Grietas en el chavismo

¡°No podr¨¢n con nosotros jam¨¢s¡±, insist¨ªa hace algo m¨¢s de un a?o ante al cad¨¢ver del fallecido presidente Hugo Ch¨¢vez su sucesor Nicol¨¢s Maduro. El sentido de ese ¡°jam¨¢s¡± hay que empezar a verlo desde otra perspectiva a juzgar por la lucha de poder desatada en el seno del chavismo. El presidente Maduro destituy¨® la semana pasada al que hab¨ªa sido uno de los s¨ªmbolos del r¨¦gimen boliviariano ¡ªJorge Giordani, mentor de Ch¨¢vez y autor de la pol¨ªtica econ¨®mica que tiene a Venezuela sumida en su crisis m¨¢s grave desde hace d¨¦cadas¡ª en medio de un ambiente de cruce de cr¨ªticas y ajuste de cuentas.

El balance de Giordani tras 14 a?os al frente del Ministerio de Planificaci¨®n roza lo catastr¨®fico. A pesar de la fuente casi inagotable de divisas para el Estado que suponen los ingresos por el petr¨®leo, la poblaci¨®n sufre escasez de productos b¨¢sicos de todo tipo, desde los de primera necesidad en alimentaci¨®n e higiene hasta otros, m¨¢s metaf¨®ricos pero no menos importantes, como los ata¨²des; las infraestructuras se deterioran por falta de mantenimiento. La inflaci¨®n es del 60,9% anual, entre las m¨¢s altas del mundo; existen tres tipos de cambio de la depreciad¨ªsima moneda nacional; la pol¨ªtica de control de precios, nacionalizaciones y expropiaciones es imprevisible y los sucesivos experimentos socioecon¨®micos impuestos no han hecho sino empobrecer al pa¨ªs sudamericano y cerrarle progresivamente las v¨ªas de acceso al cr¨¦dito internacional.

Maduro, un dirigente con influencia relativa sobre las distintas familias del bolivarianismo, adopta la decisi¨®n de prescindir de Giordani apenas cinco semanas antes de que se celebre el congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela. El partido parece enfrentado en dos facciones opuestas, no tanto por cuestiones ideol¨®gicas como por un mero reparto del poder y sus beneficios. El presidente no puede culpar esta vez a la oposici¨®n democr¨¢tica de las convulsiones en sus filas.

La divisi¨®n del chavismo pone de manifiesto la urgente necesidad de negociar con esa oposici¨®n una salida a la crisis econ¨®mica y pol¨ªtica antes de que esta derive en una institucional de aun mayor calibre que la actual. Lo ocurrido demuestra una vez m¨¢s que es preferible dejar los experimentos econ¨®micos para los estudios te¨®ricos y no aplicarlos sobre un pa¨ªs y una sociedad sin calcular sus consecuencias.