Perder el alma
El Europarlamento es la instituci¨®n m¨¢s democr¨¢tica, pero no ha sido decisiva. S¨ª el BCE
Uno de los candidatos espa?oles al Parlamento Europeo (PE), en el debate a seis que tuvieron en TVE la semana pasada, dijo: "Hemos salvado el euro, pero hemos perdido el alma". De eso tratan las elecciones que tienen lugar en los distintos pa¨ªses europeos estos d¨ªas, y hoy en Espa?a. De hacia d¨®nde va el proyecto europeo despu¨¦s de una legislatura de crisis permanente.
El cap¨ªtulo del informe sobre la eurozona, que hizo p¨²blico hace unos d¨ªas la Organizaci¨®n de Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), era muy expresivo del ambiente de incertidumbre que se ha adue?ado de los ciudadanos de la regi¨®n: "Crecimiento d¨¦bil y no inclusivo". Lo m¨¢s significativo no es lo que se dice de lo sucedido durante los a?os de la Gran Depresi¨®n del siglo XXI (desde el a?o 2008) ¡ªm¨¢s o menos conocido¡ª, sino del conjunto del periodo que va desde que funciona el euro (con ciclos de expansi¨®n, recesivos y con estancamiento): el empleo no tuvo avances superiores a los de antes de la moneda ¨²nica, y la productividad creci¨® menos de lo que lo ha hecho en el ¨¢rea de la OCDE. Por no hablar de los homeop¨¢ticos escenarios de crecimiento pronosticados para el largo plazo.
Preocupa lo que va a suceder en pa¨ªses como Francia, Reino Unido e Italia, ya que entre los tres eligen casi un tercio del total de eurodiputados
Aunque es la instituci¨®n m¨¢s democr¨¢tica de la UE, el Europarlamento no es la instituci¨®n m¨¢s determinante (en el periodo anterior lo ha sido un banco: el Central Europeo). Sin embargo, despu¨¦s del tratado constitucional, el PE ha adquirido m¨¢s funciones y m¨¢s centralidad. Y es la composici¨®n de este PE la que se vota. Los pron¨®sticos indican un fuerte crecimiento de las fuerzas eurof¨®bicas y populistas. Preocupa especialmente lo que va a suceder en pa¨ªses grandes como Francia, Reino Unido e Italia (entre los tres pa¨ªses eligen casi un tercio del total de eurodiputados), y en otros medianos y peque?os como Holanda, Grecia, Dinamarca, Finlandia, Austria o B¨¦lgica.
Esa inquietud no es tanto porque vayan a ser partidos mayoritarios en el PE (adem¨¢s, entre s¨ª, son muy heterog¨¦neos), sino por un fen¨®meno que ya se ha generado en la pol¨ªtica interna de algunos pa¨ªses: que o bien logren condicionar a los dem¨¢s partidos, oblig¨¢ndoles a adoptar pol¨ªticas coincidentes con las suyas (aunque verbalmente abominen de ellas), o bien dificulten, o bloqueen, la adopci¨®n de medidas que son imprescindibles para avanzar.
Podr¨ªa haber una consecuencia a?adida de la cual tambi¨¦n se discute mucho ¡ªo se practica¡ª a nivel nacional: que los populistas obliguen a las fuerzas pol¨ªticas centrales (socialdem¨®cratas y conservadores) a pactar de modo semipermanente entre ellas, o incluso a coaligarse, suspendiendo la necesaria competencia pol¨ªtica entre ellas, siendo ideol¨®gicamente tan diferentes. As¨ª, el PE, en vez de legitimarse haciendo pol¨ªtica con may¨²scula, quedar¨ªa sumido en una especie de bipartidismo tecnocr¨¢tico imperfecto, que cada vez es m¨¢s rechazado por la mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa, y que posiblemente es una de las causas de tan gran abstenci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.