav¨ªa de Atocha. A esta superficie aplican un m¨²ltiplo de manifestantes por metro cuadrado que, cualquiera que sea, da un resultado claramente superior a 50.000.
Otro lector, Tayeb, se centra en el n¨²mero de autocares movilizados para acudir a la marcha. ¡°Siendo los autobuses 900 y calculando que en cada uno iban unas 45 persones (aun siendo la capacidad total de estos autobuses con la pr¨¢ctica totalidad de mi certeza mayor), da un resultado de 40.500 personas¡±. Francisco Lozano escribe que ¡°la Guardia Civil ten¨ªa controles ?en una autov¨ªa, la A 6! Pasado Benavente. Paraba a los autobuses (yo ven¨ªa en uno de ellos, en un grupo de unos diez provenientes de Asturias) y¡ registraba el compartimiento de equipajes, ?sub¨ªan a los autobuses y recorr¨ªan el pasillo buscando¡ controlando¡ ?qu¨¦? No lo s¨¦¡±. Circunstancia que, relata, retras¨® su entrada a Madrid para participar en la manifestaci¨®n.
No es prop¨®sito de este texto establecer una cifra propia, inevitablemente imprecisa. Se trata de se?alar la necesidad de ofrecer, y justificar, por parte del diario su propio recuento, admitiendo que el mismo resultaba dif¨ªcil dada la irregular densidad de manifestantes durante el trayecto y su afluencia durante el recorrido.
Alg¨²n lector recoge los titulares de medios internacionales. Lo hacen M. Luisa Santidrian o Ram¨®n Bajo. La mayor¨ªa, con datos de agencias, cifra la asistencia en el texto en varias ¡°decenas de miles¡± sin entrar en n¨²meros exactos y en los titulares de sus ediciones digitales adjetivan el ¨¦xito de la convocatoria. Le Monde habla de una ¡°gigantesca manifestaci¨®n¡±. Liberation considera que Madrid acogi¨® una ¡°desfile monstruo¡±. La BBC califica de ¡°enorme¡± la concentraci¨®n.
Liberation asocia en el titular el ¨¦xito de la convocatoria con los altercados ocurridos al final de la misma. The Guardian directamente titula con los disturbios. En este punto, cuyo tratamiento por parte del diario algunos lectores tambi¨¦n critican, este peri¨®dico ha distinguido claramente en el texto entre la celebraci¨®n pac¨ªfica de la manifestaci¨®n y la actuaci¨®n posterior de grupos vand¨¢licos (¡°Todo discurri¨® de forma pac¨ªfica y planificada hasta entrada la noche, cuando elementos radicales y polic¨ªas antidisturbios entraron en acci¨®n¡±).
En portada, se public¨® una imagen de la manifestaci¨®n pac¨ªfica y no de los disturbios que se produjeron posteriormente por la noche.
Un reproche, sin embargo, se centra, lo hace Jos¨¦ Javier Alfaro, en el pie de foto de la p¨¢gina 19 donde se pod¨ªa leer: ¡°Varios manifestantes golpean un coche de la polic¨ªa tras la manifestaci¨®n¡±. ¡°Como suele ocurrir¡±, comenta, ¡°los v¨¢ndalos de la foto no eran manifestantes por la Dignidad. Ni una sola alusi¨®n a los intentos de no pocos de los manifestantes para que cesasen los violentos en su actitud¡±.
Sobre la necesidad de aclarar las cargas policiales antes de que terminara la manifestaci¨®n, el editorial del pasado mi¨¦rcoles, cr¨ªtico con el aprovechamiento por parte de grupos vand¨¢licos de una marcha pac¨ªfica, ped¨ªa una explicaci¨®n del Gobierno.
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