S¨ª a los servicios p¨²blicos

A uno no deja de sorprenderle la sumisi¨®n de las gentes de este pa¨ªs a la vista de todo lo que se nos ha venido encima en estos ¨²ltimos a?os y la corrupci¨®n casi institucionalizada existente. Y un ejemplo m¨¢s de esta subordinaci¨®n la tenemos en la aceptaci¨®n de la ciudadan¨ªa, sin apenas oposici¨®n, de la sistem¨¢tica negaci¨®n de la atenci¨®n presencial de un elevado n¨²mero de gestiones por parte de algunos organismos que configuran la Administraci¨®n General del Estado.

Consentir, sin queja alguna, que se nos niegue la gesti¨®n y la entrega de los m¨¢s simples certificados, oblig¨¢ndonos a recurrir a certificados digitales e Internet pone de manifiesto la resignaci¨®n de buena parte de la poblaci¨®n. ?Tiene l¨®gica negar el servicio y obligar a una persona mayor, y no tan mayor, que no dispone de los conocimientos ni de los medios, a tener que buscarse la vida para obtener certificados tan simples como podr¨ªa ser un duplicado del documento de afiliaci¨®n? ?Es decente empujar a muchos particulares a tener que gastarse su dinero en un gestor ante la dificultad a la hora de hacer lo que hasta la fecha eran sencillos tr¨¢mites? ?Tiene l¨®gica suprimir servicios para luego cederlos a terceras empresas, en concurso p¨²blico, por unos importes que en la mayor¨ªa de casos sobrepasan con creces los gastos materiales y humanos que le pod¨ªan representar a la propia Administraci¨®n? Y por ¨²ltimo cabr¨ªa preguntarse ?qu¨¦ ley contempla el no poder hacer una gesti¨®n presencialmente por la negaci¨®n de la propia Administraci¨®n P¨²blica? Hemos de ser conscientes de que dif¨ªcilmente podremos recuperar servicios y derechos una vez perdidos.¡ª Marco Sebasti¨¢n Noferini.