Soy bisexual, ?por qu¨¦ no me crees?

Internet decidi¨® esta semana que Kristen Stewart era bisexual. Hac¨ªa tiempo que se estaban publicando en varias revistas del coraz¨®n fotos de la protagonista de Crep¨²sculo y otrora novia-no novia-novia-drama-loquesea de Robert Pattinson con su mejor amiga, Alicia Cargile, pero nunca los rumores sobre la vida ¨ªntima de esta actriz hab¨ªan cuestionado su sexualidad con tanto ah¨ªnco. Dio igual. Al poco se hab¨ªa desarrollado una teor¨ªa entera sobre c¨®mo le gustaban los hombres y las mujeres a la vez. Y, como suele pasar cada vez que suena la palabra bisexualidad, Internet se llen¨® de esc¨¦pticos record¨¢ndole a quien quisiera escucharles que la bisexualidad no existe. Que es, como dice el t¨®pico, refugio de homosexuales que no quieren asumir su condici¨®n, o de personas particularmente libidinosas.

Es algo que lleva ocurriendo desde hace d¨¦cadas, por mucho que el resto de los casos se dieran con historias m¨¢s arraigadas en la realidad que la de esta semana. Muchas otras actrices han declarado p¨²blicamente su bisexualidad, desde Drew Barrymore a Anna Paquin, Megan Fox, Fergie, Angelina Jolie, Lady Gaga, Cynthia Nixon, Amy Winehouse o Evan Rachel Wood, quien adem¨¢s lo reafirm¨® en su Twitter hace dos a?os. Tambi¨¦n hay casos de hombres, si bien son menos notables o est¨¢n m¨¢s ocultos. Clive Davis, Alan Cumming, David Bowie o el saltador de trampol¨ªn ingl¨¦s Tom Daley ¨Caunque a principios de abril se desdijo y asegur¨® ¡°soy un hombre gay ahora¡±¨C han declarado su condici¨®n sexual. Pocos varones que reafirman la teor¨ªa del estudio estadounidense Bisexual Invisibility, que recoge que un 70% de los hombres que tienen relaciones con hombres se consideran gais frente a un 65% de mujeres que se considera bisexuales.

Este estecipcismo c¨ªclico ante la opci¨®n sexual menos mediatizada conduce inevitablemente a la misma pregunta: ?Qu¨¦ tiene la bisexualidad para resultarle tan poco cre¨ªble a tanta gente?

¡°No nos respetan¡±

¡°Yo no empleo la palabra bisexual porque a nadie le gustan los bisexuales. Todo el mundo le tira los tratos a los bisexuales¡­ No nos respetan¡±. Esto dec¨ªa Cynthia Nixon, una de las protagonistas de Sexo en Nueva York, en una entrevista. La falta de respeto, la consideraci¨®n de que no es una opci¨®n sexual sino una ¡°fase¡± hacia el reconocimiento de la homosexualidad, los estereotipos y clich¨¦s sociales que nos etiquetan como a o b, en este caso como homosexuales o heterosexuales, son el d¨ªa a d¨ªa al que se enfrentan los bisexuales. Es una opci¨®n que parece no contemplarse socialmente. Y la consecuencia m¨¢s evidente es su invisibilidad.

¡°La realidad es que la bisexualidad existe. Es una orientaci¨®n madura y tan v¨¢lida como la homosexualidad y la heterosexualidad, pero somos educados en un contexto en la que no se considera una opci¨®n v¨¢lida, solo hay dos opciones y hay que elegir una. Cuando alguien sale del armario se asume que es gay o lesbiana pero no se considera que sea una opci¨®n posible la bisexualidad. De hecho, las personas bisexuales sufrimos en el proceso de descubrir qui¨¦nes somos porque nunca se ha considera una opci¨®n real. La mayor parte hemos pasado por creernos hetero, homo y, finalmente, aceptar que somos bisexuales¡±, explica Esperanza Montero, presidenta del COGAM. ¡°Yo sal¨ª del armario con 20 a?os como lesbiana y con 30 como bisexual porque me hab¨ªan educado as¨ª y fue una liberaci¨®n absoluta¡±, ejemplifica.

Por eso, dice, lo primero que hay que tener claro es qu¨¦ es la bisexualidad. Frente a la definici¨®n de la RAE ¨C¡°dicho de una persona que alterna las pr¨¢cticas homosexuales con las heterosexuales¡±¨C, Montero matiza que la bisexualidad es ¡°la capacidad de sentir atracci¨®n emocional, sexual, rom¨¢ntica y/o f¨ªsica por personas de m¨¢s de un g¨¦nero y/o sexo no necesariamente de la misma manera ni con la misma intensidad ni en el mismo tiempo¡±. Y eso ¨²ltimo es lo que quiere remarcar porque, adem¨¢s de que la bisexualidad ¡°es un t¨¦rmino paraguas¡± asegura, el componente de tener simult¨¢neamente parejas de distintos sexos es otro de los t¨®picos que se les cuelgan. ¡°No es un cup¨®n. Hablamos de emociones y no hay que sentir exactamente lo mismo por un hombre que por una mujer porque, realmente, las orientaciones son fluidas. No es una cuesti¨®n de porcentajes sino de capacidad de sentir¡±, afirma.

"La realidad es que los seres humanos somos sexuales y poner etiquetas es como poner barreras al viento. Y una forma de control social tambi¨¦n en la sexualidad de la poblaci¨®n. La bisexualidad siempre ha generado mucha pol¨¦mica. Desde que Freud dijo que todos somos bisexuales. Se ha debatido mucho, incluso dentro de los colectivos LGTB porque se ha considerado como un paso para poder asimilar la homosexualidad cuando, en realidad, hay estudios que sostienen la realidad de la bisexualidad. Desde Kinsey, el primero que estudi¨® el comportamiento sexual, que asegur¨® que entre el 5-10% de la poblaci¨®n es homosexual o heterosexual y el resto se encuadra dentro de escalas de bisexualidad¡±, explica Cristina Corbella, psic¨®loga, sex¨®loga, presidenta de la Asociaci¨®n Garaia de Bilbao y miembro de la Junta Directiva de la Federaci¨®n Espa?ola de Sociedades de Sexolog¨ªa.

Eclipsados e invisibles

Un estudio estadounidense de 2010, publicado en el Journal of Sexual Medicine, encontr¨® que el 3,1% de los adultos se identifican como bisexuales frente a un 2,5% de gays o lesbianas. En el caso de los adolescentes, el porcentaje sub¨ªa hasta un 4,9% en el primer caso y bajaba al 1% en el segundo. Y las mujeres, arrojaba la investigaci¨®n, era ¡°sustancialmente m¨¢s propensas que los hombres a identificarse como bisexual¡±.

Frente esta realidad, la de calle, la cotidiana, nos demuestra que cuando alguien ve a una pareja de hombre y mujer piensa autom¨¢ticamente que son heteros, si son dos hombres, gays y si son dos mujeres, lesbianas. No se contempla otra opci¨®n. No aparece si quiera en nuestro pensamiento. Y si lo hace, el otro arquetipo es el de ¡°solo es una fase¡± al reconocimiento de una orientaci¨®n homosexual. Algo que genera, explica Montero, una doble discriminaci¨®n. ¡°Parece que ser bisexual es como una excusa o un disfraz para no mostrar tu verdadera homosexualidad cuando la realidad es que existimos. Creen que es una manera como m¨¢s f¨¢cil de salir ah¨ª del armario. Y sufrimos homofobia y bifobia. El problema es que es muy complicado de demostrar la bisexualidad. Para poder dar a conocer mi orientaci¨®n sexual o me creen o conocen mi hist¨®rico¡±. Y a?ade que para ver esa impuesta condici¨®n binaria (homo-hetero) solo hay que mirar un poco hacia atr¨¢s. ¡°Es frecuente asumir que un personaje de ficci¨®n o hist¨®rico que ha tenido relaciones con personas sus mismo sexo es autom¨¢ticamente gay o lesbiana porque no se asume que pueda ser bisexual¡±. ?Ejemplos? Nos cita a Oscar Wilde pero tambi¨¦n podr¨ªamos nombrar a Marlene Dietrich, Freddie Mercury o Eleanor Roosevelt.

Otro estudio realizado con mujeres, recogido por el informe Bisexual Invisility de San Francisco, determinaba la estabilidad de esta orientaci¨®n sexual. Sobre una muestra de mujeres categorizadas como lesbianas, bisexuales o sin etiqueta, la investigaci¨®n aseguraba que en 10 a?os ¡°m¨¢s mujeres adoptaron identidades bisexuales/sin etiquetar a las que renunciaron¡± as¨ª como que de las que se identificaron como bisexuales, el 92% manten¨ªan esa etiqueta o la de sin etiquetar una d¨¦cada despu¨¦s y del 61% de las que comenzaron sin etiqueta lo hicieron de nuevo como tales o bisexuales.

Pero adem¨¢s de la invisibilidad, podr¨ªamos decir, social, la presidenta del COGAM se?ala que tambi¨¦n existe la discriminaci¨®n dentro del colectivo homosexual ¡°porque a veces nos perciben como una orientaci¨®n que hace uso de determinados privilegios¡± y el rechazo en la propia pareja ¡°porque se confunde la atracci¨®n con las relaciones a la vez con hombres y mujeres. Como en todo, hay personas mon¨®gamas o no pero eso no est¨¢ relacionado con su orientaci¨®n sexual. En COGAM vemos muchos casos de bisexuales cuyas parejas tienen desconfianza, basada en clich¨¦s y mitos y en la falta de informaci¨®n, porque piensan que tienen relaciones simult¨¢neas o que no les van a dar algo que necesitan¡±.

La bisexualidad masculina

Como dec¨ªamos antes, y utilizando simplemente los casos m¨¢s c¨¦lebres de famosos que han declarado ser bisexuales, la presencia de los hombres es notablemente inferior. Las teor¨ªas de por qu¨¦ ocurre esto son tan diversas, y en ocasiones tan peregrinas, que van desde que para las mujeres es m¨¢s natural por su forma de relacionarse m¨¢s ¨ªntima con las mujeres hasta el ya comentado ¡°camino¡± para reconocer que es gay. ¡°Es verdad que, en general y entre comillas, se soporta mejor e incluso se admite algo m¨¢s la sexualidad de mujeres entre mujeres. Entre hombres parece que violenta m¨¢s pero creo que es por la no valoraci¨®n de la sexualidad de las mujeres. Tradicionalmente la sexualidad de la mujer, independientemente de su orientaci¨®n, es invisible. Solo hay que mirar a los entornos m¨¢s cercanos y a los calificativos que se escuchan para ver que a¨²n sigue siendo ofensivo que una mujer tenga derecho a manifestarse sexuada. En el fondo es un pensamiento tradicional basado en que la sexualidad de las mujeres no es tan importante como la de los hombres. Mientras que en el caso de los hombres se cree que lo que est¨¢ en juego es la masculinidad. La orientaci¨®n sexual es m¨¢s dif¨ªcil de asumir por un hombre y hacerla p¨²blica en una sociedad hom¨®foba con sus barnices progresistas¡±, agrega Corbella.

A este respecto, Montero confirma que ¡°los hombres bisexuales est¨¢n m¨¢s discriminados que incluso los homosexuales. Son m¨¢s invisibles porque no se ha considerado la bisexualidad como una opci¨®n real, estructuralmente no hay otra opci¨®n. Siempre hemos sido los grandes desconocidos dentro del movimiento y socialmente¡±.