Precios de cereales: calma tras la tormenta

Esta entrada ha sido escrita por Steve Wiggins, investigadordel brit¨¢nico Overseas Development Institute (ODI). Sus argumentos est¨¢n basados en el informeShockwatch: Food prices annual review, que public¨® la semana pasada el ODI.

Tras m¨¢s de tres d¨¦cadas de ca¨ªda en los precios de cereales, la crisis a fines de 2007 e inicios de 2008 tom¨® a todos por sorpresa. El precio del ma¨ªz y trigo se multiplic¨® por dos y el arroz se triplic¨®. Los precios bajaron pero despu¨¦s vinieron los shocks provocados por ca¨ªda en las cosechas en 2010 (causada por los pa¨ªses del Mar Negro) y 2012 (Estados Unidos).

No sorprende que algunos observadores concluyeran, por tanto, que tendr¨ªamos que habituarnos a precios alt¨ªsimos y muy inestables de cereales. Sin embargo, ¨¦ste no es el caso. Los precios se han moderado nuevamente y parece que esta tendencia se mantendr¨¢.

?Qu¨¦ est¨¢ ocurriendo? El shock de 2007-08 surgi¨® debido a tres factores que afectaron la producci¨®n: alza en el precio del petr¨®leo, una explosi¨®n en la producci¨®n de etanol en EE.UU. y un aumento de sueldos en Asia. El p¨¢nico de algunos pa¨ªses empeor¨® la situaci¨®n, ya sea productores que limitaron sus exportaciones y otros que aumentaron sus importaciones.

En los siete a?os desde 2007, los granjeros fueron incapaces de adaptarse totalmente a la nueva situaci¨®n. Eso se debi¨® a la crisis en las cosechas en 2010 y 2012, y a que EE.UU. sigui¨® devorando ma¨ªz para destilar etanol hasta 2011.

Pero todo esto ha cambiado. No ha habido serios problemas de producci¨®n en los ¨²ltimos 18 meses mientras que la expansi¨®n en la producci¨®n de etanol estadounidense se ha frenado. Adem¨¢s el precio del petr¨®leo ha dejado de aumentar dr¨¢sticamente.

Aunque lo que realmente ha marcado la diferencia es una mayor producci¨®n de cereales desde entonces, concretamente 329 millones de toneladas. Esto representa m¨¢s del doble del aumento en la producci¨®n en los siete a?os anteriores a la crisis de 2007-08.

Lo m¨¢s sorprendente es que casi tres cuartos de esto provino de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, y no de exportadores tradicionales de grano como Norteam¨¦rica, Europa y Australia. Eso se debe en parte a una reacci¨®n al aumento de precio, pero tambi¨¦n a los esfuerzos multilaterales. Sobre todo, los16.000 millones de euros acordados en la cumbre del G8 de julio de L'Aquila (Italia) en 2009 para ayudar alos granjeros de pa¨ªses en desarrollo para aumentar su producci¨®n. En muchos casos, esto se tradujo en ayuda para compra de semillas y fertilizantes, y hasta incentivos en los precios.

Eso s¨ª, aunque el precio de los cereales se haya reducido, estos se mantienen m¨¢s altos que antes de la crisis de 2007. Concretamente, un 74% m¨¢s para ma¨ªz, 60% para trigo y 32% para arroz. Despu¨¦s de todo, el precio del petr¨®leo sigue estando m¨¢s alto que antes afectando al coste de los fertilizantes, EE.UU. sigue usando 130 millones de toneladas de ma¨ªz al a?o para producir etanol y el costo de mano de obra agr¨ªcola en Asia ha aumentado.

?Qu¨¦ hemos aprendido por tanto en los ¨²ltimos siete a?os? Que muchas de las propuestas lanzadas en 2008, como la creaci¨®n urgente de una reserva mundial de cereales y restricciones en el mercado de futuros, no son necesarias.

Y, sobre todo, que el sistema est¨¢ funcionando. Un alivio para pa¨ªses como Egipto y M¨¦xico, exportadores netos de cereales con millones de pobres en zonas urbanas.