Qu¨¦ ofrecer a los europeos
La nueva Comisi¨®n tendr¨¢ que impulsar de manera decidida el crecimiento econ¨®mico y el empleo, replantear la proyecci¨®n exterior de la UE, avanzar hacia una uni¨®n energ¨¦tica y trazar una pol¨ªtica migratoria com¨²n
Las elecciones han mostrado la frustraci¨®n, el descontento y la desconfianza ciudadana. Las nuevas instituciones comunitarias se enfrentan a una legislatura crucial marcada por la salida de la crisis, los retos globales y una creciente desafecci¨®n hacia la Uni¨®n Europea. Hay que sacar lecciones profundas, incluyendo el innegable impacto que tendr¨¢ el auge euroesc¨¦ptico en las pol¨ªticas nacionales. La UE debe escuchar, renovarse y actuar en consecuencia para no dejar a buena parte de la ciudadan¨ªa atr¨¢s. Para ello se necesita un gran programa de prioridades estrat¨¦gicas.
La econom¨ªa ser¨¢, sin duda, la primera de las prioridades. Se ha avanzado mucho en nuevos mecanismos de integraci¨®n, como el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) o la Uni¨®n Bancaria, pero a¨²n queda mucho por hacer. La nueva Comisi¨®n tendr¨¢ que impulsar de manera decidida el crecimiento econ¨®mico y empleo, haciendo posible que los pa¨ªses del sur puedan compatibilizar sus objetivos de reducci¨®n de d¨¦ficit y deuda con pol¨ªticas de crecimiento, que son las ¨²nicas que pueden permitir reducir la deuda a largo plazo. El paro juvenil es una lacra que amenaza con crear una generaci¨®n perdida. La nueva Comisi¨®n debe facilitar las condiciones para llevar a cabo pol¨ªticas activas de empleo en los Estados miembros, sobre todo hacia los j¨®venes, siguiendo el camino que abri¨® en noviembre del a?o pasado cuando lanz¨® el plan de empleo juvenil. La Comisi¨®n podr¨ªa ampliar los fondos para programas nacionales y regionales en este ¨¢mbito. De su ¨¦xito depende que se recupere el consumo, el dinamismo y el crecimiento.
Las pol¨ªticas de crecimiento deben ser prioritarias y entre ellas no hay ninguna m¨¢s importante que la de impulsar la I+D, tanto p¨²blica como privada. La UE debe hacer un esfuerzo presupuestario en este sentido y facilitarlo tambi¨¦n a los pa¨ªses miembros, permitiendo por ejemplo que el gasto en I+D o el gasto en algunas pol¨ªticas activas de empleo orientadas hacia los j¨®venes no computen para el d¨¦ficit. Si se ha hecho con las ayudas al sector financiero, debiera poderse hacer para la inversi¨®n. Adem¨¢s, la propia Uni¨®n debe potenciar sus propias actividades en este ¨¢mbito. Pero para ello es imprescindible que se incremente su presupuesto.
Las propuestas de c¨®mo hacerlo son varias, desde la creaci¨®n de un impuesto comunitario al incremento de la contribuci¨®n a trav¨¦s de impuestos nacionales. Habr¨¢ que apostar por aqu¨¦llas que sean t¨¦cnica y pol¨ªticamente m¨¢s viables. Adem¨¢s, en materia fiscal, Europa requiere una m¨ªnima homogeneizaci¨®n, por lo menos en las bases del impuesto de sociedades. De esta manera, se podr¨¢ evitar que se explote de manera perniciosa las diferencias entre pa¨ªses miembros.
Es fundamental que se arreglen los fallos en el dise?o de la arquitectura institucional del euro
Finalmente, ahora que lo peor de la tormenta parece haber pasado, es fundamental que se arreglen los fallos en el dise?o de la arquitectura institucional del euro. Los avances en la uni¨®n bancaria son importantes, pero quedan dos elementos por cerrar: un verdadero saneamiento del sistema bancario europeo que facilite el flujo del cr¨¦dito y aleje el fantasma de la deflaci¨®n y alg¨²n tipo de mecanismo de mutualizaci¨®n de la deuda que proteja a los pa¨ªses m¨¢s vulnerables de los vaivenes de los mercados. El papel del Banco Central Europeo en ambos es fundamental, como lo es potenciar el crecimiento mediante una pol¨ªtica monetaria expansiva y facilitando el acceso a los mercados de aquellos pa¨ªses vulnerables y que a¨²n dependen de la garant¨ªa impl¨ªcita del BCE para poder financiarse.
Pero es m¨¢s que la econom¨ªa: el mundo no se para a esperar. Asuntos como la conclusi¨®n del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, la negociaci¨®n con Ir¨¢n o la Cumbre sobre Cambio Clim¨¢tico de Par¨ªs en 2015 ser¨¢n claves para los pr¨®ximos a?os. La oportunidad de replantear la pol¨ªtica exterior europea es clara. La mirada europea al entorno global debe girar en torno a tres ejes que se corresponden con los retos que plantean nuestras tres vecindades. Tendremos que ganarnos nuestro sitio en un contexto mundial vol¨¢til, inestable y cambiante; tratando de implicarnos de manera activa y resuelta para asegurar una gobernanza global positiva y aceptable para todos.
La primera vecindad, la oriental, est¨¢ marcada por la crisis en Ucrania. Tras la anexi¨®n ¡ªilegal¡ª de Crimea por parte de Rusia y la compleja aproximaci¨®n de Mosc¨² basada en esferas de influencia, hay que repensar la relaci¨®n con la Rusia de Putin. La dependencia energ¨¦tica, los lazos hist¨®ricos y la proximidad geogr¨¢fica hacen que Rusia sea un socio clave para el futuro del continente, pero la pol¨ªtica exterior que ha puesto en marcha el Kremlin representa un gran desaf¨ªo para la seguridad y unidad europea.
La segunda vecindad, la meridional, sigue enfrascada en un proceso de transici¨®n dif¨ªcilmente clasificable, muy exitoso en algunos casos ¡ªT¨²nez¡ª y desalentador en otros ¡ªSiria¡ª. Se detecta una suerte de abandono de la presencia europea en la ribera sur del Mediterr¨¢neo, suplida en parte por la presencia de otros pa¨ªses ¨¢rabes. La ayuda econ¨®mica que est¨¢n proporcionando los pa¨ªses del Golfo es una enorme novedad en el mundo ¨¢rabe, que hab¨ªa sido reacio ¡ªcomo en el caso de Palestina, sostenida fundamentalmente con dinero europeo¡ª a mostrar solidaridad entre s¨ª. Pese a lo positivo del cambio de tendencia, ser¨¢ muy dif¨ªcil llenar de nuevo el vac¨ªo de presencia europea si no se apuesta por recuperar pronto el espacio.
La tercera vecindad, la m¨¢s dif¨ªcil de gestionar, es la vecindad determinada por la interdependencia. La interdependencia nos hace a todos vecinos. Este tipo de vecindad no est¨¢ condicionada por la geograf¨ªa sino por los crecientes lazos econ¨®micos, pol¨ªticos y sociales con otras zonas del mundo, cada vez m¨¢s complejos e interrelacionados. Dentro de esta red de interdependencia est¨¢n nuestros m¨¢s importantes socios, desde Estados Unidos a China, pasando por otros emergentes y actores no estatales. Su gesti¨®n requiere de una apuesta clara y sin complejos por la gobernanza global y el multilateralismo eficaz, a todos los niveles.
Tendremos que ganarnos nuestro sitio en un contexto mundial vol¨¢til, inestable y cambiante
La interdependencia, para Europa, tiene una clara correlaci¨®n con la dependencia energ¨¦tica. Avanzar hacia una uni¨®n energ¨¦tica es fundamental y debiera ser uno de los grandes objetivos de la nueva Comisi¨®n. Necesitamos una pol¨ªtica energ¨¦tica com¨²n. Dicha pol¨ªtica comprende dos ¨¢mbitos fundamentales: el mercado ¨²nico y la planificaci¨®n colectiva de inversiones, del mix energ¨¦tico y de compra de energ¨ªa a terceros. Para el mercado ¨²nico es clave avanzar hacia una verdadera regulaci¨®n ¨²nica en el continente ¡ªdemasiado intergubernamental debido al dise?o de la agencia europea ACER¡ª. Europa necesita m¨¢s infraestructuras que conecten a los Estados miembros entre s¨ª, con m¨¢s interconexiones de l¨ªneas el¨¦ctricas y de gaseoductos. Para ello hay que intensificar la ejecuci¨®n de los planes TEN-E (Redes Trans-Europeas de Infraestructuras Energ¨¦ticas). Por ¨²ltimo, la Uni¨®n Europea debe contemplar la posibilidad de centralizar la compra de energ¨ªa a terceros ¡ªtal como propuso el primer ministro polaco Donald Tusk¡ª. De otro modo se necesita, como m¨ªnimo, de una mayor transparencia en las compras que hace cada uno de los Estados miembros a terceros. Ahora mismo, por ejemplo, los contratos entre las empresas compradoras de los distintos Estados miembros con Gazprom son confidenciales. En este proceso de integraci¨®n energ¨¦tica, la Uni¨®n Bancaria ofrece pistas sobre c¨®mo asegurar el inter¨¦s comunitario pero a la vez manteniendo un equilibrio entre las distintas instituciones europeas: la Comisi¨®n, el Parlamento, el Consejo y el BCE.
La nueva Comisi¨®n tendr¨¢, adem¨¢s, que asegurarse de trazar una pol¨ªtica migratoria com¨²n, especialmente necesaria para acallar a los xen¨®fobos y dotar de coherencia al espacio Schengen de libre circulaci¨®n; uno de los mayores ¡ªe irrenunciables, pese a estar ¨²ltimamente cuestionado¡ª logros europeos.
Necesitamos un continente innovador con un nuevo impulso transformador que aliente una nueva edad dorada europea. Las instituciones europeas necesitan renovarse y recuperar el apoyo de todos los ciudadanos de la Uni¨®n. No lo lograr¨¢n sin demostrar su eficacia.
Javier Solana es distinguido senior fellow de Brookings Institution y presidente del Centro de Econom¨ªa y Geopol¨ªtica Global de ESADE.
? Project Syndicate, 2014.
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