Otra Francia es posible
Faux-la-Montagne es un modelo de econom¨ªa social y solidaria, algo que se respira en cada esquina
La madera de la que est¨¢n hechos los actuales l¨ªderes pol¨ªticos franceses no parece precisamente de m¨¦l¨¨ze, el alerce, ese ¨¢rbol incorruptible. Las ¨²ltimas elecciones municipales casi han enterrado en vida a Fran?ois Hollande, el socialista que hace apenas dos a?os ganaba triunfal la presidencia de la Rep¨²blica envuelto en la bandera de la alteridad. Las cr¨ªticas m¨¢s benevolentes hablan ahora de un presidente entre-deux (hueco) y flou (desenfocado, borroso). En Le Monde se preguntaban si adem¨¢s est¨¢ sourd (sordo). Por lo menos dos se¨ªsmos han hecho temblar la tierra bajo sus pies: el estruendo de la extrema derecha y el r¨¦cord hist¨®rico del abstencionismo (37,8%), suma de indiferencia y c¨®lera. La abstenci¨®n se engros¨® con una marea de desencanto de la izquierda. El socialismo franc¨¦s tiene fama de ciclot¨ªmico. Se hunde y resucita con cierta elasticidad. Pero ahora est¨¢ flou.
¡°Hay otro mundo y est¨¢ en este¡±, dice un c¨¦lebre verso de Paul Eluard. Una profesora en la Universidad de Limoges, Paloma Le¨®n, hija de exiliados espa?oles, me comenta que conoce ese lugar. No es una utop¨ªa inalcanzable. Basta con tomar un desv¨ªo, pasar el r¨ªo Vienne y adentrarse en la comarca monta?osa de Millevaches, en la regi¨®n de Lemos¨ªn. Se llama Faux-la-Montagne. Alrededor de medio millar de habitantes. Y all¨ª construyen, ¡°con ambici¨®n y modestia¡±, otra Francia, otra Europa, otro mundo. El n¨²cleo de vida, en todos los sentidos, es Ambiance Bois, una de las 15 SAPO (sociedad an¨®nima de participaci¨®n obrera) que funcionan en Francia. Creada hace m¨¢s de 25 a?os, esta cooperativa tan especial, resistente a todo tipo de presiones, parece hecha con la madera con la que trabajan: la m¨¦l¨¨ze. Con ese recurso natural y local, sin tratamiento qu¨ªmico, hacen casas a la medida. Incluida la techumbre. El alerce, arom¨¢tico, incorruptible, tiene ese don de hacerse impermeable con la lluvia.
¡°Ahora todas las empresas, tambi¨¦n las multinacionales, se presentan como ecol¨®gicas¡±, dice con iron¨ªa Remy Cholat, de 45 a?os, que hoy ejerce de portavoz de los trabajadores, mujeres y hombres, de Ambiance Bois. ¡°Claro que nosotros somos ecologistas, pero lo que de verdad no pueden ni quieren imitar es el travailler autrement¡±. Ese trabajar alternativo, de otro modo, es la primera revoluci¨®n de Ambience Bois, creada por un grupo de seis j¨®venes que se hab¨ªan conocido en 1968 en Par¨ªs y que encontraron en Faux-la-Montagne el apoyo de un cura obrero, Alain Carrof. Su primera comuna fue la vieja casa rectoral.
El nombre es ¡°autogesti¨®n¡±, y ellos lo pronuncian sin balbuceo en esta Europa de pensamiento flou. Salario igual desde el primer a?o. Distribuci¨®n voluntaria de tiempo de trabajo. Empleo polivalente, sin jerarqu¨ªas. Gesti¨®n colectiva, con una hora de reuni¨®n cada d¨ªa y m¨¢s amplias cada semana y mes, con asamblea general anual, donde se debate a fondo toda la marcha de la empresa. ?Y funciona! Ambiance Bois tiene su propia editorial de libros (?ditions Repas). El resultado no acaba en la f¨¢brica. Se proyecta a la comunidad. Faux-la-Montagne es un modelo de econom¨ªa social y solidaria. Algo que se respira en cada esquina. En el ecourbanismo. En la ense?anza. En la comunicaci¨®n: T¨¦l¨¦ Millevaches. En la cultura. En plena monta?a se encuentra el extraordinario espacio Paul Rebeyrolle: arte de la naturaleza insurgente. Nada de flou.
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