Las UVAS de la vida
Las 'Unidades de Vida Articulada' de Medell¨ªn han revitalizado zonas de la ciudad otrora empobrecidas y consumidas por la violencia
Las siglas del t¨ªtulo significan 'Unidades de Vida Articulada' y son espacios p¨²blicos transformados y recuperados para los vecinos en zonas como la Comuna Uno de Medell¨ªn, aquella que un d¨ªa hiciera famosa el narco Pablo Escobar, cuando esta ciudad de Colombia era la m¨¢s violenta del mundo.
Y as¨ª fue hasta que alguien, primero un alcalde y luego otro y otro, dijo "basta" y eligi¨® la transformaci¨®n urbana para obtener cambio social, con la idea de que "incluir" siempre acaba funcionando mejor que lo contrario. Hizo que los de arriba, en colinas escarpadas de acceso endiablado, se sintieran parte del centro, que dejaran de ser de barrios segregados para sentirse due?os tambi¨¦n de su ciudad. Una urbe de planos y contraplanos, repleta de conflictos y soluciones que, as¨ª y todo, sigue siendo hoy de las m¨¢s desiguales de America Latina y al tiempo se lleva premios reputados (Leeds) por ser de las mas innovadoras del mundo.
Amparo Isaza vive en el barrio de San Pablo, justo frente a la llamada UVA de Mosc¨² ¨Cun antiguo tanque de agua al que se ha despojado de vallas y sobre el que se ha construido un mirador, una sala infantil, un teatro, una plaza...¨C, y hoy est¨¢ haciendo buen negocio con su venta de bebida y comestibles a pie de acontecimiento inaugural. La zona est¨¢ a rebosar de gent¨ªo variopinto. Desde las autoridades, a la prensa internacional; desde los vecinos, hasta las patrullas de polic¨ªa en toda modalidad: de poco armados a los que lo est¨¢n hasta los dientes (quienes, preguntados, aseguran que su ¨¢rea de trabajo es "prevenci¨®n de violencias").
Amparo tiene una historia de pobreza, como todos aqu¨ª, y una familia larga (hasta un abuelo con 103 a?os, presume, y ense?a foto) que lo ha necesitado y lo ha visto todo en esta zona. Su hijo Richard Qui?ones, la llama "la paparazzi del barrio" porque ella con su camarita o su movil ha ido registrando los cambios de su calle, digamos m¨¢s bien, cuesta, de un desnivel del 50.
"?Cambi¨® mucho esto, se?ora Amparo, en este tiempo que usted vive ac¨¢?", le preguntamos. Y ella: "Ciento por ciento".
Eso dice ante de entrarnos en su casa de concreto, como en obra eterna, sin remates, con sof¨¢s de polipiel y espejos y altavoces enormes, y hasta una pecera incrustada en un muro regalo de uno de sus hijos experto en el gremio acu¨¢tico. Es una vivienda superpuesta a tantas otras iguales, hechas a retazos de mil materiales, en equilibrio asombroso sobre las colinas y con una vista espectacular sobre el centro urbano. Ella la alquila en parte como parquedero, con gran trasiego, seg¨²n atestiguamos, y ganancia que procede a detallar antes de se?alar las c¨¢maras de vigilancia de control remoto reci¨¦n instaladas en las paredes, "para mayor seguridad de la clientela".
"Vivimos ac¨¢ cuatro violencias muy feas", dice esta mujer ya en los 60 a?os sentada al ordenador ante sus fotos testimonio refiri¨¦ndose a las balaceras. "Asomabas la cabeza y te encontrabas la muerte, as¨ª que ten¨ªas que salir, as¨ª, arrastrada...". Y se agacha y lo escenifica tal cual.
Richard cuenta que de 20 chavales de sus pandilla solo quedan ¨¦l y tres m¨¢s. Punto. "Los dem¨¢s ya no viven, entraron en las bandas, quisieron prosperar con las armas, me las ense?aban cada d¨ªa, era muy dif¨ªcil decir que no al dinero fresco...". Y as¨ª sigue ocurriendo a¨²n en muchas partes. 6.000 asesinatos se superaron un a?o de la d¨¦cada de los noventa. Y aquello ya fue demasiado.
Pero algunos lo lograron. Sobrevivieron. Salieron pac¨ªficos e ilesos. "Y esto que est¨¢ pasando ahora es la recompensa por todo lo malo vivido. As¨ª lo sentimos", dice Richard que est¨¢ terminando estudios tard¨ªos de dise?o gr¨¢fico. Y as¨ª lo cree mucha de la gente del barrio que, a pesar de la lacra de la falta de trabajo, hoy festeja lo ganado con m¨²sica, j¨²bilo y desparrame: un espacio para uso p¨²blico en un lugar en que este escasea (y tal es una de las grandes diferencias entre barrios ricos y pobres). Un rinc¨®n para el disfrute, al que llaman "de la esperanza", dice Maria, sentada en la acera con sus hijas, observando. Esta es una de las muchas obras puestas en marcha por la alcald¨ªa, cuya direcci¨®n de planeamiento se lleva todas las odas.
Adem¨¢s de esta de San Pablo se ha inaugurado otra UVA en Versalles coincidiendo con la celebraci¨®n en Medell¨ªn del Foro Urbano Mundial. Ayer ya se hab¨ªan registrado 10.000 personas para participar en los debates y visitar el m¨¢s de centenar de stands de pa¨ªses, municipios y universidades que a partir de hoy inician actividad fren¨¦tica, debatiendo asuntos como equidad, resiliencia, medioambiente, g¨¦nero, modos de construir o c¨®mo hacer una ciudad verdadera para todos: justa, integradora e inclusiva.
El lema de esta s¨¦ptima edici¨®n es Ciudades para vivir. Medell¨ªn es un modelo de lo que se puede poner en marcha para conseguir ser una de ellas. No en vano y seg¨²n la mayor encuesta de percepci¨®n sobre calidad de vida en Colombia, que public¨® ayer el diario El Tiempo, ha sido elegida, junto a Manizales y Pereira, como la mejor ciudad para vivir en el pa¨ªs.
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