Perdidos
Desde hace tiempo lo que escribo me sabe mal. Me gusta m¨¢s lo que escriben los otros
En la ¨²ltima novela de Rodrigo Fres¨¢n (La parte inventada, Mondadori), el escritor que la protagoniza piensa que dejar de escribir puede ser m¨¢s sencillo que seguir haci¨¦ndolo: ¡°Pasar el resto de la vida como alguien que ya no escribe (...) Y sonre¨ªr esa sonrisa triste de los que alguna vez fueron adictos a algo: la sonrisa de quienes est¨¢n mejor de lo que estaban, pero no necesariamente m¨¢s felices. La sonrisa de quienes (...) sospechan que en realidad ellos no eran los adictos sino, apenas, la adicci¨®n: la incontrolable sustancia controlada, la tan efectiva como pasajera droga. Y, entre temblores, comprenden que algo o alguien se los ha quitado de encima porque ya no les sirve (...) Y que por eso la droga ha partido, lejos de ellos, en busca de sustancias mejores y m¨¢s poderosas¡±. En marzo, en Lima, durante una mesa redonda en la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, el escritor colombiano H¨¦ctor Abad Faciolince sonri¨® esa sonrisa triste de los que alguna vez fueron adictos y dijo: ¡°Cuando vengo a estos encuentros de escritores, me siento como un cura que ha perdido la fe en una reuni¨®n de obispos. Desde hace tiempo lo que escribo me sabe mal. Me gusta m¨¢s lo que escriben los otros. Yo he perdido la fe, yo ya no escribo¡±. En la sala se escuch¨® un ¡°?ah!¡± aterrado, como si alguien hubiera deshecho el conjuro que manten¨ªa cerrada la puerta de los monstruos. Si, al decir de Rubem Fonseca, ¡°El objetivo honrado de un escritor es henchir los corazones de miedo¡±, H¨¦ctor Abad logr¨® henchir, esa tarde, mi coraz¨®n de miedo. Y all¨ª, sentada entre decenas de escritores, record¨¦ la voz de Pina Bausch diciendo, con una certeza nacida del horror y de los huesos, ¡°Bailen, bailen, o estamos perdidos¡±. No he dejado de pensar en esas cosas. Me parecen, a la vez, bellas y tristes, quiz¨¢s amenazantes. Como la fe, como el amor, como la p¨¦rdida de todo lo encontrado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.