?frica siembra tecnolog¨ªa
Los Tech Labs crecen en el continente. Adem¨¢s de centros de innovaci¨®n tecnol¨®gica, son viveros de emprendedores y nidos de transformaci¨®n social. Seis ejemplos.
¡°Si quieres ir r¨¢pido, camina solo; si quieres llegar lejos, ve acompa?ado¡±. Con este presumido proverbio africano, Karim Sy, fundador de Jokkolabs, resume la filosof¨ªa que hay detr¨¢s de la emergencia de los tech labs en ?frica. No es f¨¢cil explicar brevemente en qu¨¦ consisten estos espacios que se mueven entre lugares de trabajo compartidos, viveros de emprendedores sociales, centros de innovaci¨®n tecnol¨®gica y nidos de transformaci¨®n social. Sin una estructura definida, los tech labs son flexibles en todas sus dimensiones, hasta el punto de que, m¨¢s que establecimientos, son comunidades. En todo caso, su modelo materializa el ideal de una actividad econ¨®mica en la que los rendimientos no son lo m¨¢s importante y como prioridad se impone la aportaci¨®n a la sociedad.
Da la impresi¨®n de que este formato id¨ªlico en el que se abrazan econom¨ªa y transformaci¨®n social se reproduce por esporas. En menos de cuatro a?os han surgido y se han afianzado, aparentemente sin relaci¨®n, tech labs en la mayor parte de los pa¨ªses de ?frica subsahariana. Un reciente informe realizado por varios de estos centros con el apoyo del Banco Mundial ha contabilizado 90 espacios diseminados en 26 pa¨ªses de la regi¨®n. En el mismo momento en el que se hac¨ªan p¨²blicos los resultados del estudio, se pon¨ªa de manifiesto que se hab¨ªan quedado desfasados con el surgimiento de nuevos espacios y por algunos olvidos.
Con un panorama tan amplio y diverso, es evidente que no existe un modelo ¨²nico de tech lab. En unos se impone el car¨¢cter de centros de co-working (espacios de trabajo compartido) y en otros el de consultor¨ªa para emprendedores. Los hay vinculados a instituciones como universidades, de iniciativa privada de un emprendedor individual o impulsados por comunidades. Algunos se apoyan en la financiaci¨®n de organizaciones internacionales, mientras que otros apuestan por la viabilidad independiente. Algunos han arrinconado por el camino la dimensi¨®n social para primar simplemente el enfoque de negocio. Sin embargo, la mayor parte han mantenido intactos algunos rasgos b¨¢sicos de la idea original: el trabajo colaborativo, la gesti¨®n horizontal, el apoyo a la innovaci¨®n tecnol¨®gica o la voluntad de ayudar a construir una sociedad nueva, basada en la participaci¨®n de los ciudadanos ayud¨¢ndose de la tecnolog¨ªa.
Los tech labs han sido fundamentales en la expansi¨®n del ciberactivismo en ?frica y en la construcci¨®n de una conciencia de que las TIC pueden ayudar a transformar la sociedad. La sombra de estos espacios aparece en algunas de las iniciativas m¨¢s innovadoras y que ahora se se?alan como ejemplos. Los creadores keniatas de la plataforma Ushahidi, que se ha usado sistem¨¢ticamente para la monitorizaci¨®n de elecciones y como reacci¨®n social a desastres naturales, estuvieron detr¨¢s de la formaci¨®n del iHub de Nairobi. La iniciativa marfile?a de CIV2010 y, sobre todo, CivSocial y Wonzomai, como respuesta a la violencia poselectoral de 2010, se apoyaba en la estructura del tech hub de la organizaci¨®n Akendewa. En todo el entramado tecnol¨®gico para intervenir en las elecciones presidenciales de Senegal de 2012, una de las principales plataformas, SamaBaat, estaba impulsada por el tech lab Jokkolab. S¨®lo por poner algunos ejemplos.
Desnudo de reflexiones te¨®ricas, los tech labs son un espacio de encuentro de personas con inquietudes relacionadas con la innovaci¨®n tecnolog¨ªa y la transformaci¨®n social. En los centros, tienen acceso a las necesidades t¨¦cnicas para materializar sus inquietudes y adem¨¢s pueden recibir al asesoramiento y la orientaci¨®n de expertos. Pero lo m¨¢s importante es que sirven de punto de encuentro y que las reglas del juego incluyen el trabajo colaborativo y el intercambio de conocimientos. As¨ª la comunidad piensa en conjunto, cada miembro aportando una visi¨®n particular para crear una inteligencia colectiva. A efectos empresariales, esta din¨¢mica permite que se compartan proyectos y oportunidades de negocio. En el ¨¢mbito social, este sistema permite buscar soluciones colectivas y ¡°contagiar¡± el modelo.
El ecosistema de los tech labs africanos
1. iHub, Nairobi: Unos decanos en renovaci¨®n constante
En marzo de 2010, el equipo de Ushahidi, liderado por Erik Hersman, se embarcaba en la construcci¨®n del iHub en Nairobi, ellos mismos lo financiaban junto a la fundaci¨®n Hivos y Omidyar Network. Lo hac¨ªan despu¨¦s de que en una reuni¨®n los techies keniatas considerasen que necesitaban un espacio en el que encontrarse, tanto para relacionarse entre ellos como con los inversores potenciales.
Recientemente, el iHub ha sido considerada una de las 50 empresas m¨¢s innovadoras del mundo (concretamente, en el puesto 38) y la m¨¢s innovadora de ?frica. Es el reconocimiento a una trayectoria de cuatro a?os. Durante este tiempo, el centro ha sumado casi 15.000 miembros, algunos de ellos implicados en las 150 empresas que se han desarrollado. Nekesa Were es la directora de operaciones del centro y considera que el secreto del ¨¦xito del iHub es "dar espacio a las ideas de los miembros de una comunidad vibrante". "Saben que les daremos tiempo para trabajar en sus ideas y que les ayudaremos a impulsarlas", explica Were.
Los ¨¦xitos de esta experiencia han despertado el inter¨¦s de las grandes multinacionales que se acercan hasta los innovadores que trabajan en el centro. Sin embargo, la directiva del espacio tiene claro cu¨¢l es la prioridad y que no pueden modificar sus principios: "Tiene que haber una relaci¨®n de dos direcciones, ambos tienen que aportar algo a la otra parte, todos deben traer algo a la mesa. Los conocimientos y las habilidades tienen que ser compartidos". Nekesa Were considera que los tech labs, como el iHub, debe poner la tecnolog¨ªa al servicio de la sociedad aportando los instrumentos que "permitan (o empujen) a los gobiernos a comunicarse con los ciudadanos y viceversa" y "permitiendo controlar y denunciar los fallos en la prestaci¨®n de servicios".
Para conseguir este objetivo, Were considera que los tech labs deben "desmitificar lo que hacen para llegar a otros sectores de la sociedad y mostrarles que la tecnolog¨ªa se puede usar en muchos ¨¢mbitos como la educaci¨®n o la salud". Pero para que esta actividad pueda desarrollarse plenamente Nekesa Were, lanza una advertencia: "las infraestructuras deben ser una prioridad y cuando las escuelas est¨¦n construidas y la electricidad llegue a todo el pa¨ªs habr¨¢ m¨¢s oportunidades para identificar a los innovadores, aprovechar el talento y difundir la tecnolog¨ªa". Y se muestra esperanzada de cara al futuro: "Estamos aumentando las posibilidades de empleo de los africanos y mejorando las econom¨ªas locales. Pero, por el momento, s¨®lo hemos ara?ado la superficie".
2. Jokkolabs, Dakar: El referente en ?frica franc¨®fona
Karim Sy, quiso hacer un gui?o y favorecer que su ¨²ltimo proyecto emprendedor empezase con buen pie, por eso abri¨® las puertas de Jokkolabs en Dakar el 10 de octubre de 2010 (10/10/10). Y parece que ha dado resultado porque menos de cuatro a?os despu¨¦s se ha expandido a cuatro pa¨ªses m¨¢s y el centro ya tiene sat¨¦lites en Nanterre (Francia), Saint-Louis (Senegal), Bamako (Mali), Ouagadougou (Burkina Faso) y Abidjan (Costa de Marfil).
Seg¨²n explica el propio Sy, Jokkolabs naci¨® como un acto de responsabilidad. ¡°Como dec¨ªa Churchill ¡®ingresamos en un periodo de consecuencias¡¯. Estamos ante una crisis financiera planetaria y todo el mundo tiene que asumir los retos. Ya no podemos permanecer pasivos, cada uno haciendo su peque?o negocio. Hay un nuevo mundo que est¨¢ naciendo de la mano de las TIC y todos el mundo tiene que participar en ¨¦l¡±.
El esp¨ªritu de Jokkolabs es ¡°m¨¢s que un espacio¡± el de ¡°una comunidad de emprendedores que comparten valores de colaboraci¨®n y de apertura¡±, de ah¨ª la l¨®gica de expansi¨®n de los centros. ¡°Si queremos construir el mundo de ma?ana que va a ser m¨¢s justo, igualitario y portador de progreso tenemos que reflexionar todos juntos. Porque los problemas de hoy no se pueden afrontar en un lugar y no afrontar en otro. No se puede respetar el medio ambiente en un lugar y no respetarlo en otro. La realidad de las migraciones demuestran que se tienen que superar las fronteras¡±, reflexiona Sy para explicar las conexiones transnacionales.
El propio Sy acepta que estos espacios y las iniciativas que se desarrollan en ellos tienen que buscar la sostenibilidad en pro de la independencia, pero que la generaci¨®n de rendimientos no puede ser el ¨²nico objetivo. De la misma manera, considera que el trabajo colaborativo es una fortaleza: ¡°Los emprendedores tienen mucho m¨¢s que ganar trabajando en colaboraci¨®n con los otros que guardando sus secretos. Tendr¨¢n m¨¢s impacto y ser¨¢n m¨¢s competitivos que trabajando solos. En los casos en los que se est¨¢ trabajando con dinero p¨²blico, deber¨ªa ser obligatorio que el resultado fuese Open Source (c¨®digo abierto). Es la mejor manera de contribuir a la comunidad, de hacer que los resultados tengan un efecto multiplicador en otros trabajos¡±. Sy, se remite a la situaci¨®n actual: ¡°Cuando nos movemos s¨®lo por la l¨®gica econ¨®mica a un cierto nivel, se convierte en un problema incluso para la democracia¡±.
3. mLab, Pretoria: Centrados en el m¨®vil
Siguiendo un modelo previo desarrollado en Kenia y con la colaboraci¨®n de infoDev del Banco Mundial y el gobierno de Finlandia, en septiembre de 2011 se abri¨® el mLab ubicado en Sud¨¢frica. Este centro, a diferencia de los otros, est¨¢ orientado al desarrollo de servicios y aplicaciones destinadas al mercado de la telefon¨ªa, un mercado que, por otro lado, est¨¢ viviendo una expansi¨®n sin precedentes en el continente africano.
A pesar de que su enfoque es m¨¢s empresarial que el de otros tech labs, el mLab tambi¨¦n se apoya sobre los pilares del fomento de la innovaci¨®n tecnol¨®gica y del trabajo colaborativo. En el primer sentido, Derrick Kotze, director ejecutivo del mLab, explica que la principal fortaleza del centro es la propia comunidad de innovadores que trabajan en ¨¦l. Para completar el modelo de ¨¦xito, Kotze apunta al modelo de gesti¨®n "ligero y ¨¢gil, como el de las propias start-up (empresas tecnol¨®gicas reci¨¦n creadas) que apoya, que permite adaptarse a un mercado tan cambiante como el de la telefon¨ªa m¨®vil" y a las "grandes alianzas y la buena colaboraci¨®n con una variedad de expertos que permite ofrecer todo el apoyo a esas nuevas empresas innovadoras".
En el caso del segundo pilar, el trabajo colaborativo, Kotze confiesa que ese "es uno de los mayores problemas" a los que se enfrentan. "La gente ¡ªexplica el responsable de mLab¡ª a¨²n tiene miedo de compartir sus ideas, bien porque piensan que no es suficiente, bien porque creen que es tan buena que alguien se la va a robar". Sin embargo, cree que en una din¨¢mica de trabajo como la de los tech labs "la colaboraci¨®n es esencial", porque hacen falta profesionales de distintas disciplinas para sacar adelante una idea.
Kotze confiesa que a¨²n es necesario vencer algunos escollos para que la innovaci¨®n tecnol¨®gica despegue definitivamente en el continente, como el d¨¦ficit de infraestructuras, la formaci¨®n o el acceso a la tecnolog¨ªa que, en todo caso, ¡°est¨¢ mejorando muy r¨¢pidamente¡±. Cuando esas condiciones sean ¨®ptimas el responsable de mLab augura una doble dimensi¨®n virtuosa para estas iniciativas: ¡°Igual que las oportunidades comerciales mencionadas, se deben tener en cuenta las oportunidades de impacto social de unas empresas que no se construyen exclusivamente sobre la voluntad de lucro, sino que tambi¨¦n pretenden conducir al empoderamiento, la mejora y la creaci¨®n de una vida mejor.¡±
4. Co-Creation Hub, Lagos: La vanguardia en el gran gigante nigeriano
Despu¨¦s de varias experiencias previas y de algunos sondeos para ver el estado del panorama innovador nigeriano, Bosun Tijani y Femi Longe se decidieron en septiembre de 2011 a abrir un tech lab en Lagos. Se trataba del Co-Creation Hub (CcHub).
Tunji Eleso es el director del ¨¢mbito de pre-incubaci¨®n del CcHub (la fase inicial del desarrollo de las ideas innovadoras) y considera que el centro es ¡°un refugio seguro para un mont¨®n de gente que antes eran llaneros solitarios en su af¨¢n por cambiar la sociedad mediante la tecnolog¨ªa¡±. Y como ocurre en casi todos los casos, en el CcHub la comunidad ocupa un espacio central seg¨²n Eleso: ¡°Formar parte de la comunidad, permite a los miembros encontrarse con personas que tienen habilidades similares o complementarias y que puedan intercambiar con ellas consejos o ideas¡±. As¨ª los propios miembros son los que hacen crecer el capital inmaterial del grupo.
Para el CcHub el objetivo es ¡°resolver los problemas a los que se enfrenta la sociedad a trav¨¦s de la innovaci¨®n abierta¡± y para ello el centro es el lugar en el que se pueden encontrar los innovadores que han tenido las ideas, con los expertos que pueden asesorarles e incluso los ciudadanos, es decir, los usuarios finales. El apoyo a estos innovadores, seg¨²n, el directivo del CcHub es ¡°convertir esas ideas que solucionan problemas en negocios hechos y derechos¡±. Por ello, los elementos fundamentales del esquema son la comunidad de innovadores, el equipo de asesores ¡°experimentado y muy versado en los procesos de innovaci¨®n¡± y la posibilidad de que el propio espacio se convierta en ¡°un laboratorio de experimentaci¨®n para modelar las ideas y transformarlas en una soluci¨®n de mercado¡±.
Con este modelo, se han desarrollado, por ejemplo, BudgIT, una plataforma que permite la visualizaci¨®n atractiva del presupuesto de las instituciones p¨²blicas favoreciendo el compromiso c¨ªvico y la implicaci¨®n de los ciudadanos y fomentando el debate; Wecyclers, un sistema de fomento del reciclaje puerta a puerta que disminuye el problema de la recogida de residuos, sobre todo, en las ciudades y que podr¨ªa ser perfectamente exportable a otras urbes africanas (y de otros lugares del mundo); o Efiko, una aplicaci¨®n para el m¨®vil dise?ada para reforzar el aprendizaje de los estudiantes de educaci¨®n secundaria a trav¨¦s de un sistema de "clases particulares" y pruebas de autoevaluaci¨®n que no s¨®lo mejoran los conocimientos sino que aumentan la motivaci¨®n de los estudiantes.
Adem¨¢s del desarrollo de iniciativas concretas, el CcHub se plantea como objetivo reducir la brecha digital que en Nigeria impone la ¡°falta de formaci¨®n y el acceso a los recursos de los individuos que luego tienen problemas para ganarse la vida¡±, seg¨²n Tunji Eleso.
5. Hive Colab, Kampla: la colmena para hacer posible lo imposible
Mientras en Nairobi se estaba levantando el iHub, un poco m¨¢s al oeste, en Kampala, se estaba configurando el modelo del HiveColab. La iniciativa se apoyaba sobre la base de Appfrica, una consultora fundada por Jon Gosier para ayudar a empresas con investigaciones de mercado, desarrollo de proyectos y asesoramiento en la inversi¨®n. En 2010, Gosier se dio cuenta de que sin percatarse su actividad se hab¨ªa diversificado y decidi¨® donar la parte que se aproximaba a la configuraci¨®n de un tech lab a una nueva iniciativa, el HiveColab.
Para el impulsor y fundador de este centro, el potencial del proyecto ugand¨¦s descansa en "la gente", tanto en los innovadores como en el equipo que despu¨¦s se ha hecho cargo de la gesti¨®n cotidiana y que ha ayudado a orientar y asesorar a los miembros de "la colmena". Para Gosier, durante este tiempo se ha arropado a una gran cantidad de start-up que han podido desarrollar actividades diversas. En la mayor parte de los casos, las empresas ofrecen soluciones tecnol¨®gicas para problemas sociales, en unos casos, o para obst¨¢culos con los que se encuentran otros empresarios. Un ejemplo sencillo que plantea Gosier es la creaci¨®n de Women in Technology, una especie de divisi¨®n del centro orientado a acercar la tecnolog¨ªa a las mujeres.
Para el fundador de HiveColab la apuesta est¨¢ clara: "La tecnolog¨ªa est¨¢, cada vez m¨¢s, en el centro de todas las sociedades. As¨ª que el hecho de que estos centros (los tech labs) sean centros de innovaci¨®n y creaci¨®n de empleo, las sit¨²a en el centro del potencial de crecimiento de ?frica". Este potencial se apoya en un modelo de crecimiento muy concreto, el del Open Source (c¨®digo abierto), que se basa "en el intercambio y en el aprendizaje entre iguales", seg¨²n Gosier. Este modelo, seg¨²n este emprendedor, est¨¢ llamado a sustituir el de la ayuda al desarrollo, que "est¨¢ claro que tiene su propio espacio", pero que se ha mostrado "insuficiente para resolver ciertos problemas, como la creaci¨®n de empleo y de riqueza". "Se ha enviado mucho dinero a ?frica, pero la proporci¨®n que se ha dedicado a inversi¨®n ha sido muy peque?a", se queja Gosier.
El fundador de HiveColab se?ala que ¡°el ejemplo de los j¨®venes que est¨¢n teniendo ¨¦xito a pesar de las fuerzas que conspiran en su contra, muestra que los obst¨¢culos son completamente superables, aunque muchas personas los vean imposibles de superar¡±. Y para reforzar la importancia de la tenacidad de los emprendedores se remite a las palabras de Mandela: ¡°Siempre parece imposible, hasta que se hace¡±.
6. The WHub, Abidjan: un benjam¨ªn con mucha experiencia
Mohamed Diaby es un emprendedor y ciberactivista marfile?o, que despu¨¦s de a?os de preparaci¨®n y de dise?o de su iniciativa ha puesto en marcha The Whub, un tech lab situado en Abidjan, que sobre el papel empez¨® a andar en octubre de 2013, pero que lo ha hecho de manera muy discreta y todav¨ªa incompleta. En todo caso, en las actividades que se han organizado en estos meses bajo el signo de The Whub la respuesta ha sido esperanzadora.
Diaby explica que su objetivo es ofrecer a los emprendedores algunas de las cosas de las que no disponen ¡°formaci¨®n de base, la experiencia que les permita adaptar sus ideas a las exigencias de la competitividad internacional y acompa?amiento log¨ªstico y conocimiento en cuestiones administrativas o negociaci¨®n con inversores¡±. En definitiva, The Whub aspira a ser ¡°un punto de encuentro de innovadores para empezar a trabajar en proyectos comunes y en el que se ofrezcan recursos cualificados¡±.
Este emprendedor marfile?o conoce bien el ¡°ecosistema¡± de la innovaci¨®n y destaca que en ¨¦l se genera un ambiente de ¡°competitividad sana, pero no competencia¡±. La distinci¨®n que hace Diaby tiene que ver con el hecho de que los resultados y las ideas se compartan para regenerar ideas e iniciativas nuevas. ¡°A fuerza de discutir todo el mundo aprende un poco y esto no es habitual entre los emprendedores de otros sectores, pero compartir es la base de la econom¨ªa digital¡±, explica el marfile?o.
Lo m¨¢s atractivo de este ¨¢mbito para Diaby es que se combina una l¨®gica econ¨®mica con una social. "A trav¨¦s del desarrollo de estas ideas se pueden solucionar problemas de los ciudadanos, relacionados, por ejemplo, con la educaci¨®n (con formaciones on line gratuitas) o con el respeto al medio ambiente", dice Diaby. La fortaleza de los tech labs es que "sus impulsores conocen el modelo internacional y el entorno local y crean un modelo h¨ªbrido".
Para poner en marcha su proyecto Diaby ha seguido una estrategia muy l¨®gica, dentro del ecosistema de la innovaci¨®n tecnol¨®gica. El impulsor de The Whub se ha reunido con responsables de tech labs de todo el continente intentando buscar una f¨®rmula propia, "discutiendo, compartiendo experiencias y aprendiendo".
Un ecosistema interconectado
Para referirse al panorama de la innovaci¨®n habitualmente se emplea el t¨¦rmino ecosistema, precisamente porque todos los elementos est¨¢n conectados entre s¨ª y unos dependen de otros. Dentro de los tech labs, las relaciones entre los miembros son estrechas, tanto en lo que se refiere a autoformaci¨®n basada en compartir las experiencias de cada uno, como en intercambiar trabajos o participar en proyectos conjuntos. La voluntad es buscar complicidades y complementariedad.
Esa misma din¨¢mica se replica en las relaciones entre los centros, superando las diferencias fronterizas. Adem¨¢s de las relaciones informales y personales entre los miembros y los responsables de los diferentes tech labs hay una iniciativa de unificaci¨®n concreta. Se trata de Afrilabs, que re¨²ne a 25 de los centros africanos. Nekesa Were, directora de operaciones del iHub, explica la raz¨®n de ser y el funcionamiento de esta organizaci¨®n: ¡°AfriLabs existe para apoyar el crecimiento de las comunidades en torno a centros tecnol¨®gicos africanos y para estimular la expansi¨®n de la red, proporcionando herramientas y recursos para los nuevos y emergentes laboratorios. Lo hace proporcionando las mejores pr¨¢cticas, tutor¨ªas, oportunidades de contactos y otros recursos para emprendedores de alto potencial¡±.
Toda la corriente de los tech labs y el inter¨¦s que ha despertado en las compa?¨ªas transnacionales del sector tecnol¨®gico la innovaci¨®n en ?frica, ponen de manifiesto el potencial creativo que alberga el continente. Karim Sy, fundador de Jokkolabs, asegura que el ¡°el retraso tradicional de ?frica, se convierte en una ventaja, porque nos hemos acostumbrado a imaginar cosas sin la carga de los aprioris as¨ª que forzosamente tenemos la imaginaci¨®n m¨¢s rica y eso nos da una gran capacidad para innovar¡±. Diaby, de The Whub, a?ade que se ha instalado la din¨¢mica de ¡°desarrollar ideas sin necesidad de grandes fondos, sino compartiendo experiencias¡±.
El director ejecutivo de mLab, Derrick Kotze, considera que ¡°?frica ha demostrado tener capacidad para la innovaci¨®n con recursos limitados, y la falta de recursos ser¨¢ algo habitual en Occidente, por lo que los aprendizajes de ?frica ser¨¢n ¨²tiles¡±. Por este motivo augura un futuro esperanzador en este sentido: ¡°Hay muchos problemas que los africanos han experimentado y han encontrado formas de solucionarlos de maneras muy innovadoras. El mundo est¨¢ cambiando y algunas de estas soluciones tendr¨¢n relevancia en Occidente tambi¨¦n. ?frica est¨¢ creciendo muy r¨¢pido, mientras que gran parte de Occidente han mostrado una desaceleraci¨®n en el crecimiento, de manera que las empresas occidentales que buscan un nuevo crecimiento se fijan en ?frica¡±.
Los tech labs, adem¨¢s son una soluci¨®n africana para los problemas africanos, lo que parece un elemento de sostenibilidad, como se?ala el propio Kotze: ¡°Creo que el elemento m¨¢s importante y poderosa es que ?frica est¨¢ creando las soluciones para ?frica. Los ciudadanos africanos est¨¢n innovando y encontrado soluciones para sus propios problemas, en su propio contexto y para sus propias familias y comunidades¡±. En este aspecto coincide con Gosier, fundador de HiveColab: ¡°La mayor parte de estos centros se cultivan en casa y son una soluci¨®n africana a sus problemas de desempleo juvenil¡±. Todo eso sin contar con la capacidad para movilizar que ya se ha mencionado, como se?ala Tunji Eleso, el directivo de CoCreation Hub: ¡°En esta era de Internet y con la ubicuidad de los tel¨¦fonos m¨®viles, hay m¨¢s acceso a la informaci¨®n para las personas que normalmente no tendr¨ªan ese privilegio. Cuando pensamos en los temas alrededor de nuestras naciones como el gobierno y el desarrollo, las TIC han desempe?ado un papel importante en la toma de conciencia ciudadana acerca de las formas en las que pueden participar y la demanda para el buen gobierno y la transparencia activa. En los laboratorios de alta tecnolog¨ªa, hay un flujo libre de informaci¨®n y un grupo diverso de personas que discuten. Esto generalmente lleva a expresar e intercambiar opiniones que forman la base para las ciberacciones en el continente¡±.
Karim Sy resume el impacto de estos centros y de todo este movimiento: ¡°Normalmente se dice que ?frica no tiene nada que aportar, pero estas innovaciones demuestran que hay cosas que se construyen en ?frica y que pueden ser ¨²tiles en otros lugares, que ?frica puede aportar un valor a?adido¡±. Para Sy es fundamental trabajar en el contacto y la colaboraci¨®n entre los distintos centros, pero tambi¨¦n que los africanos se sacudan algunos complejos: ¡°Los africanos tienen que tener confianza en s¨ª mismos¡±.
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