Kate Middleton: 32 trajes para 45 citas
La duquesa de Cambridge genera 700 millones de euros en la industria textil brit¨¢nica La mujer del pr¨ªncipe Guillermo abandona su habitual estilo 'low cost' para su viaje a Ocean¨ªa
La atenci¨®n medi¨¢tica durante su visita oficial a Australia y Nueva Zelanda no ha pillado a Kate Middleton por sorpresa. Consciente de que todos los ojos estar¨ªan puestos en ella, se ha desplazado a las ant¨ªpodas con 32 cambios de ropa y un equipo de 11 personas. Entre ellas, su peluquera personal, Amanda Cook Tucker, que retoc¨® su melena durante el largo vuelo de ida; su secretaria Rebecca Deacon, que le ayuda con los estilismos y la ni?era del pr¨ªncipe Jorge, la espa?ola Mar¨ªa Teresa Turri¨®n Borrallo.
La primera visita oficial del pr¨ªncipe Jorge durar¨¢ tres semanas e incluir¨¢ 45 compromisos oficiales. La cobertura de la gira est¨¢ mutando en una suerte de pasarela real, con la prensa mundial detallando cada uno de las prendas de Kate y su hijo. El viaje ha puesto en marcha la maquinaria del conocido como efecto Kate. Se calcula que Catalina genera 700 millones de euros en la industria textil brit¨¢nica y cualquiera de sus elecciones provoca a las marcas una subida de las ventas de hasta un 500%. Por su parte, se estima que el peque?o Jorge aportar¨¢ m¨¢s 300 millones de euros a la econom¨ªa del pa¨ªs, gracias al consumo de souvenirs y productos infantiles. Su estreno como prescriptor de estilo ha sido fulminante y el peto de la marca brit¨¢nica de lujo Rachel Riley que llev¨® para acompa?ar a su madre en una de los compromisos se agot¨® en apenas unas horas.
En este tour, Catalina estrena un estilo menos low cost y m¨¢s sofisticado. Para complacer a la reina Isabel, se cambiar¨¢ cuatro veces al d¨ªa de vestido, llevar¨¢ joyas imponentes, faldas m¨¢s largas y cortes regios. Isabel II ha abierto su joyero personal y Angela Kelly, la encargada del vestuario de la monarca, ha ayudado a la duquesa a elegir las alhajas. Una de ellas es el broche en forma de helecho, s¨ªmbolo nacional de Nueva Zelanda, que luci¨® nada m¨¢s aterrizar en el pa¨ªs.
Desde su matrimonio con el pr¨ªncipe Guillermo en 2011, Catalina es el sue?o de cualquier director de marketing. Su vestido de novia Alexander McQueen acerc¨® la firma a las masas, pero sobre todo ha echado una mano a las marcas de gama media. Como Midas del sector textil, Kate ha contribuido a popularizar marcas cl¨¢sicas y poco conocidas fuera de Gran Breta?a como Whistles, Issa o Seraphine. El vestido de Reiss que llev¨® para conocer a los Obama provoc¨® una subida del 10% en las ventas de la cadena; su marca favorita de zapatos LK Bennet desembarc¨® en el mercado estadounidense con una tienda en Nueva York y Hobbs vio c¨®mo las adquisiciones de sus abrigos se duplicaron despu¨¦s de que la princesa se dejara ver con uno.
En esta ocasi¨®n, est¨¢ descuidando su rol como embajadora de la moda brit¨¢nica. Ha seleccionado modelos de la marca italiana Max Mara y la estadounidense Tory Burch, un vestido que como era de esperar ya se ha agotado. Para las ocasiones m¨¢s formales se ha decantado por la inglesa Jenny Packham, la dise?adora en la que confi¨® para su primera aparici¨®n tras dar a luz.
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