Blaugrana
El f¨²tbol ha trascendido estos d¨ªas los l¨ªmites del campo y ha ofrecido met¨¢foras de solidaridad
El f¨²tbol ha trascendido estos d¨ªas los l¨ªmites del campo de juego y ha ofrecido a la poblaci¨®n met¨¢foras de solidaridad y de estupor; la solidaridad que desat¨® la muerte de un hombre joven, Tito Vilanova, entrenador del Barcelona en la mejor ¨¦poca de Guardiola y despu¨¦s, fue emocionante e inolvidable, pues muestra a toda una sociedad unida en el dolor de una familia, de unos hijos, de una sociedad y de una afici¨®n. La afici¨®n blaugrana. En este caso, la afici¨®n blaugrana apoyada sin fisuras por las aficiones blancas, rojiblancas, verdiblancas, celestes, amarillas, etc¨¦tera. Una expresi¨®n tremenda de dolor y una despedida que parec¨ªa un llanto s¨®lido, irremediable, desconsolado.
La solidaridad y el estupor a la vez. La muerte de un joven, cualquier muerte, desata esta mirada de horror y este abrazo. Sin fisuras. En otro ¨¢ngulo del f¨²tbol, en el campo mismo, all¨ª donde hay met¨¢foras que tambi¨¦n causan estupor o rabia, pero que son remediables debido a su naturaleza ocasional pero pegajosa, est¨¢ el incidente que protagoniz¨® el futbolista Daniel Alves, del Barcelona, o mejor un aficionado que lanz¨® un pl¨¢tano al jugador mientras este se hallaba en el terreno de juego. Estupor y verg¨¹enza, sin fisuras. El club en cuya cancha ocurri¨® este est¨²pido insulto racista actu¨® enseguida, y por ah¨ª afuera (escribo desde Argentina) se tom¨® esa actitud como un ejemplo de lo que hay que hacer cuando ocurren cosas as¨ª: sanci¨®n de por vida al infractor. Lo mejor del caso, ya se vio, fue la reacci¨®n del deportista, que respondi¨® con la iron¨ªa de los bravos a la desp¨®tica expresi¨®n insultante del que se esconde entre la multitud para escupir un rencor que en realidad va contra s¨ª mismo. Qu¨¦ civilizaci¨®n y que barbarie.
He dicho m¨¢s de una vez a lo largo de estas l¨ªneas la expresi¨®n ¡°sin fisuras¡± tan solo porque quiero decir lo que me hubiera gustado que pasara. Porque en medio del dolor un¨¢nime que hubo, por ejemplo por la muerte de Tito y por las expresiones de condolencia, se col¨® una fisura que me produjo verg¨¹enza y estupor y que tiene que ver con el uso de la lengua catalana, la de Salvador Espriu, la de Joan Manuel Serrat, la de Raimon, la de Pep Guardiola, la de Tito Vilanova y la de tantos catalanes, poetas o no, deportistas o no.
Resulta que, en un emocionado mensaje, que pod¨ªa haberlo dado o no, pero que dio con todas sus letras, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, expres¨® su condolencia a la familia del entrenador fallecido, y la extendi¨® a sus familiares y a la afici¨®n blaugrana; lo dijo as¨ª, como se dice en el famoso himno del Bar?a (¡°som la gent blaugrana¡±), que a los barcelonistas tanto nos une y nos gusta. Pues le¨ª por ah¨ª, en los famosos ep¨ªtetos que la multitud expresa en las redes sociales haci¨¦ndose los simp¨¢ticos o los d¨ªscolos, algunas burlas contra Rajoy por descender a esa lengua, pudiendo haber dicho azulgrana, que es como todo espa?ol, dec¨ªan, debe expresarlo.
Alves respondi¨® con la iron¨ªa de los bravos a la desp¨®tica expresi¨®n insultante del que se esconde entre la multitud
Qu¨¦ barbaridad, qu¨¦ estupidez y por tanto qu¨¦ estupor. Son peque?os accidentes que esconden un accidente m¨¢s grande y m¨¢s grave; la falta de respeto (a la gente, a la lengua, al otro, en suma) es la expresi¨®n del oscuro deseo de entorpecer la vida, de hacerla m¨¢s escarpada. Ya es viejo el insulto a las lenguas espa?olas, a todas, pues cuando se usa el espa?ol para sandeces as¨ª tambi¨¦n se est¨¢ avergonzando al idioma que pretenden ensalzar.?
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