Estremecimiento
Quiero creer que el art¨ªculo de Mar¨ªas, informando que la dosis que nos suministran es letal e irreversible, intenta alertarnos de la necesidad de tomar el ant¨ªdoto cuanto antes
El art¨ªculo de Javier Mar¨ªas del 4 de mayo me ha dejado estremecido. Comenzando por el t¨ªtulo, Gobernaci¨®n, con resonancias del antiguo nombre del ministerio represor durante la dictadura, el resto es una relaci¨®n de tropel¨ªas que los poderes p¨²blicos y algunos de sus servidores cometen, perpetran y fomentan. Todo lo que relaciona Mar¨ªas lo leemos en la prensa todos los d¨ªas, la diferencia es que las noticias se producen de una en una, pero lo que expone el art¨ªculo es una dosis masiva de tropel¨ªas, un cat¨¢logo de corruptelas, incompetencia y abuso de poder. Pasa como con los venenos, si nos administran una dosis letal, como la del art¨ªculo, nos morimos y ya est¨¢, salvo que utilicemos un ant¨ªdoto que elimine los efectos del veneno. Pero si las dosis son peque?as, puede suceder que nos vayamos muriendo poco a poco, o que terminemos inmunizados. Puestos a elegir, siempre ser¨¢ mejor conocer qu¨¦ dosis de veneno nos est¨¢n administrando, tal como informa el art¨ªculo y tomar de una vez el ant¨ªdoto correspondiente. Quiero creer que el art¨ªculo de Mar¨ªas, informando que la dosis que nos suministran es letal e irreversible, intenta alertarnos de la necesidad de tomar el ant¨ªdoto cuanto antes pues, de no ser as¨ª, corremos el peligro de disolver ¡°como l¨¢grimas en la lluvia¡± todo lo avanzado en los ¨²ltimos treinta a?os.
Los espa?oles somos as¨ª
Por Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa Colodro, (Lugo)
El art¨ªculo de Javier Mar¨ªas del domingo 4 de mayo es magn¨ªfico, certero y absolutamente demoledor reflejando la realidad de Espa?a. Pero creo que olvida algo (?qu¨¦ osad¨ªa la m¨ªa enmendando a Mar¨ªas!): afirma que en los casos G¨¹rtel y B¨¢rcenas no hay nadie condenado. S¨ª hay uno: el juez Garz¨®n. Igual que seguramente pronto veremos al primero del caso Blesa: el juez Silva. As¨ª es Espa?a.
Pero no hay de qu¨¦ preocuparse. En pocos d¨ªas tendremos elecciones al Parlamento Europeo y los ciudadanos que decidan ir a votar lo har¨¢n mayoritariamente por PP y PSOE, los partidos responsables de todo lo que denuncia Mar¨ªas en su art¨ªculo. No pasa nada. Los espa?oles somos as¨ª, y por eso tenemos (nosotros los legitimamos con el voto) a los peores pol¨ªticos y Espa?a va como va. Qu¨¦ pena.
Una real novela de ficci¨®n
Por Irene G. Maga?a, (correo electr¨®nico)
Al leer el art¨ªculo Gobernaci¨®n escrito por Javier Mar¨ªas (4 de mayo), he tenido la sensaci¨®n de estar leyendo mi libro de Historia de Espa?a de segundo de bachillerato. El art¨ªculo es una lista de acontecimientos sobre la situaci¨®n de un pa¨ªs (Espa?a, en este caso), e igual que cuando estudiaba dicha asignatura, algo que simplemente vas a memorizar, escribir al d¨ªa siguiente en el examen y olvidar. Despu¨¦s vuelves al mundo real y las cosas son diferentes. Porque aunque lo que est¨¦ escrito en los libros de historia haya sucedido, a m¨ª siempre me ha parecido una novela de ficci¨®n. Llegas al final de la lista de datos con el coraz¨®n en un pu?o, pensando ¡°qu¨¦ mal andan las cosas¡±. La ¨²ltima frase suena a chiste. Y no puedo evitar sonre¨ªr.
Peores que Atila
Por Mar¨ªa ?ngeles Mu?oz, (Madrid)
Se?or Mar¨ªas, gracias, gracias, y no me canso de darle las gracias por su art¨ªculo Gobernaci¨®n. Expresa el sentir y el malestar de tantos y tantos espa?oles que hemos visto c¨®mo en un a?o han sido peores que Atila respecto a logros que nos ha costado m¨¢s de treinta a?os conseguir. ?Qu¨¦ le pasa a la gente, no ve las barbariesque est¨¢n haciendo en nuestro d¨ªa a d¨ªa? Se est¨¢n volviendo como ellos. Mire se?or Mar¨ªas, cuando los domingos mi marido sube el peri¨®dico es tal el ansia cuando veo el suplemento que no podr¨ªa expresar mi sentir a la hora de abrirlo y ver sus art¨ªculos todas las semanas. Me gustar¨ªa tenerlo delante para abrazarle y expresarle, posiblemente llorando, mi agradecimiento por seguir disfrutando de sus reflexiones, siempre tan acertadas con el sentir de tantos espa?oles. De nuevo mil gracias.
PD: habr¨ªa que a?adir la venta de patrimonio que ya empez¨® el se?or Aznar y que el PP contin¨²a. Eso ?no se ve?¡
No a la abstenci¨®n
Por Julia Reiriz Palacios, (Barcelona)
Se acercan las elecciones al Parlamento Europeo en las que se elegir¨¢n a los 751 diputados europeos que representar¨¢n a los ciudadanos europeos en el periodo comprendido entre 2014-2019.
Much¨ªsimas personas se sienten tan cansadas de las mentiras de los pol¨ªticos que no piensan ir a votar. Es decir, van a abstenerse.
Si no vamos a votar, dejamos el camino libre a los pol¨ªticos cuya inmoral manera de hacer pol¨ªtica describe tan brillantemente Javier Mar¨ªas en su art¨ªculo titulado ¡®Gobernaci¨®n¡¯, publicado en El Pa¨ªs Semanal el 4 de mayo de 2014.
Jugar con la imaginaci¨®n
Por Jos¨¦ E. Perdomo, (Alcorc¨®n, Madrid)
Con todo el respeto que me merecen el gran escritor Mill¨¢s y el fot¨®grafo Uly Martin, me gustar¨ªa dar otro enfoque a ¡®La Imagen¡¯ de El Pa¨ªs Semanal del 4 de mayo. Todas y cada una de las im¨¢genes que publican en este apartado dan la posibilidad de diferentes interpretaciones, como si se tratara de las l¨¢minas del test de Rorschach. Aparte de la calidad de la fotograf¨ªa y del contenido del texto, en mi humilde opini¨®n, permite al lector jugar con la imaginaci¨®n y esto es otro a?adido que por unos minutos nos aparta del WhatsApp, el correo electr¨®nico, el m¨®vil, etc¨¦tera; ayud¨¢ndonos al desarrollo de nuestra alineada imaginaci¨®n.
Por un momento observando la imagen veo a dos palmeros y la sombra de un sacerdote en posici¨®n de homil¨ªa. Desde luego no se trata de una misa flamenca, ser¨ªa m¨¢s din¨¢mica y alegre. ?Ser¨¢ que los palmeros aplauden a la buena nueva que anuncia la sombra del sacerdote? Ustedes deciden.
Las caras del lujo
Por Juan R¨ªos Mestre, (Oviedo)
Asombro es lo que sent¨ª cuando cay¨® en mis manos el extra ¡®Lujo¡¯ de El Pa¨ªs Semanal el pasado 27 de abril en el bar de la esquina. Ah¨ª bajo los domingos a tomar un caf¨¦ para seguir siendo lector asiduo de EL PA?S. Las tostadas me las desayuno en casa porque ¨²ltimamente estoy recortando casi tanto como el gobierno me recorta a m¨ª. Despu¨¦s de ojearlo levant¨¦ la mirada buscando entre los parroquianos alguna explicaci¨®n. Imposible porque jam¨¢s visitaron la galaxia de la chica de la portada ni las historias de ganadores de su interior. As¨ª que me sum¨ª de nuevo en la lectura. Hoy so?ar nos cuesta un caf¨¦ y hasta puede hacerse realidad si compras el cup¨®n en la esquina de enfrente. ?Cu¨¢ndo vamos a despertar? No comparto la apolog¨ªa del lujo y no es porque estemos en crisis, sino porque apela a un modelo econ¨®mico-social que para su existencia necesita de la miseria de muchos otros que ya no tienen fuerzas ni para saltar la valla. Habr¨ªa respondido a mis expectativas hacia EL PA?S que el extra ¡®Lujo¡¯ tuviese alg¨²n apartado que con el rigor del mejor periodismo nos mostrase todas las caras del lujo.
La nevera limitada
Por Luis Fernando Crespo, (Alcal¨¢ de Henares, Madrid)
Los investigadores y comercializadores de semillas transg¨¦nicas no dicen: ¡°La clave est¨¢ siempre en el consumidor¡, es necesario producir grandes y constantes cantidades para llegar a un nuevo tipo de consumidor¡± (¡®La nevera globalizada¡¯, El Pa¨ªs Semanal, 4 de mayo). Esta visi¨®n de los negocios, la mercantilizaci¨®n de la econom¨ªa ha incentivado una forma de vida muy exigente en recursos y pr¨®diga en generaci¨®n de residuos; hasta ahora hemos sido consumidores insaciables, pero aunque no lo quieran ver en el futuro estaremos muy limitados al respecto. La continua producci¨®n y destrucci¨®n de mercanc¨ªas para permitir la acumulaci¨®n de riqueza, evoluciona de forma tan err¨¢tica que apabulla a propios (desarrollados/emergentes) y a extra?os (pobres). La escasez del ¡°capital natural¡± se erigir¨¢ en la norma fundamental de la actividad productiva, y nos obligar¨¢ a replantearnos una nueva escala de valores ¨¦ticos, culturales y sobre todo econ¨®micos. Me refiero no solo a nuevas formas de usar el dinero, sino a un cambio muy profundo en los h¨¢bitos de consumo.
Las cat¨¢strofes ecol¨®gicas industriales (Fukushima, plataforma del golfo de M¨¦xico, Chern¨®bil, Bhopal, Seveso¡) y otras m¨¢s cotidianas, como los atascos circulatorios, el enterramiento de la basura urbana, el abastecimiento de agua, la extinci¨®n de paisajes y fauna¡, nos obligan a replantearnos nuestro uso del planeta: los bienes que nos ofrece la naturaleza han de ser valorados no solo por su coste de extracci¨®n y manipulaci¨®n, sino tambi¨¦n por el coste de reposici¨®n.
Esa parte del ego¨ªsmo humano que es necesaria para la supervivencia nos organizar¨¢ y nos obligar¨¢ a transformar las relaciones de simple explotaci¨®n y dominio unidireccional de la naturaleza por el hombre, en otras de mutua colaboraci¨®n y respeto. En definitiva, se trata de volver a considerar el espacio continuo medio ambiente-humanidad como un proyecto sobre el que podamos incidir los ciudadanos, y no como algo ajeno que escapa a cualquier control colectivo o pol¨ªtico, porque sigue las evoluciones del sacrosanto mercado.
Las actitudes individuales de ruptura con el consumo est¨¢n bien, pero la respuesta al reto es social, es la organizaci¨®n humana, la decisi¨®n pol¨ªtica, la que debe limitar nuestro desarrollo econ¨®mico y modular nuestras necesidades. Sabiendo que, en no pocas ocasiones, la reducci¨®n de consumo habr¨¢ de ser impuesta.
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