Derecho a decidir y nacionalidad
En un art¨ªculo publicado el d¨ªa 2 de mayo, Enrique Gil Calvo esgrime un argumento aparentemente imbatible contra el derecho a decidir de los ciudadanos catalanes. La mayor¨ªa no puede quitar su ciudadan¨ªa a los catalanes que quieren seguir siendo espa?oles.
Al profesor parece escap¨¢rsele que, seg¨²n el art¨ªculo 11.3 de la Constituci¨®n, el Estado espa?ol puede establecer tratados de doble nacionalidad con los pa¨ªses iberoamericanos o con aquellos que tengan o hayan tenido especiales relaciones con Espa?a. En la hip¨®tesis de independencia de Catalu?a escapa a toda verosimilitud que el Parlamento espa?ol denegase un convenio que tiene concedido a Honduras o a Guinea Ecuatorial. Y es seguro que Catalu?a lo solicitar¨ªa. El talante de los se?ores Mas o Junqueras no permite pensar otra cosa.
El argumento de Gil Calvo tampoco ser¨ªa imbatible ante quienes pretenden que la hipot¨¦tica Catalu?a independiente quedara autom¨¢ticamente excluida de la Uni¨®n Europea: no se puede privar de la ciudadan¨ªa europea a todo un sector de poblaci¨®n que la adquiri¨® mediante el cumplimiento, por el que entonces era su pa¨ªs, de todos los requisitos exigidos por los tratados constitutivos.¡ª Jos¨¦ Arias Velasco. Barcelona.
Gil Calvo cuestiona el derecho a decidir de los catalanes aduciendo que si triunfara la propuesta independentista los partidarios de seguir siendo espa?oles perder¨ªan su nacionalidad. No necesariamente, porque lo que se cuestiona es el derecho de los catalanes a ser catalanes y tener capacidad de total autogobierno, y los que quieran seguir con la ciudadan¨ªa espa?ola no tendr¨ªan obligaci¨®n de renunciar a ella, pero eso no depende de Catalu?a y s¨ª de Espa?a el seguir manteniendo esa ciudadan¨ªa. Al fin y al cabo tener doble nacionalidad no es raro. El ejemplo sobre la ley del aborto no es afortunado, ya que en este caso s¨ª se obliga a todas las mujeres a una opci¨®n, que es?la de no poder abortar si lo desean.
Como siempre en este tema, parece que no hay muchos deseos de entenderse entre unos y otros, poseedores del s¨ªndrome de Bertrand du Guesclin ayudando a su se?or.¡ª Pedro Chamarro. Sitges, Barcelona.
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