El tr¨¢mite
El principio de que el refer¨¦ndum es imposible porque sentar¨ªa un precedente sin vuelta atr¨¢s une a populares y socialistas
El pr¨®ximo martes el Parlamento espa?ol dar¨¢ un rotundo no a la petici¨®n del Parlamento catal¨¢n de cesi¨®n de las competencias para organizar el refer¨¦ndum del llamado derecho a decidir. Era este un concepto jur¨ªdico confuso, hasta que el Constitucional le ha dado carta de naturaleza, en una sentencia que expresa que los jueces est¨¢n hartos de unos dirigentes pol¨ªticos que transfieren a los tribunales los problemas que son incapaces de resolver. Por unanimidad, los magistrados han metido una cu?a contra los que se parapetan en el inmovilismo constitucional. Al distinguir el derecho a decidir de la autodeterminaci¨®n y al darle cabida en el marco legal, han abierto una ventana a la negociaci¨®n.
El soberanismo seguir¨¢ su plan. Y el Gobierno seguir¨¢ sin proponer alternativas
Sin embargo, el principio de que el refer¨¦ndum es imposible porque sentar¨ªa un precedente sin vuelta atr¨¢s une a populares y socialistas. Lo que deb¨ªa ser una sesi¨®n de una cierta trascendencia se va convirtiendo en un puro tr¨¢mite. El presidente Artur Mas renunci¨® a participar en ella, todo parece indicar que el presidente Rajoy tampoco tomar¨¢ la palabra y se dice que Rubalcaba se lo est¨¢ pensando. Tanto las ausencias como las dudas confirman que todos son conscientes de que el d¨ªa siguiente todo seguir¨¢ igual. El no ya est¨¢ amortizado. El soberanismo seguir¨¢ su plan. Y el Gobierno seguir¨¢ sin proponer alternativas.
Desgraciadamente, la democracia tiene muy poco de deliberativa. En los debates no se va a escuchar a los dem¨¢s, sino a rebatirles. En el diccionario catal¨¢n hay una bella palabra: enraonar. Ninguna de las traducciones que se me ocurren incorpora todos los matices. Enraonar es m¨¢s que conversar, hablar, charlar, discutir o tratar. Es ¡°examinar en una conversaci¨®n¡±, es razonar en com¨²n, entre varios. Raz¨®n y respeto al otro como base de una cultura pol¨ªtica de ¡°la responsabilidad compartida¡±, en expresi¨®n de Tony Judt.
El martes no habr¨¢ deliberaci¨®n, habr¨¢ un muro contra una petici¨®n avalada por dos tercios del Parlamento catal¨¢n, es decir, por una amplia representaci¨®n ciudadana. Los medios calibrar¨¢n el tono y los decibelios de los oradores e ir¨¢n a la caza de frases m¨¢s o menos enigm¨¢ticas para poder decir, seg¨²n la posici¨®n y deseos de cada uno, que hay se?ales de entendimiento y que despu¨¦s de las europeas pasar¨¢ algo o que vamos al choque entre el imperio de la ley y el proceso de acumulaci¨®n de fuerzas secesionistas. Y seguiremos, como una maldici¨®n, con la repetici¨®n de t¨®picos ¡ª¡°la buena fe de los independentistas, manipulada por la mala fe de los que les han enga?ado¡±, por ejemplo¡ª y con la multiplicaci¨®n del listado de los agravios, con el patriotismo constitucional (versi¨®n Aznar, no Habermas) y con el discurso de la humillaci¨®n, en una espiral de nulo inter¨¦s intelectual que no allana el terreno para una negociaci¨®n, que ser¨¢ inevitable sea cual sea el final del camino. Hay obviedades que da verg¨¹enza repetir: dos sujetos solo pueden entenderse si se otorgan el reconocimiento mutuo.
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