¡°Aqu¨ª los ni?os quieren trabajar¡±
Algunos menores bolivianos tienen en la mina la ¨²nica v¨ªa para continuar los estudios
¡°Puede que desde Europa no se entienda. Pero aqu¨ª los ni?os quieren trabajar, lo necesitan para ayudar a sus familias¡±. Aqu¨ª es Bolivia y quien habla Marco Abascal, director de Pasocap, una organizaci¨®n que trata de ayudarles a sacar sus estudios adelante. No luchan contra el empleo infantil, algo que consideran casi inevitable, pero s¨ª contra la explotaci¨®n y porque sea compatible con la escuela.
La organizaci¨®n tiene medio centenar de internados, en colaboraci¨®n con la ONG espa?ola Ayuda en Acci¨®n, que albergan a alrededor de medio centenar de menores cada uno. El primer objetivo de estos centros es acercar a los ni?os a las escuelas para evitarles hasta cuatro horas diarias de caminata, las que distan de sus domicilios familiares a los colegios.
Los centros sirven tambi¨¦n para ¡°acompa?arlos¡± en sus inicios laborales. El proyecto Ni?os y Adolescentes Trabajadores (NATS) sirve para incentivarles a que no dejen los estudios mientras trabajan, a que conozcan sus derechos y a que no sean explotados. Promueven ocupaciones como la limpia de pescado en el mercado o el reparto de peri¨®dicos, en detrimento de otras, como la mina, que puede poner en peligro su vida y su salud.
Pero no siempre lo consiguen. Los ni?os mineros, aunque cada vez menos, siguen existiendo en Bolivia. Ismael, residente en uno de estos internados, que ahora tiene 18 a?os, lleva en este oficio desde hace cuatro. Los viernes sale del centro del Altiplano boliviano donde vive y se va a perforar, a cargar con la carretilla¡ ¡°Empec¨¦ por necesidad, porque mi madre muri¨® hace tiempo y mi padre no me apoyaba. Ahora est¨¢ con otra mujer y se ha olvidado de nosotros; no volver¨¦ a verle¡±, explica en el v¨ªdeo que se puede ver sobre este texto, grabado por Ayuda en Acci¨®n. La ¨²nica forma de continuar los estudios era el yacimiento. En un fin de semana puede sacar hasta 400 bolivianos, casi 43 euros, una peque?a fortuna.
La mina es un riesgo constante. Un lugar donde se puede perder la vida en cualquier momento y en el que las enfermedades pulmonares est¨¢n a la orden del d¨ªa. A Ismael no le importaba al principio, le gustaba el trabajo. Pero con el tiempo se fue dando cuenta de que ¨¦se no deb¨ªa ser su futuro: ¡°Me gustar¨ªa estudiar para profesor de educaci¨®n f¨ªsica o entrarme en una escuela de f¨²tbol. Ese es mi sue?o: poder jugar. Me ir¨¦ a Potos¨ª para inscribirme y probar. Y ah¨ª tambi¨¦n tendr¨¦ que mantenerme yo solo, ya que mi padre se ha olvidado de m¨ª¡±.
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