?Qui¨¦n manda en Internet?
EE UU renuncia al gobierno de Internet y pone fecha: septiembre de 2015. Y el mercado de dominios se parece cada vez m¨¢s al inmobiliario, con burbujas, depresiones y especuladores
Imagine su desesperaci¨®n si, digamos, esta tarde usted se conecta a Internet, escribe la direcci¨®n de la web en la que compra sus entradas para el cine, presiona enter y espera¡ pero no pasa nada. No sale esa p¨¢gina. Ni ninguna otra. Pensar¨¢ que ha cometido un error y repetir¨¢ el ritual. Pero esa combinaci¨®n de palabras no lo lleva a ning¨²n sitio. Probar¨¢ con otra direcci¨®n, una cualquiera. Pero no. ?Es el vac¨ªo! Nada conduce a ning¨²n sitio. Internet ha perdido su GPS, las direcciones no nos sirven. Ni siquiera podr¨¢ compartir su desasosiego en Twitter, porque tampoco podr¨¢ llegar. Usted est¨¢ solo en el mundo. O lo que es casi lo mismo: sin Internet.
Esta manera que conocemos de navegar no surgi¨® por generaci¨®n espont¨¢nea. El DNS (sistema de nombres de dominio) es una creaci¨®n de Paul Mockapetris, que en 1983 ide¨® una estructura jer¨¢rquica de nombres (los dominios) que facilit¨® al usuario moverse por la Red. ¡°Ha sido una agenda de tel¨¦fonos muy eficiente¡±, se?ala Laura DeNardis, autora del libro The global war for Internet governance, donde cuenta que estamos a punto de entrar en una guerra por el control de los dominios de la web, un recurso que ¡°necesita un control centralizado¡±. A eso se hab¨ªa dedicado hasta ahora el ICANN (The Internet Corporation for Assigned Names and Numbers), una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que inclu¨ªa Gobiernos, corporaciones y activistas de la sociedad civil, y gestionaba los dominios con los interesados con la supervisi¨®n ¨C¡°simb¨®lica¡±, seg¨²n algunos observadores¨C del Gobierno estadounidense.
A partir de los esc¨¢ndalos de espionaje del NSA, varios pa¨ªses ¨Centre ellos, Brasil y Alemania¨C cuestionaron el poder de EE UU sobre Internet. Angela Merkel lleg¨® a hablar de crear un Internet europeo. Ahora EE UU renuncia al gobierno de Internet y pone fecha a su marcha: septiembre de 2015. ¡°Se niega a seguir siendo el guardi¨¢n de esa agenda de tel¨¦fonos donde cada nombre debe ser global y ¨²nico. Es por eso que alguien tiene que rastrear esas direcciones. Sin ese mapeo, Internet no funcionar¨ªa¡±, explica la experta.
No hay sustituto conocido, aunque pa¨ªses como Rusia y China piden que Naciones Unidas tome cartas en el asunto. DeNardis recuerda que la tecnolog¨ªa es pol¨ªtica. ¡°Hoy m¨¢s que nunca¡±. Y espera y desea un tr¨¢nsito ¡°suave¡± en el gobierno de la Red, ¡°uno que apenas notemos los usuarios¡±.
Mientras, el mercado de dominios se parece cada vez m¨¢s al inmobiliario. Con sus burbujas, sus depresiones y sus especuladores. Los mejores nombres son hace ya tiempo una inversi¨®n. En 2013 tuvo lugar una subasta de 1.400 nuevos sufijos. Una peque?a compa?¨ªa con sede en California llamada Donuts Inc. se alz¨® como el rival m¨¢s potente. Gast¨® m¨¢s de 40 millones de euros en 307 nuevos sufijos; entre ellos, .mortgage (hipoteca) y .dentist (dentista). Google se qued¨® solo con 99 nombres, y Amazon, con 76. Una visita a Do?nuts.com le convence de que usted necesita un dominio m¨¢s espec¨ªfico en su vida. De su propiedad son apetitosas terminaciones como .bike y .singles.
Por otra parte, en marzo, Berl¨ªn estren¨® su dominio: .berlin. Le seguir¨¢n .NYC y .london. ¡°Este va a ser el espacio m¨¢s constre?ido que podamos imaginar¡±, vaticina Jonathan Nevett, antiguo asesor de ICANN. Hasta ahora ha sido f¨¢cil. Usted tiene en la cabeza algunos sufijos: .com, .es, .org. En poco tiempo las cosas pueden complicarse. Puede que precise de un list¨ªn telef¨®nico junto al ordenador o deba encomendarse a san Judas Tadeo. Y al texto predictivo de Google.
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