Una f¨¢bula real

Parece que asistimos a una gran ofensiva de zorros a punto de entrar en el gallinero de Estrasburgo. Es una f¨¢bula realista que copio de uno de los raposos m¨¢s notorios, Nigel Farage, l¨ªder del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP), que define as¨ª a su propia formaci¨®n: ¡°Es el zorro que se ha metido en el gallinero de Westminster¡±. El bander¨ªn de enganche de Farage, que arrastra a los conservadores m¨¢s obtusos, es el de celebrar cuanto antes en Trafalgar Square la salida de la Uni¨®n Europea. A la espera de tan jubiloso d¨ªa, Farage ejerce de europarlamentario desde 1999. De acuerdo con su discurso, lleva a?os gorroneando euros en Estrasburgo, vestido, eso si, de pollo-pera, y con denuncias de no manejar de forma muy virtuosa sus abultados ingresos como zorro. De las palabras a los hechos siempre hay un trecho, y es sabido que Mussolini hizo en confortable coche-cama la heroica marcha a pie para tomar Roma. La actual campa?a, en general, respondi¨® en las formas a un tuit de Dante: ¡°El triste riachuelo en su descenso?/ al pie de los malvados sitios tristes¡±. Lo que resulta m¨¢s inquietante es la victoria de la operaci¨®n eufem¨ªstica para hacer presentable lo impresentable. Los grupos de extrema derecha son ahora identificados con la amable etiqueta de euroesc¨¦pticos. As¨ª, estas maquinarias de odio y resentimiento, que se?alan como amenaza a los m¨¢s vulnerables, ayer los jud¨ªos y hoy los inmigrantes, pasan a recibir el tratamiento de clubes patri¨®ticos un poquito ofuscados. Ese secuestro de las palabras es el verdadero secuestro de Europa, donde ¡°austeridad¡± quiere decir ¡°m¨¢s desigualdad¡±. ?Euroesc¨¦pticos? Euroesc¨¦pticos lo podemos ser todos, empezando por los que desean una Europa m¨¢s unida y a la vez federalista. En realidad, hace tiempo que los zorros merodean el gallinero. Farage, Le Pen y compa?¨ªa son de otra especie m¨¢s peligrosa. Humanos en partida de caza.