Teor¨ªa del pelo
"Mi hija se cree afroamericana, y supongo que sus rizos no tienen nada que ver con su sentido de pertenencia a la comunidad en la que vive"
Nuestra hija de cuatro a?os est¨¢ convencida de que es afroamericana. Aunque su ¨¢rbol gen¨¦tico no respaldar¨ªa su convicci¨®n, es cierto que tiene el pelo inexplicablemente rizado, hermoso y abundante; que lo suyo es el g¨®spel; y que cuando nos rega?a lo hace meneando el torso, con una mano doblada contra la cintura y la otra apuntando con un dedito ¨ªndice aleccionador: ¡°Don¡¯t aks me dat, mamma n¡¯ papa, ask ya¡¯self dat¡±. Se mueve por el barrio con la holgura de una reina, saluda a los polic¨ªas de tr¨¢nsito llam¨¢ndoles por su nombre propio, y si alguien le pregunta de d¨®nde viene dice sin chistar: ¡°West Ha¡¯lem¡±.
El otro d¨ªa la tuve que llevar a la peluquer¨ªa. La sent¨¦ en la silla alta, le dije a la peluquera dominicana ¡°solo las puntas¡± y me arrellan¨¦ en el sill¨®n con un libro, hasta que me qued¨¦ dormida. Me la devolvieron lacia y ba?ada en l¨¢grimas.
¨C?Por qu¨¦ le alaci¨® el pelo? ¨Cle pregunt¨¦ a la peluquera, asumiendo que ese era el motivo del llanto.
¨CPara dej¨¢rsela bonita, se?ora.
¨C?C¨®mo as¨ª?
¨CLe relajamos el pelo malo ¨Cme explic¨®.
Esa noche, mientras la ba?aba, me explic¨® que se hab¨ªa echado a llorar porque la peluquera no le hab¨ªa dado un dulce, como hac¨ªa, por ejemplo, el doctor. Consternada, quise confirmar si no hab¨ªa otro motivo m¨¢s profundo ¨Cpor ejemplo, que al alaciarle el ¡°pelo malo¡± la hab¨ªan despojado moment¨¢neamente de su identidad¨C. Me embarqu¨¦ en una diatriba de la peluquera que le hab¨ªa alaciado la melena. Hasta que me par¨® en seco:
¨CJust slow down, mamma, slow down.
Resulta claro que mi hija cree que es afroamericana, y supongo que sus rizos no tienen nada que ver con su sentido de pertenencia a la comunidad en la que vive.
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