"Est¨¢ mal visto quejarse por estar gorda"

?Qu¨¦ se siente siendo gorda? La voz de la actriz estadounidense Sarah Baker es, desde el domingo, la que lo ha expuesto de forma descarnada en una perorata tremenda sobre la calamidad que supone ser mujer y tener sobrepeso en los tiempos modernos. Ocurri¨® el pasado domingo, en el ¨²ltimo cap¨ªtulo de Louie, la maravillosa serie del polifac¨¦tico c¨®mico Louis C.K., en la cadena FX (en Espa?a, la emite Canal +).

En el cap¨ªtulo, Louie, que se interpreta a s¨ª mismo de la misma de la Woody Allen se interpretaba a s¨ª mismo en los setenta y ochenta y que ya de por s¨ª es una persona con gramos de m¨¢s, se ve¨ªa con Vanessa, un personaje interpretado por Baker. Una camarera alegre, bella y dulce con la que conectaba espectacularmente pero con la que no se atrev¨ªa a salir formalmente. Hasta que de repente surge el sutil ¨Ctodo en esta serie es sutil¨C conflicto. Louie le habla de lo dif¨ªcil que es conseguir novia. Ella le reta: "Int¨¦ntalo en Nueva York, bien pasados los 30 y siendo gorda". ?l, claro, responde lo que el 90% de los hombres hubieran contestado en ese contexto: "Venga, t¨² no eres gorda". Y sucedi¨® este lacerante mon¨®logo:

Vanessa: Joder, qu¨¦ decepci¨®n, Louie. ?Sabes qu¨¦ es lo m¨¢s cruel que le puedes decir a una chica gorda? 'T¨² no eres gorda'. T¨ªo, es que es un asco. De verdad que lo es. Y lo peor es que ni siquiera est¨¢ bien visto que te lo diga. La gente no est¨¢ dispuesta a escucharlo. A ver: t¨² puedes salir al escenario y hacer un chiste sobre los kilos que te sobran y que por eso te cuesta tener novia¡­ y todo el mundo se r¨ªe. Es adorable. Pero si lo hago yo lo que se creen es que estoy al borde del suicidio.

?Puedo decirlo? Soy gorda. Y es un asco estar gorda. ?Podr¨ªais dejarme decirlo de una pu?etera vez? Mira, me gustas de verdad. Eres un buen chico y a lo mejor la estoy tomando injustamente contigo, pero, en nombre de todas las gordas, voy a hacerte representar a todos los hombres del mundo y te vot a preguntar: ?Por qu¨¦ nos odi¨¢is tanto? ?Qu¨¦ es lo que tienen cosas b¨¢sicas de la humanidad como la felicidad, el sentirse atractiva, amada, y que te sigan los chicos que a nosotras se nos niega? Pues no. Se nos niega. ?Es eso justo? ?Y por qu¨¦ se supone que deba aceptarlo?

Louie: Vanessa, eres una mujer guap¨ªsima...

Vanessa: Si fuera tan guapa, me habr¨ªas dicho 's¨ª' cuando te ped¨ª salir. Venga, Louie, se sincero. ?Sabes lo m¨¢s curioso? Que yo tonteo con chicos todo el rato. ?Y sabes lo que pasa? Que los verdaderamente guapos, los t¨ªos ca?¨®n, me siguen el juego sin pesta?ear. Total, saben que su estatus no corre peligro. Pero los hombres como t¨² nunca tontean conmigo, porque os aterroriza la posibilidad de acabar con una mujer como yo.

?Y por qu¨¦ no? Si t¨² estuvieras ah¨ª mir¨¢ndonos a los dos, ?sabes lo que pensar¨ªas? Que hacemos una pareja cojonuda. Que pegamos el uno con el otro. Sin embargo, t¨² no saldr¨ªas con alguien como yo ni muerto. ?Has salido alguna vez con una chica m¨¢s gorda que t¨²? ?Lo has hecho?

Louie: S¨ª, s¨ª lo he hecho.

Vanessa: No, no, no. No te estoy preguntando si te has follado a una gorda, Louie. Eso seguro que s¨ª. Todos lo hab¨¦is hecho. Cuando te conoc¨ª, si te hubiera dicho: 'Ey, ?te vienes al ba?o a echar un polvo?'. Claro que habr¨ªas venido. Pero no me refiero a eso. Me refiero a salir con una gorda. ?Alguna vez has besado a una gorda? ?Alguna vez le has entrado a una gorda? ?Alguna vez has cogido de la mano a una gorda? ?Alguna vez has paseado por la calle, a la luz del d¨ªa, sujetando la mano de una chica tan grande como yo?

Adelante, c¨®geme la mano. ?Qu¨¦ crees que va a pasar? ?Que se te va a caer la minga por agarrar de la mano de una gorda? ?Y sabes qu¨¦ lo m¨¢s triste de todo? Que es todo lo que quiero. Por supuesto que puedo echar un polvo. Cualquier mujer que lo desee puede hacerlo. Pero no es lo que yo quiero. Ni siquiera quiero un novio o un marido. Lo ¨²nico que me apetece es caminar de la mano de un chico agradable, caminar y conversar".

El mon¨®logo ha sido recibido con clamor en Estados Unidos, acaso un pa¨ªs donde los kilos, el estatus y la apariencia tienen una importancia mayor que aqu¨ª en Europa... pero solo relativamente. Tratado como un discurso osado, de nuevo ci?¨¦ndonos a est¨¢ndares estadoundiense, se ha recibido como el discurso que todo el mundo, chico o chica, gordo, delgado o sencillamente acomplejado, debe leer.

Y algo de raz¨®n tiene. El cap¨ªtulo acaba con la pareja entrelazando sus dedos en un paseo por la rivera del r¨ªo. Sin duda, un buen comienzo para ellos, y una certera forma de golpear la creencia de que cualquier tipo de apariencia f¨ªsica vulgar merece una supermodelo al otro lado de la cama. Es un asco ser gorda, en un mundo que es un asco.