El cambio empieza por Europa
Los ucranios tienen raz¨®n: la UE puede crear mejores oportunidades para todos
Lo que acontece en las fronteras de la UE nos obliga a reflexionar sobre el significado de la identidad europea, sobre nuestro proyecto pol¨ªtico y sobre el futuro que queremos construir juntos.
Para los ciudadanos ucranios que han tomado la plaza Maidan, nuestra Uni¨®n representa todo aquello que se les ha negado: democracia, derechos civiles, un Estado de derecho, prosperidad, estabilidad. ?C¨®mo es posible que los ucranios deseen acercarse a una Uni¨®n en crisis, con bajo crecimiento econ¨®mico y altas tasas de desempleo?
Las banderas europeas que ondean en la plaza Maidan nos obligan a reflexionar sobre los valores y sobre las razones en que se basa nuestra Uni¨®n. Sobre lo que hemos conseguido juntos y lo que deber¨ªamos cambiar. Sobre los retos a los que deberemos enfrentarnos y la manera de abordarlos. Sobre c¨®mo salir de la crisis y hacer de la Uni¨®n Europea un lugar d¨®nde sus ciudadanos quieran vivir.
Soy el candidato a presidente de la Comisi¨®n Europea de la familia socialista. Hoy participo, en Madrid, en la presentaci¨®n de la candidatura del PSOE a las elecciones europeas. Porque creo que esta es nuestra oportunidad, quiz¨¢ la ¨²ltima, para cambiar Europa. La oportunidad para imprimir otra direcci¨®n y mostrar a nuestros ciudadanos que los ucranios de la plaza Maidan tienen raz¨®n. Que la UE a¨²n puede cumplir su promesa de crear mejores oportunidades para todos, que puede proteger a sus ciudadanos de los salvajes mercados financieros y la competencia desleal a nivel mundial. Que puede proteger nuestro modelo social, nuestros derechos fundamentales y las libertades individuales admiradas en todo el mundo.
Europa en crisis
Para mi generaci¨®n, Europa fue esta brillante promesa de un futuro mejor. Nacimos en una Europa en paz, y crecimos en una ¨¦poca de prosperidad. Sab¨ªamos que tendr¨ªamos acceso a una buena educaci¨®n y que con trabajo duro saldr¨ªamos adelante. Y Europa progresaba, porque la gente estaba orgullosa de su trabajo y pod¨ªa ganarse la vida para mantener a sus familias.
Pero durante la peor crisis econ¨®mica de nuestras vidas nuestros valores, nuestro modelo de sociedad, han sido sometidos a una creciente presi¨®n. Muchos Gobiernos europeos han respondido a la crisis con ¡°sacrificios para los ciudadanos, y miles de millones para los bancos¡±. Y han sido las clases medias quienes han pagado la mayor parte de los platos rotos: con m¨¢s horas de trabajo, m¨¢s impuestos, salarios m¨¢s bajos y pensiones m¨¢s bajas. Muchas familias han perdido su vivienda, se han perdido empleos, han quebrado empresas. La deuda p¨²blica ha aumentado, mientras que el PIB se ha desplomado. El desempleo est¨¢ llegando a r¨¦cords hist¨®ricos. Veintisiete millones de europeos que quieren trabajar no encuentran un trabajo. La brecha salarial se ha incrementado, la desigualdad ha aumentado. Una de cada tres familias en Espa?a vive en riesgo de pobreza.
Durante la peor crisis econ¨®mica, nuestro modelo de sociedad ha sido sometido a una creciente presi¨®n
En algunos pa¨ªses, adem¨¢s de las pol¨ªticas de austeridad, algunos derechos est¨¢n amenazados. En Espa?a, el derecho a decidir de las mujeres est¨¢ en peligro. Nunca pens¨¦ que ese paso atr¨¢s fuera posible. Y mientras tanto, en los ¨²ltimos tres a?os, el Gobierno ha recortado un treinta por ciento los fondos para prevenir la violencia de g¨¦nero. Debemos hacer entender a la gente que cuando un hombre pega a una mujer no se trata de un ¡°problema dom¨¦stico¡±. Es un crimen. Debemos dar la batalla: ?C¨®mo podemos decir que somos el continente de la igualdad y los derechos humanos hasta que nuestras hermanas, madres e hijas est¨¦n a salvo de la violencia de g¨¦nero? ?Hasta que hayamos recortado la brecha salarial entre hombres y mujeres y m¨¢s mujeres est¨¦ en puestos directivos? Nuestra lucha por la igualdad continuar¨¢ hasta que nadie sea discriminado por su raza, origen, creencias u orientaci¨®n sexual.
Por una Europa progresista
Pero en esta crisis est¨¢ en juego m¨¢s que nuestros derechos y millones de empleos. Est¨¢ en juego la confianza, fundamental, en que nuestro modelo de sociedad es justo y equitativo. La convicci¨®n de que las democracias pueden proteger a sus ciudadanos.
Uno de cada dos j¨®venes en Espa?a, Italia, hasta en Irlanda, no tiene trabajo. Uno de cada dos europeos entre dieciocho y treinta a?os vive en casa de sus padres, ?en la misma habitaci¨®n que cuando eran ni?os! Como podemos pretender que tengan confianza en nosotros? Yo entiendo que salgan a la calle. Entiendo que pierdan la confianza en sus Gobiernos. Por esta raz¨®n, reducir el paro juvenil debe ser nuestra absoluta prioridad. Les debemos a los j¨®venes nuestras mejores ideas y nuestro coraje para llevarlas a cabo, y debemos actuar ahora.
Debemos ser capaces de responder a una pregunta simple: ?c¨®mo
vamos a crear empleo?
Durante los pr¨®ximos cinco a?os, en cada acci¨®n que tomemos en la Uni¨®n Europea debemos ser capaces de responder a una pregunta simple: ?c¨®mo va a ayudar esto a crear empleo? ?Qu¨¦ m¨¢s podemos hacer para dar una oportunidad a nuestros hijos e hijas?
En cinco a?os, quiero poder decir a la joven espa?ola con dos carreras con la que me reun¨ª el a?o pasado, la joven que, pese a sus estudios, no encuentra trabajo: ¡°S¨ª, lo conseguimos, hemos reducido dr¨¢sticamente el desempleo juvenil. S¨ª, hemos aumentado los fondos para garantizar el empleo juvenil¡±.
Como llegar a eso
Para crear empleos la econom¨ªa europea debe volver a crecer. Hay trabajo por hacer para sentar las bases de un nuevo crecimiento, una nueva prosperidad, nuevos empleos de calidad y unas finanzas equilibradas. Las peque?as y medianas empresas son la base de nuestra econom¨ªa: en Espa?a proporcionan dos de cada tres empleos. Y tienen el potencial para crear millones de puestos de trabajo m¨¢s. En cinco a?os, quiero poder decir que Europa vuelve a ser una plaza privilegiada para los negocios y la industria; que hemos desarrollado nuevos productos inteligentes en los laboratorios europeos, en las f¨¢bricas europeas por trabajadores europeos y que hemos enviado desde los puertos de Europa al resto del mundo.
La justicia social debe estar en el coraz¨®n de los recursos destinados a relanzar la econom¨ªa europea y crear nuevos empleos. Un principio en el coraz¨®n de nuestra visi¨®n progresista.
Seg¨²n los datos de la Comisi¨®n europea, el fraude y la evasi¨®n fiscal estafan a la sociedad un bill¨®n de euros cada a?o, es decir 2.000 euros anuales a cada ciudadano europeo. Es decir, cuatro veces el gasto per capita en educaci¨®n. ?C¨®mo explicamos a la gente que paga sus impuestos honestamente que las grandes multinacionales tienen trillones de beneficios pero pr¨¢cticamente no pagan impuestos? Necesitamos este dinero para cuidar de nuestros ancianos, para dar a cada ni?o las mismas oportunidades gracias a una buena educaci¨®n. Lo necesitamos para invertir en investigaci¨®n e innovaci¨®n, desarrollo sostenible e infraestructuras para que nuestra econom¨ªa sea m¨¢s competitiva.
Es el momento para que los
pol¨ªticos europeos ¡°se arriesguen
por la democracia"
Las elecciones del 25 de mayo son el momento de ¡°arriesgarse por la democracia".
Es el momento para que los pol¨ªticos europeos se arriesguen: se arriesguen a cambiar, se arriesguen por la solidaridad, pero, ante todo, que ¡°se arriesguen por la democracia". Despu¨¦s de cinco a?os de sufrimientos, frustraci¨®n, desempleo en aumento y falta de perspectivas, mantener el status quo no es una opci¨®n.
Mucha gente me aconsej¨® que esperara, dici¨¦ndome que no era a¨²n mi turno. Que era demasiado arriesgado presentarme a las elecciones a presidente de la Comisi¨®n Europea. Que un alem¨¢n no ser¨ªa bien percibido. Que es demasiado pronto para que Europa tenga un presidente electo. Mi respuesta es ¡°?si no lo hacemos ahora, cuando?¡±. Despu¨¦s de la crisis m¨¢s dram¨¢tica que ha sufrido la Uni¨®n, una crisis que ha erosionado la confianza y la solidaridad entre europeos, tenemos el deber de intentar un cambio de rumbo.
Tenemos el deber de dar esta batalla con toda nuestra fuerza hasta el ¨²ltimo momento. Tenemos el deber de luchar por una Europa mejor. Una Europa que vuelva a poner la justicia y la dignidad humana en el coraz¨®n de sus decisiones. ?Si no lo hacemos ahora, cuando?
Martin Schulz es el actual presidente del Parlamento Europeo y candidato socialdem¨®crata a la presidencia de la Comisi¨®n.
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