Elogio del quiz¨¢s
Se tiende a la afirmaci¨®n tajante, a la seguridad personal, al aserto incontrovertible
El idioma espa?ol puede expresar casi todos los matices. A partir de una misma ra¨ªz ha creado llover y lloviznar; dormir y adormecer, adormilar y dormitar. La capacidad de la lengua para adaptarse a los rasgos de la percepci¨®n, para distinguir entre paraguas y sombrilla, entre alaz¨¢n y bayo, constituye un avance descomunal en el desarrollo humano. Igual que Twitter.?
Igual que Internet, igual que los blogs, y Facebook y el correo electr¨®nico.
Por la angostura de este espacio, daremos como expresados aqu¨ª todos los elogios posibles a las redes sociales, las bit¨¢coras, las ciberbibliotecas y cualquier veh¨ªculo inform¨¢tico inventado o que est¨¦ por descubrir. Frente a esa inmensidad de consecuencias positivas, reparemos en una menudencia.
Se trata, precisamente, de los matices.
Qu¨¦ lujo disfrutar del matiz, incluso de expresiones ambiguas como la de aquel ministro de Fomento, Jos¨¦ Blanco, cuando el 8 de agosto de 2010 dijo sobre una huelga de controladores: ¡°Mi paciencia es infinita, pero se est¨¢ acabando¡±.
La inconcreci¨®n est¨¢ prevista con parad¨®jica precisi¨®n en nuestra gram¨¢tica. Decimos ¡°algunos¡±, ¡°a veces¡±, ¡°quiz¨¢s¡±, ¡°tal vez¡±, ¡°es posible que¡±, ¡°no estoy muy seguro pero¡±, ¡°acaso¡±, ¡°a lo mejor¡±... Se han tipificado los condicionales, los indefinidos, los potenciales, los indeterminados...
El juego del 'tel¨¦fono estropeado'
As¨ª, algunas buenas personas tienen el cuidado de distanciarse a menudo de sus propias opiniones, y por ello se muestran m¨¢s proclives a reconsiderarlas. Gente que dice ¡°quiz¨¢s¡±.?Este vocablo se form¨® a partir del lat¨ªn qui sapit (qui¨¦n sabe). Y qui¨¦n sabe si se form¨® realmente as¨ª. Lo hemos deducido, porque ninguno de nosotros pisaba la Tierra cuando eso ocurri¨®.
Sin embargo, un tipo de lenguaje que se abre paso a veces en las redes sociales parece considerar poco la finura de los pinceles y quiz¨¢s prefiere optar por la contundencia de la brocha. Adem¨¢s, en verdad no resulta f¨¢cil trasladar la duda y la indeterminaci¨®n cuando el filtro es un mensaje de 140 caracteres, o un blog descuidado o una publicaci¨®n irresponsable.
Resalto la oraci¨®n ¡°se abre paso a veces¡±. A la cual se a?ad¨ªa que el lenguaje de las redes prefiere optar en sus juicios por las brochas y desde?a los pinceles. Pero que lo hace ¡°quiz¨¢s¡±. Es decir, se trata de una mera impresi¨®n del arriba firmante.
Antes de que nadie venga precisamente con la brocha, declarar¨¦ que s¨ª: que estos males ya exist¨ªan. Ahora bien, se quedaban en las hemerotecas; y la memoria selectiva los hac¨ªa desaparecer. Ahora las mentiras, exageraciones y deformaciones no mueren en Internet, salen a nuestro encuentro incluso cuando buscamos otra cosa. Y eso afecta a los personajes p¨²blicos, pero tambi¨¦n a los compa?eros del colegio; y a nuestras ideas sobre el mundo que nos rodea.
En ciertos textos cibern¨¦ticos, sobre todo los breves, se tiende a la afirmaci¨®n tajante, a la seguridad personal, triunfa el aserto incontrovertible. Y en algunos casos se va perdiendo adem¨¢s la literalidad distante de los mensajes originales.
Viejas costumbres de malos periodistas han generado alumnos diligentes, y el juego del tel¨¦fono estropeado se activa con cierta frecuencia en las redes. Si alguien dice (en una conferencia, por ejemplo) ¡°quiz¨¢s sea bueno esto¡±, vendr¨¢ un espectador que reproduzca: ¡°Fulano asegur¨® que esto es bueno¡±. Y si a?ade ¡°a m¨ª me fue bien hacer tal cosa¡±, otro lo replicar¨¢ as¨ª: ¡°Fulano dice que hay que hacer tal cosa¡±.
No se pretende aqu¨ª establecer una tesis a partir de estas conjeturas, sino s¨®lo sembrar inquietudes. Y expresar el temor de que en un segmento de nuestras comunicaciones se vayan conformando demasiados juicios sin matices, sin proporciones, sin rasgos, sin dudas, sin pinceles.
Larga vida, pues, a opiniones que incluyan ¡°quiz¨¢s¡±, ¡°a veces¡±, ¡°puede que¡±, ¡°algunos¡±. Larga vida a la duda y a la humildad en los juicios sobre el pr¨®jimo.
Larga vida a frases como ¡°lo m¨¢s probable es que depende¡± y ¡°lo m¨¢s seguro es que qui¨¦n sabe¡±.?
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