El detestado rey de Instagram
Un mill¨®n de personas siguen la vida de Dan Bilzerian, un 'playboy' y jugador de p¨®ker estadounidense rodeado de pol¨¦mica
De todas las redes sociales, Instagram se ha confirmado como la herramienta de m¨¢rketing perfecta para las celebridades m¨¢s surrealistas. A trav¨¦s de sus fotos, los simples mortales podemos asomarnos -para criticar, admirar o amas cosas a la vez -a la vida de personajes que cre¨ªamos solo posibles en las pel¨ªculas de Martin Scorsese o en las novelas de Bret Easton Ellis,pero que han resultado ser dram¨¢ticamente reales. Primero llegaron los Rich Kids of Instagram (Ni?os ricos de Instagram), esos cachorros de la jet set que presum¨ªan de sus absurdos caprichos y obscenos hobbies. Despu¨¦s, las hermanas Kardashian, ¨¢vidas por documentar cada microbikini, copa de champ¨¢n y vestido faja que pasa por sus cuerpos. Y ahora le ha llegado su time line de fama al com¨²nmente denominado "mayor imb¨¦cil de Internet": Dan Bilzerian, un jugador de p¨®ker multimillonario cuyo excesivo, machista y hasta grotesco estilo de vida siguen casi un mill¨®n de personas a trav¨¦s Instagram.
M¨¢s que analizar qu¨¦ tiene Bilzerian para despertar semejante expectaci¨®n, habr¨ªa que preguntarse qu¨¦ no tiene. Toda su cuenta es una inmensa galer¨ªa de trofeos: ferraris, helic¨®pteros, pistolas de plata, fajos de d¨®lares, abdominales herc¨²leos (los suyos).
Y mujeres, muchas mujeres; en bikini, tanga, disfrazadas de colegialas o directamente desnudas. Mujeres exhibidas sin ning¨²n pudor como una posesi¨®n m¨¢s, solo que, en esta ocasi¨®n, de carne y hueso. Tan despreciable para unos como admirable para otros. Su Instagram bien podr¨ªa ser el storyboard de un spin off de El s¨¦quito o, simplemente, el ¨¢lbum de un mafioso con querencia por los mininos (s¨ª, a Bilzerian lo mismo le gustan las escopetas que los gatitos).
Tan delirante compilaci¨®n de im¨¢genes ha despertado la curiosidad de los medios generalistas sobre el hombre de 32 a?os que se esconde tras el Rolex de diamantes. Y su historia personal no tiene nada que envidiar a su Instagram. Hijo de un mago de las finanzas encarcelado por desfalco, nunca pudo definirse como un chico normal, tal como relata a The Daily Dot. Fue expulsado de dos colegios, pas¨® un curso en un internado militar, vivi¨® durante un a?o "en Utah con una familia de mormones" y regres¨® al instituto. Pero antes de graduarse fue detenido y encarcelado ocho meses por llevar armas en el maletero de su coche -seg¨²n su versi¨®n de los hechos-. Finalmente consigui¨® su t¨ªtulo de bachillerato.
Ingres¨® en el ej¨¦rcito y dos d¨ªas antes de terminar su formaci¨®n en los Navy Seals, uno de los cuerpos de ¨¦lite estadounidenses, fue expulsado ?La raz¨®n? Llamar "chocho" a uno de sus superiores.
Frustradas sus ambiciones militares, decidi¨® matricularse en la universidad, donde aprendi¨® todo lo que necesitaba para hacerse rico: las reglas del poker. Desde entonces se ha dedicado profesionalmente a este deporte y ha vivido toda su vida como una apuesta.
Cuando ten¨ªa 25 a?os sufri¨® un doble infarto despu¨¦s de cuatro d¨ªas de snowboard y fiesta, y en 2011 pens¨® que hab¨ªa llegado el tercero tras hacer dos viajes en menos de tres d¨ªas a Las Vegas. "Afortunadamente" -en sus palabras- fue un embolismo pulmonar. Sus comentarios en Twitter a la salida del hospital dibujan muy bien el tipo de personaje que nos ocupa. El 6 de agosto de 2011 escribi¨®: "He firmado mi salida voluntaria del hospital. Los doctores dijeron que si volv¨ªa a casa pod¨ªa morir mientras dorm¨ªa. Llevo toda la semana jugando. Apuesto a que sobrevivo". Medio mes despu¨¦s: "Voy a correr un poco. Apuesto un mill¨®n de d¨®lares a que no me muero ?Alguien quiere jugar?¡±.
Su vida, al menos a trav¨¦s de sus palabras y de sus fotos, parece una fiesta sin l¨ªmites (ni f¨ªsicos ni morales). Con amigos que le regalan tiburones y se los meten en su piscina, y excentricidades de rico aburrido como llevar a sus cabras (s¨ª, tiene cabras como mascotas) a dar una vuelta en su Lamborgini. "Cre¨ªa que era la ¨²nica persona que llevaba de paseo a sus cabras en su coche. Sabes que han llegado a lo m¨¢ximo cuando tienes una cabra en un jodido Lamborgini y se caga en los asientos de piel. Pero las cabras de Canseco [Jos¨¦, uno de sus ¨ªdolos en Instagram] llevaban pa?ales. Eso es brillante", declar¨® a The Daily Dot.
Su enloquecida existencia despierta tanto rechazo como pasiones. Dos hombres se han tatuado la cara de Bilzerian y otro le ha confesado p¨²blicamente a trav¨¦s de Twitter que le gustar¨ªa reencarnarse en su pene. Que su cuenta de Instagram se haya convertido en el ¨²ltimo fen¨®meno 2.0 habla por si solo de la salud mental de la sociedad occidental, y de lo cerca que estamos de sus montunos compa?eros de viaje.
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