Alimentos para limpiar el f¨²tbol
Dani Alves convirti¨® el pl¨¢tano en un s¨ªmbolo contra el racismo. Propondr¨¦ que otros alimentos se conviertan en s¨ªmbolos de causas justas en el deporte rey. Contra la intolerancia m¨¢s garrula sugiero la butifarra, y contra la homofobia, unos pepinos
Hasta el pasado domingo, el pl¨¢tano era para la mayor¨ªa de nosotros una vulgar fruta comestible, tan apreciada por nuestra especie como por la de nuestros parientes los monos. Pocos m¨¦ritos culturales podr¨ªan atribu¨ªrsele, m¨¢s all¨¢ de haber inspirado una de las letras m¨¢s ricas y profundas de la historia de la m¨²sica popular: ¡°El ¨²nico fruto del amor es la banana, es la banana. El ¨²nico fruto del amor es la banana de mi amor¡±.
Dani Alves cambi¨® el domingo esta situaci¨®n para siempre. El lateral mulato del F¨²tbol Club Barcelona convirti¨® el producto de la musa paradis¨ªaca ¡ªcosas que se aprenden en la Wikipedia¡ª en un s¨ªmbolo contra el racismo.
Un mangarr¨¢n de esos que no escasean en los estadios de f¨²tbol le tir¨® un pl¨¢tano en el partido contra el Villareal, como sutil insinuaci¨®n de su cercan¨ªa con los primates. El jugador lo agarr¨®, lo pel¨®, se zamp¨® un buen trozo y lo tir¨®. El acto dur¨® el tiempo justo ¡ªunos cinco segundos¡ª para que el v¨ªdeo se convirtiera en una golosina viral para Internet, y encima era tan simple que pudo ser repetido despu¨¦s por compa?eros y famosos como muestra de rechazo a la discriminaci¨®n.
Podr¨ªa ponerme reivindicativo e insistir en que el f¨²tbol no hace lo suficiente por extirpar este tumor de sus recintos de juego, con clubes que toleran a grupos parafascistas y una actitud generalizada de indolencia, como si estos incidentes fueran hechos aislados y no el pan nuestro de cada jornada. Podr¨ªa ponerme profundo y decir que los partidos, como otros encuentros masivos, producen en algunos humanos un efecto similar al que sufren los perros cuando se juntan en manada: con el subid¨®n del grupo, es f¨¢cil pasar de animal manso a depredador descerebrado. O a hincha ladrador xen¨®fobo, en este caso. Podr¨ªa ponerme esc¨¦ptico y recordar que el gesto de Alves no fue espont¨¢neo, sino parte de una campa?a contra el racismo pensada por una agencia de publicidad brasile?a.
Sin embargo, tomar¨¦ la senda de la ligereza, que tampoco es plan de darles a ustedes el s¨¢bado, y propondr¨¦ que otros alimentos se conviertan en s¨ªmbolos de causas justas en el deporte rey. Contra la intolerancia m¨¢s garrula sugiero la butifarra, ahora que a Gerard Piqu¨¦ le han llovido insultos en las redes sociales por cometer la horrenda ofensa de escribir en la lengua que le sale del piquet¨®n. Y contra la homofobia, otra lacra universal del balompi¨¦, me encantar¨ªa ver a unos cuantos futbolistas comi¨¦ndose unos pepinos.
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