El exilio por una cuesti¨®n de conciencia
Llevo nueve a?os trabajando como psiquiatra en el Sistema Nacional de Salud, pero por primera vez he tomado conciencia del desamparo en el que viven las personas que se encuentran en una situaci¨®n de gran fragilidad. Durante esta semana he tenido que abordar un caso de violencia intrafamiliar, la v¨ªctima posee un diagn¨®stico psiqui¨¢trico. En primer lugar, tuve que vivir la frustraci¨®n de que todos esos recursos que se presupone que existen para casos de violencia son falsos. Las ¨®rdenes de alejamiento tardan hasta 72 horas en ser emitidas, los alojamientos de emergencia son escasos y es necesario tener un perfil muy definido, no hay un servicio de acompa?amiento a las v¨ªctimas para realizar tr¨¢mites o simplemente para recoger sus efectos personales antes de instalarse en una nueva vivienda.
Resulta vergonzoso comprobar c¨®mo el Estado se gasta millones de euros en campa?as para la prevenci¨®n y la concienciaci¨®n, pero es incapaz de crear la infraestructura necesaria que garantice una cierta protecci¨®n. En este momento, me resulta absolutamente comprensible que a pesar de los esfuerzos realizados en apariencia, las v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero crezcan todos los a?os.
Mi segunda gran frustraci¨®n se ha producido recientemente. Me resulta profundamente decepcionante formar parte de una sociedad hip¨®crita, donde todo se camufla bajo discursos basados en lo pol¨ªticamente correcto. Siempre he ejercido mi profesi¨®n desde una idea de cambio y recuperaci¨®n, pero en este momento me resulta evidente que solo ejerzo un rol de agente de control social. Hace unas semanas el se?or Gallard¨®n en su reforma del C¨®digo Penal propuso el internamiento prolongado de pacientes psiqui¨¢tricos por peligosidad potencial, sin que hayan cometido ning¨²n delito. ?sa va a ser mi funci¨®n a partir de ahora, la gesti¨®n de cadenas perpetuas encubiertas de personas inocentes. Ante todo esto, lo ¨²nico que puedo decir es que si en momentos me plante¨¦ la emigraci¨®n como una opci¨®n econ¨®mica, hoy me planteo el exilio por una cuesti¨®n de conciencia.¡ª Ricardo L¨®pez Mateos.
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