Una Champions Leage ib¨¦rica
Tras el resultado del partido del Atl¨¦tico de Madrid ya podemos asegurar que la Champions League se queda en nuestra casa. El hecho de que la final se dispute entre dos equipos espa?oles es siempre un motivo de alegr¨ªa para el deporte espa?ol que debemos celebrar todos, incluidos quienes no compartimos la afici¨®n por el f¨²tbol o simpat¨ªa por alguno de los equipos que obtendr¨¢n el t¨ªtulo. Incluso, debe ser reconocido por aquellos que emplean el deporte como arma pol¨ªtica.
A pesar de todo, hoy es un d¨ªa de alegr¨ªa para el deporte espa?ol que ni la distancia ideol¨®gica ni la envidia por el ¨¦xito ajeno podr¨¢n empa?ar aunque lo intenten. As¨ª que, como no aficionado al f¨²tbol y vecino de una Comunidad hist¨®rica con legua propia, solo puedo decir: ?Felicidades Madrid!¡ª Adri¨¢n Cardalda Seijas. A Coru?a.
Parece indiscutible que en f¨²tbol somos potencia mundial, no s¨®lo porque Espa?a ostente el vigente t¨ªtulo mundial, las dos Copas de Europa pasadas y que la inminente final de la Liga de Campeones la vayan a disputar dos equipos espa?oles; es que t¨¦cnicos y futbolistas de este pa¨ªs son muy apreciados en el extranjero.
Habr¨ªa que recordar tambi¨¦n que, con notables excepciones, este panorama distaba mucho de ser as¨ª hace s¨®lo 20 a?os, ?qu¨¦ ha cambiado desde entonces? Si el f¨²tbol es evidentemente mucho m¨¢s que un deporte ?no podr¨ªan dirigentes, pol¨ªticos, y empresarios de este pa¨ªs aplicarse en el conocimiento y aplicaci¨®n de las reglas y principios en que se basa su ¨¦xito?
Para empezar podr¨ªan empezar por reflexionar sobre lo que implica que el f¨²tbol sea un deporte de equipo: el ego¨ªsmo individualista es garant¨ªa de fracaso.¡ª Luis Jos¨¦ Herrero L¨®pez. Collado Mediano, Madrid
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