La medi¨¢tica redenci¨®n de Jer?me Kerviel
El exbr¨®ker se entreg¨® a la justicia tras una marcha a pie de Roma a la frontera francesa Antes par¨® en el Vaticano. Quer¨ªa recibir la bendici¨®n del Papa en su lucha contra la tiran¨ªa de los mercados Condenado por causar p¨¦rdidas de casi 5.000 millones a Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale, reconoce que es culpable. Pero no el ¨²nico
Cabeza de turco para unos, manipulador para otros, el exbr¨®ker de la Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale J¨¦r?me Kerviel ha pasado de encarnar el estereotipo del banquero adicto a la adrenalina de los mercados al de v¨ªctima del sistema. Condenado a tres a?os de c¨¢rcel por causar en 2008 una p¨¦rdida de casi 5.000 millones a su banco mediante operaciones sin red, ingres¨® finalmente en prisi¨®n el domingo. Lo hizo tras una simb¨®lica marcha a pie ¡°contra la tiran¨ªa de los mercados¡±, desde Roma hasta la frontera francesa, seguida en directo por televisi¨®n. Convertido en el rostro de los excesos del capitalismo de casino, ha librado su batalla tanto en los tribunales como en la esfera p¨²blica.
Al cabo de un fin de semana de suspense, Kerviel se entreg¨® a la polic¨ªa cuando estaba a punto de cumplirse el plazo dado por la justicia. El Supremo hab¨ªa confirmado en marzo su condena a cinco a?os de c¨¢rcel, tres de ellos firmes. Sin embargo, anul¨® el fallo que le condenaba a reembolsar los 4.900 millones que gener¨® en p¨¦rdidas. Consider¨® que la Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale fall¨® en sus mecanismos de control, abriendo la v¨ªa a un posible reparto de responsabilidades, la principal reivindicaci¨®n del exbanquero. Queda pendiente un juicio civil para determinar los da?os y perjuicios.
¡°Lo m¨¢s duro es el tiempo que est¨¢ durando todo, entre juicios, recursos y lo que queda de condena, habr¨¢ perdido 10 a?os de su vida¡±, lamenta por tel¨¦fono Jean-Raymond Lemaire, el experto de justicia en inform¨¢tica que acogi¨® al banquero acorralado cuando estall¨® el esc¨¢ndalo en enero de 2008. Kerviel era entonces un joven reservado de 31 a?os que salt¨® a las portadas del mundo entero, tildado de ¡°terrorista¡± por el entonces director del banco, Daniel Bouton. Lemaire, amigo de su abogada, lo acogi¨® unas noches en casa y le ofreci¨® un trabajo a media jornada como contable que cumpli¨® algo m¨¢s de dos a?os. ¡°Diez a?os es exagerado para un chaval que al fin y al cabo no se ha llevado un solo duro¡±.
La vida del joven con aires de Tom Cruise, nacido en el pueblo bret¨®n de Pont-L¡¯Abb¨¦, de padre herrero y madre peluquera, distaba mucho de la de los exc¨¦ntricos golden boy retratados en el cine. Viv¨ªa sin grandes lujos en una vivienda de 50 metros cuadrados cercana al banco en el que trabajaba desde 2000, que alquilaba arriba de un comercio casualmente llamado La bajada a los infiernos. En sus mejores a?os declaraba unos 60.000 euros, contando las bonificaciones. Su primera prima la utiliz¨® para ayudar a su hermano a dar la entrada del piso.
En el proceso se ha ganado el apoyo del l¨ªder del partido de izquierdas o de Marine Le Pen, de extrema derecha
¡°Mi ¨²nico objetivo era hacer ganar dinero al banco¡±, explic¨® a los investigadores. Arrastrado en una espiral infernal, el banquero adicto al trabajo hab¨ªa perdido el sentido de la realidad en un mundo hecho de pantallas y cifras. Diplomado en Finanzas ingres¨® primero en la Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale en el departamento de control y a los cinco a?os entr¨® en la arena como operador de mercados, una promoci¨®n poco habitual. ¡°Cuando pas¨¦ a operar se me cruzaron los cables. No exist¨ªa otra cosa que el banco¡±, relat¨® a Le Parisien en 2009. ¡°Kerviel se mov¨ªa entre hiperdiplomados y sufr¨ªa de un complejo de inferioridad que le llev¨® a demostrar que pod¨ªa ser igual de bueno, incluso mejor¡±, analizaba por su parte Marx Liztler, director de mercados de la Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale hasta 2003, en el Journal du Dimanche en 2012.
En los primeros meses de investigaci¨®n, Kerviel sigui¨® los consejos de Lemaire y mantuvo un perfil discreto. Pero pronto cambi¨® de t¨¢ctica y de abogados. Defendido por el conocido penalista Olivier Metzner (fallecido el a?o pasado) y aconsejado por la responsable de comunicaci¨®n Patricia Chapelotte, decidi¨® llevar su batalla a la esfera p¨²blica. Un mes antes de la apertura de su juicio en mayo de 2010, public¨® su libro L¡¯engrenage: m¨¦moire d¡¯un trader (Flammarion) y multiplic¨® las entrevistas. La t¨¢ctica acab¨® siendo contraproducente: la acusaci¨®n conoc¨ªa por adelantado sus argumentos y los jueces manifestaron en su dur¨ªsimo fallo su hostilidad al circo medi¨¢tico.
Pero en el proceso se ha ganado el apoyo de destacadas figuras. El l¨ªder del Partido de Izquierdas Jean-Luc M¨¦lenchon ve en ¨¦l un ¡°inocente transformado en culpable¡± para permitir a la Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale ser indemnizada por su p¨¦rdida. Hecho in¨¦dito, la l¨ªder del partido de extrema derecha del Frente Nacional, Marine Le Pen, le ha dado recientemente la raz¨®n: ¡°Ensa?arse con un hombre sin cuestionar el sistema de especulaci¨®n que permite a los bancos jugar al casino con los ahorros de la gente me parece un poco f¨¢cil¡±. La pol¨ªtica verde y antigua juez estrella Eva Joly denuncia tambi¨¦n un ¡°juicio muy desequilibrado¡±. El cineasta Christophe Barratier, director de Los coristas, prepara por su parte una pel¨ªcula basada en su libro.
El ¨²ltimo cap¨ªtulo en la particular odisea de Kerviel se abri¨® a finales de febrero en la plaza San Pedro de Roma. Un conocido animador de radio anunci¨® en directo que el papa Francisco estaba recibiendo al exagente de Bolsa arrepentido y a su abogado actual, el tambi¨¦n medi¨¢tico David Koubbi. El potente comit¨¦ de apoyo del exbanquero, presidido por el obispo Jean-Michel Di Falco, conocido por liderar el grupo musical de Les Pr¨ºtres, hizo circular en las redes sociales la fotograf¨ªa de Kerviel d¨¢ndole la mano al sumo pont¨ªfice. El Vaticano clarific¨® a continuaci¨®n que el encuentro no fue una audiencia privada sino en p¨²blico en la plaza con miles de fieles. ¡°Es algo totalmente revelador del personaje¡±, apunta la periodista Olivia Dufour, autora del extensivo Kerviel, investigaci¨®n de un se¨ªsmo financiero (Eyrolles, 2012). ¡°En base a un evento bastante modesto, lo transforma y lo convierte en otra cosa¡±.
Para entonces, Kerviel ya hab¨ªa iniciado su peregrinaje a pie como una suerte de v¨ªa crucis de redenci¨®n, con un rosario bendecido por Francisco en la mochila. ¡°Es una marcha contra la tiran¨ªa de los mercados, seg¨²n las palabras del santo padre¡±, explic¨® su abogado, en referencia a la cr¨ªtica realizada en varias ocasiones por el Papa. Al llegar a la frontera francesa lanz¨® su ¨²ltimo ¨®rdago: condicionar su entrega a la justicia a que el presidente Hollande concediera la inmunidad a los testigos dispuestos a testificar a su favor en su juicio civil pendiente. Ante la negativa del El¨ªseo a entrar al trapo ¡ªse limit¨® en se?alar que si el banquero quer¨ªa la inmunidad siguiera los procedimientos¡ª finalmente se entreg¨® cual m¨¢rtir resignado a su destino.
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