El legado de Maragall
La presencia del expresidente, enfermo de alzh¨¦imer, en un mitin de ERC suscita dudas sobre la posible instrumentalizaci¨®n de su figura
La presencia de Pasqual Maragall el domingo en el mitin central de Esquerra Republicana de Catalunya ha dejado mal sabor de boca. No porque el expresidente de la Generalitat no tenga derecho a apoyar a quien m¨¢s le plazca en unas elecciones, sino por las dudas que se han suscitado sobre la posibilidad de que su figura hubiera podido ser objeto de instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica.
Maragall sufre de alzh¨¦imer, una dolencia neurodegenerativa para la que no existe tratamiento curativo. La enfermedad se caracteriza por la p¨¦rdida progresiva de la memoria y otras capacidades intelectuales, y su evoluci¨®n var¨ªa mucho de una persona a otra. Es frecuente que durante un largo periodo de tiempo quien la sufre alterne momentos de lucidez con otros de desorientaci¨®n e incluso de incapacidad para saber d¨®nde est¨¢ o con qui¨¦n est¨¢ hablando. En la fase final, la p¨¦rdida de capacidad es total.
Pasqual Maragall dio a conocer que padec¨ªa alzh¨¦imer en 2007, aunque la enfermedad ya llevaba un tiempo de evoluci¨®n. Desde entonces ha ido reduciendo su presencia p¨²blica y en los pocos actos a los que ha asistido ¨²ltimamente ha tenido una participaci¨®n meramente pasiva.
El distanciamiento de la familia Maragall del PSC era conocido. Justo un d¨ªa antes de hacer p¨²blica su enfermedad, el expresidente hab¨ªa devuelto el carn¨¦ de militante. Y su hermano Ernest Maragall, que fue consejero de Educaci¨®n, no s¨®lo abandon¨® la formaci¨®n sino que constituy¨® un nuevo partido que ahora concurre a las europeas aliado con ERC.
Aunque el PSC no quiso echar le?a al fuego, el malestar por la presencia en el mitin de ERC de un Maragall que se ve¨ªa ausente llev¨® ayer a su esposa, Diana Garrigosa, a explicar que fue una decisi¨®n espont¨¢nea del propio expresidente tomada mientras iba a otro lugar por afecto a su hermano. Pero dirigentes de ERC conoc¨ªan ya la noche anterior la posibilidad de que asistiera. Estas contradicciones no ayudan a aclarar la situaci¨®n. En todo caso, la enfermedad que sufre, su condici¨®n de expresidente y el respeto que merece una personalidad p¨²blica muy apreciada obligan a todos, incluido su entorno, a abstenerse de utilizar su figura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.