Refugiados, retornados, expulsados¡ ninguneados
Miles de refugiados de Burundi, que huyeron por la guerra civil en los noventa, son obligados a regresar a la que fue su 'casa', pero ya no existe
No hay donde escapar. Primero se escondieron en las colinas, luego entre los maizales¡ finalmente cruzaron las fronteras son la guerra, el hambre y la pobreza de Burundi en su chepa. Decenas de miles de aquellos burundeses zurcidos en campos de refugiados por la regi¨®n de Grandes Lagos, ahora son obligados a regresar a su ¡®casa¡¯. Lo cual podr¨ªa ser viable si tuviesen alguna tierra a la que regresar, o si no hubiesen nacido y crecido en campos de refugiados, sin ra¨ªces.
Regresan a uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo y el segundo m¨¢s densamente poblado del planeta. Una olla a presi¨®n. La llegada de ¡®retornados¡¯ y ¡®expulsados¡¯, si no se ponen medidas, incidir¨¢ adem¨¢s en una grave sobreexplotaci¨®n de los medios y recursos, pudiendo derivar incluso en conflictos internos entre la poblaci¨®n.
Pero hay algunas peque?as luces. Cruz Roja Espa?ola, de la mano de la Cruz Roja Burundesa y con el apoyo de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (AECID) est¨¢n tratando de hacer ¡®viable¡¯ este retorno en la provincia de Rutana. El objetivo es ofrecer asistencia de emergencia a las poblaciones de expulsados burundeses de Tanzania y a la misma poblaci¨®n de acogida en Burundi.
Rutana, al sur del pa¨ªs, tiene una tasa de pobreza del 85% y el porcentaje de poblaci¨®n que vive en situaci¨®n de necesidad extrema es de m¨¢s del 60%. Esto afectar¨¢ y se ver¨¢ afectado ante las nuevas llegadas de poblaci¨®n.
Hablamos de una regi¨®n ¡®modelo¡¯ de inseguridad alimentaria cr¨®nica debido al elevado crecimiento demogr¨¢fico del pa¨ªs, el cambio clim¨¢tico, la degradaci¨®n de la tierra e insumos agr¨ªcolas insuficientes.
La Cruz Roja Burundesa ya ha ¡®movido ficha¡¯. Desde septiembre de 2013 trabaja activamente con la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM) en el registro de las personas expulsadas y en su transporte hacia sus colinas de origen. El siguiente paso es ofrecer albergue y servicios b¨¢sicos m¨ªnimos con dignidad. Luego, el reto de la reintegraci¨®n socioecon¨®mica.
La mayor¨ªa de las personas expulsadas, m¨¢s de 550.000, abandonaron el pa¨ªs hace muchos a?os y en algunos casos nunca han vivido en Burundi. Todos los ni?os y ni?as vieron la luz entre lonas de campos de refugiados que ya no les refugian.
Miguel ?ngel Rodr¨ªguez es delegado de comunicaci¨®n de Cruz Roja Espa?ola
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