¡°El desinter¨¦s por el desarrollo no cuesta votos¡±

Estatuilla en mano, Laia Ortiz (Barcelona, 1979) no oculta su alegr¨ªa por haber recibido un premio. Le brillan los ojos y no puede contener la risa mientras le hacen fotograf¨ªas. Cada d¨ªa, muchas personas reciben galardones, m¨¢s o menos importantes, por distintos motivos. Nada nuevo. Pero que el receptor sea un pol¨ªtico ¡ªen estos tiempos en los que la sociedad les considera un problema para el pa¨ªs¡ª y quien lo otorga sea una organizaci¨®n civil, ya es m¨¢s raro. As¨ª que el regocijo de la ¡°diputada del a?o 2013¡±, como la distingue el Premio Avizor de la Fundaci¨®n Salvador Soler, por su labor a favor del desarrollo humano y la lucha contra la pobreza, queda justificado.

¡°Llev¨¦ por primera vez al Congreso una iniciativa contra la pobreza energ¨¦tica. Hoy est¨¢ en el debate¡±, detalla la diputada de Iniciativa per Catalunya Verds. ¡°Pero el trabajo es siempre colectivo. En colaboraci¨®n con las ONG que trabajan en el terreno y con los ciudadanos. Hablando con la gente. Pisando calle¡±, abunda mientras vac¨ªa su botella de agua en una terraza del centro de Madrid escogida al azar. ¡°A veces, se da la imagen de que los pol¨ªticos somos marcianos ¡ªcontin¨²a¡ª, aunque no me extra?a la desconexi¨®n con la sociedad si de cada seis noticias, cuatro son de corrupci¨®n¡±. Insiste en que no todos son iguales, pero no duda en describir al presidente del Gobierno como alguien que vive ¡°alienado¡± en la realidad que le rodea. ?Y Rubalcaba? ¡°Anclado en el pasado y obsesionado por conservar un r¨¦gimen que se desmorona¡±, espeta.

La mayor¨ªa absoluta de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en 2000 fue el revulsivo que Ortiz necesitaba para meterse en pol¨ªtica. ¡°Pens¨¦ que algo ten¨ªa que hacer¡±, confiesa. Ten¨ªa 21 a?os. Aunque la licenciatura que hab¨ªa cursado, Ciencias Pol¨ªticas, ya apuntaba sus inquietudes. Pronto lleg¨® a ser la coordinadora de las juventudes de su partido. Con 27 fue elegida diputada en el Parlamento catal¨¢n y desde las pasadas elecciones generales ocupa un esca?o en el Congreso nacional. Su curr¨ªculo, sin embargo, no solo contiene siglas. Antes que todo eso, trabaj¨® como teleoperadora, encuestadora y en restaurantes de comida r¨¢pida. ¡°Empleos precarios, como cualquier joven¡±, explica.

Para Ortiz el principal problema del pa¨ªs es el aumento de la desigualdad y la pobreza. ¡°Junto con el paro, claro¡±. Y asegura que conoce bien estas cuestiones. ¡°Muchos de mis amigos son parados de larga duraci¨®n¡±, apunta. ¡°Adem¨¢s, vivo en un barrio obrero en Barcelona y mi madre trabaja como maestra en una escuela en una de las zonas con menor renta per c¨¢pita de la ciudad¡±. Por eso, dice, siembre trabaja en busca de una mayor equidad social. Lo har¨¢ hasta que su embarazo se lo permita. ¡°Es una ni?a. La llamaremos Abril¡±, afirma sin dudar del nombre.

Dice el refr¨¢n que los beb¨¦s vienen con un pan debajo del brazo. La de Ortiz le ha tra¨ªdo por anticipado el premio que recibi¨® ayer. Quiz¨¢ porque quer¨ªa que le llegase por su cumplea?os, que celebrar¨¢ en quince d¨ªas. ¡°Esta bien el galard¨®n, pero los titulares no sacan muy bien al Congreso en cuanto a iniciativas por el desarrollo humano¡±, lamenta finalmente. ¡°El desinter¨¦s por el desarrollo no cuesta votos¡±, zanja.