El Tea Party resurge
El fracaso en las primarias del l¨ªder republicano en la C¨¢mara convulsiona la pol¨ªtica de EEUU
La derrota ]en unas primarias locales del n¨²mero dos del Partido Republicano en el Congreso de EE?UU, Eric Cantor, a manos de un desconocido candidato del radical Tea Party es un terremoto en la vida pol¨ªtica estadounidense y ha dado una perspectiva nueva a la carrera de las elecciones presidenciales de 2016. Cantor representa al distrito 7 de Virginia desde 2001 y es portavoz de la mayor¨ªa republicana en la C¨¢mara de Representantes. Situado sin ambig¨¹edad a la derecha del espectro pol¨ªtico, bien visto incluso por el propio Tea Party en el pasado, estas credenciales ¡ªy un presupuesto 25 veces mayor que el de su oponente¡ª no le han servido para evitar la derrota ante David Brat.
Brat, hasta hace d¨ªas un desconocido profesor de Econom¨ªa con una licenciatura en Teolog¨ªa, acentu¨® los extremos que Cantor hab¨ªa suavizado: rechazo frontal a la legalizaci¨®n de indocumentados, nada de regulaciones, cuanto menos Estado, mejor. Ha sido el candidato perfecto de una corriente a la que algunos hab¨ªan dado por agotada precipitadamente y que ahora vuelve a situarse en el centro de los an¨¢lisis.
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Cantor ¡ªy el establishment que representa¡ª es la primera v¨ªctima de unas primarias que recuperan el espectro del incendio radical en las bases conservadoras; la segunda es la reforma migratoria que quiere aprobar el presidente Obama. La C¨¢mara, ya en manos republicanas, puede ser aun m¨¢s hostil a esa reforma tras las legislativas de noviembre.
Pero las consecuencias pueden ser a¨²n peores para el propio Partido Republicano. Sin un candidato moderado, sus posibilidades en 2016, que dependen en buena medida del voto hispano, se reducen mucho si se afianza la idea de que su objetivo es bloquear la inaplazable reforma migratoria. Por eso el resurgimiento del Tea Party se sigue con atenci¨®n desde la orilla dem¨®crata. No es lo mismo luchar contra un candidato conservador de amplio respaldo que contra uno que est¨¦ empujado por el ¨ªmpetu extremo del populismo libertario.
Sin establecer paralelismos entre EE?UU y Europa, en el espacio de dos semanas ha habido datos coincidentes sobre la radicalizaci¨®n de ciertas f¨®rmulas conservadoras. El Tea Party poco tiene que ver con el Frente Nacional franc¨¦s o el UKIP brit¨¢nico; pero conviene tomar nota de que estas y otras fuerzas tienen en com¨²n la voluntad de liquidar una forma de entender la pol¨ªtica que consideran inoperante y perteneciente al pasado.
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