Monarqu¨ªa o rep¨²blica
A ra¨ªz de los ¨²ltimos acontecimientos relativos a la abdicaci¨®n y la efervescencia del debate entre Monarqu¨ªa o Rep¨²blica, Rajoy se ci?e a que quien quiera cambiar el modelo de Estado, que plantee una reforma constitucional, sabiendo perfectamente que los dos partidos mayoritarios no est¨¢n por la labor porque son conscientes de que se vendr¨ªa abajo el hegem¨®nico bipartidismo que les ha reportado todo tipo de gabelas. El miedo que sienten a los cambios es directamente proporcional a la distancia que les separa del pueblo, que clama por una renovaci¨®n ante los evidentes s¨ªntomas de un sistema gripado y obsoleto. Como siempre apelan al sintagma ¡°pa¨ªses de nuestro entorno¡± para compararse en aquello que les interesa, no estar¨ªa de m¨¢s que desde la prensa se recordase durante estos d¨ªas en que soplan vientos de cambio, que nuestra vecina Portugal reform¨® siete veces en 35 a?os su norma fundamental; Francia, 25 en 53; Italia, 13 en 64, y Alemania, 60 en 62. Aqu¨ª dos veces en casi 40 a?os; y una de ellas, v¨ªa Merkel. A veces la frialdad de los n¨²meros es m¨¢s elocuente que la verborrea inane de nuestros pol¨ªticos que, contradiciendo la m¨¢xima lampedusiana, prefieren no cambiar nada para que todo siga igual (para ellos).¡ª Daniel Garc¨ªa Delicado. Albacete.
Confieso que siempre me he sentido republicano. No por nada, simplemente no acepto que alguien sea algo solo por el hecho de ser ¡°hijo de¡±. Pero en esta partitocracia democr¨¢tica en que vivimos, pensar en que el presidente de la Rep¨²blica de Espa?a pudiera ser Aznar, o Bono, o Ca?ete de aqu¨ª a unos a?os, se me ponen los pelos de punta. Y es que, ese cargo, acabar¨ªa siendo el destino de alg¨²n senador propuesto a dedo por el partido que mandara en ese momento. El ¨²ltimo escal¨®n del cementerio de elefantes partidista. Pues la verdad, para eso prefiero a un profesional preparado desde ni?o, que hable idiomas, y que no sea un elemento de vaivenes pol¨ªticos como son la educaci¨®n, la justicia, las libertades, etc¨¦tera. Y prefiero que sea as¨ª al menos hasta que una regeneraci¨®n total de los pol¨ªticos de la vieja guardia y una independencia real de los dem¨¢s poderes del Estado permita escoger candidatos independientes que hayan demostrado su verdadera val¨ªa en pol¨ªtica.
Visto as¨ª, un rey no tiene por qu¨¦ estar mal. Eso s¨ª, con dos condiciones: de inviolabilidad nada de nada, y la aprobaci¨®n de una ley para poder destronarlo democr¨¢ticamente, algo as¨ª como un impeachment real.¡ª Eduard Baras. Barcelona.
Me gustar¨ªa decir a mis queridos dirigentes de PP, PSOE, CiU, IU, Podemos, etc¨¦tera, que el problema de Espa?a no es si el modelo es Rep¨²blica o Monarqu¨ªa parlamentaria. El problema es la corrupci¨®n generalizada de la clase pol¨ªtica y los seis millones de parados.¡ª Andr¨¦s J. Moreno Ca?izares. Vila-Seca, Tarragona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.