Agentes de ¡°movilidad¡±
Un t¨¦rmino tan artificial no habr¨¢ surgido de forma inocente, sino tal vez para crear otra estirpe policial
El incidente de Esperanza Aguirre despu¨¦s de estacionar su coche en el carril-bus de la Gran V¨ªa de Madrid ha servido, entre otros asuntos que no conciernen a esta columna, para lanzar a los cuatro vientos del idioma espa?ol que la capital de Espa?a dispone de "agentes de movilidad", con su correspondiente concejal¨ªa.
El sufijo -idad forma sustantivos abstractos a partir de un adjetivo, y con ello se logra significar la cualidad de lo que nombra la ra¨ªz. En este caso, la cualidad de movible. Y la cualidad de movible viene a suponer que una persona, un animal o un objeto tienen la capacidad de moverse; una capacidad abstracta, imaginable en su conjetura para aplicarse luego a casos reales mediante un sustantivo m¨¢s concreto: el movimiento. De ese modo, la movilidad de una persona es una idea sobre su capacidad de movimiento.
As¨ª, podr¨ªamos tener, en teor¨ªa, agentes de movilidad y agentes de inmovilidad; y agentes de movilidad total, pongamos por caso, y agentes de movilidad reducida. Los agentes de movilidad total carecer¨ªan de l¨ªmites, salvo los de la propia naturaleza; mientras que los agentes de movilidad reducida ser¨ªan por ejemplo los que no pudieran salir del distrito; o los que deben estar quietos en un punto dirigiendo el tr¨¢fico; o los que solo se desplazan en bici.
Estos ¨²ltimos existen en el idioma espa?ol: en ciertas ciudades de M¨¦xico y de otros pa¨ªses de Am¨¦rica, algunos agentes se mueven a pedales y se llaman "policletos". Cotejo mi recuerdo con Google y encuentro la noticia de que a dos policletos mexicanos les robaron la bicicleta. Vaya por Dios, esos agentes de movilidad reducida se quedaron sin ella.
La expresidenta Aguirre fue interceptada por unos agentes madrile?os que concretaban su "movilidad" mediante una motocicleta. Imagino que los hispanohablantes del universo mundo habr¨¢n pensado a bote pronto que si se llaman "agentes de movilidad" ser¨¢ porque se mueven o al menos tienen esa capacidad, a diferencia de los que est¨¢n todo el d¨ªa como estatuas.
En ciertas ciudades de M¨¦xico y de otros pa¨ªses de Am¨¦rica, algunos agentes se mueven a pedales y se llaman "policletos"
Pero una vez que se adentraran en el cuerpo de la noticia, los hispanohablantes desavisados habr¨¢n deducido que los "agentes de movilidad" se dedican realmente a multar a los conductores que infringen las normas de tr¨¢fico; y que por tanto la condici¨®n que parec¨ªa caracterizarlos con tal nombre no se halla en ellos, sino que se aplica a la movilidad de los dem¨¢s.
Por l¨®gica, esos lectores se habr¨¢n preguntado despu¨¦s qu¨¦ distintos tipos de movilidad ajena pueden existir en Espa?a, as¨ª en abstracto, pues todos los ciudadanos gozan de id¨¦ntica movilidad legal. Cuesti¨®n aparte ser¨¢ c¨®mo la concreten.
La movilidad en un municipio puede abarcar adem¨¢s a todo tipo de elementos: los p¨¢jaros, los perros, los ¨¢rboles al son del viento, las l¨ªneas del suelo r¨²stico (hay que ver lo que se mueven), as¨ª como a personas y veh¨ªculos. Los "agentes de movilidad", a tenor de tal nombre, tendr¨¢n as¨ª al alcance de su libreta a cualquier individuo que incurra en movimiento; y tambi¨¦n a todo lo que, por el contrario, se quede quieto, como en el caso del estacionamiento en el carril-bus.
Un vocablo tan artificial como "agentes de movilidad" no habr¨¢ surgido de forma inocente. Suponemos en su origen la b¨²squeda de un rasgo peculiar, encaminado a crear la sensaci¨®n de una estirpe policial que no se confunda en remuneraci¨®n ni responsabilidad con otras ya existentes relativas al "tr¨¢fico" o la "circulaci¨®n", que salga m¨¢s barata tal vez, y que lleve sobre s¨ª uno de esos t¨¦rminos prestigiosos que ha desmenuzado con brillantez Aurelio Arteta: vocablos creados con el dudoso gusto del lenguaje pol¨ªtico por las palabras alargadas. Ese lenguaje que quiz¨¢s alg¨²n d¨ªa nos brinde tambi¨¦n una concejal¨ªa de Saludabilidad, otra de Edificabilidad y otra de Recaudabilidad.
"Movilidad", en fin, suena interesante, con su aire culto y su terminaci¨®n prolongada. Pero mayor prestigio habr¨¢ obtenido a¨²n al comprobarse que la actitud de los "agentes de movilidad" fue inamovible.
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