¡°Siempre tienes miedo de morir¡±
Una mujer siria relata su experiencia desde que comenz¨® la guerra en su pa¨ªs hasta que lleg¨® a Espa?a
Mi nombre es Rudaina Al-Kindi, tengo 33 a?os, soy de Siria y llevo un a?o en Espa?a, en un centro de refugiados. CEAR me ha dado la oportunidad de dar voz a las personas refugiadas en Espa?a y voy a contaros mi historia.
Es muy dif¨ªcil contar tres a?os de guerra en unos minutos. Como sab¨¦is, la revoluci¨®n comenz¨® el 18 de marzo de 2011 en el sur de Siria, pero no en Damasco. Damasco comenz¨® a ser atacada por el ej¨¦rcito y los tanques el 1 de abril, en la zona norte, donde yo viv¨ªa. Era un vecindario en el centro de una zona militar. Las primeras seis personas que murieron en Damasco eran de mi barrio. As¨ª que fui testigo durante tres a?os, pero en otras zonas no pasaba nada.
M¨¢s tarde, las cosas empeoraron y, despu¨¦s de unos meses, nos dimos cuenta de que hab¨ªa escasez de gasolina, pan, leche, medicamentos y muchas otras cosas¡ Para conseguirlas ten¨ªas que hacer cola y esperar durante horas, despu¨¦s durante d¨ªas y, si al final las consegu¨ªas, eran muy caras. Muchas veces nos ve¨ªamos obligados a quedarnos en casa por los ataques¡ y adem¨¢s pod¨ªamos o¨ªr los bombardeos y los tiroteos durante todo el d¨ªa.
El n¨²mero de personas muertas y arrestadas crec¨ªa d¨ªa a d¨ªa. Pas¨¢bamos muchas noches temiendo que alguien viniera y nos matara; incluso, a veces, imagin¨¢bamos c¨®mo ser¨ªamos asesinados, si con un cuchillo o de otra forma, y a qui¨¦n matar¨ªan primero. No puedes imaginarte c¨®mo es la vida all¨ª, siempre tienes miedo de morir, de que alguien llegue y te mate o te viole, tienes miedo del hambre, de ver a la gente durmiendo en las aceras, de los cad¨¢veres en las calles devorados por perros¡ Y no cre¨¢is que exagero cuando digo esto. Hay tant¨ªsimos detalles, que no tendr¨ªa tiempo de mencionarlos todos y, al mismo tiempo, tampoco quiero recordarlos. La realidad es m¨¢s dolorosa de lo que veis en televisi¨®n.
Estamos en medio de nada: no podemos volver atr¨¢s y es muy dif¨ªcil seguir adelante
Antes de la guerra todo iba bien. Ten¨ªamos nuestros trabajos, nuestros estudios, nuestros amigos y nuestros hogares. Yo trabajaba para un Programa de Naciones Unidas de desarrollo en Siria. Y estudiaba derecho. Pero despu¨¦s de la guerra perd¨ª mi trabajo y no pude continuar con mis estudios. He perdido a muchos de mis amigos, algunos han sido asesinados y otros arrestados.
Abandonamos nuestra casa dos veces. La segunda vez ¨¦ramos la ¨²nica familia que quedaba en el edificio, que estaba rodeado por soldados, y en el momento en que decidimos irnos no pudimos porque hab¨ªan cortado la carretera y nadie pod¨ªa irse. Esperamos al d¨ªa siguiente y, cuando nos fuimos, se o¨ªan bombas por todas partes. Fue la ¨²ltima vez que vi mi casa. No pudimos volver y, hasta hoy, nadie puede entrar en esa zona. Lo dejamos todo atr¨¢s: dinero, ropa¡ todo. Yo solo cog¨ª documentaci¨®n importante. Cuatro meses m¨¢s tarde decid¨ª abandonar Siria y llegu¨¦ a Espa?a el 17 de junio de 2013.
He perdido a muchos de mis amigos, algunos han sido asesinados y otros arrestados
La historia no acaba aqu¨ª, sino que es justo donde comienza. La historia de ser una refugiada. De hecho, ser una persona refugiada no es una opci¨®n: nosotros nos vimos forzados a huir de nuestro pa¨ªs. Ahora estamos en medio de nada: no podemos volver atr¨¢s y es muy dif¨ªcil seguir adelante. De repente, un d¨ªa te encuentras en otro pa¨ªs, en otra cultura, con un idioma diferente y tienes que empezar desde cero. Tenemos muchos temores y muchas preguntas: ?nos aceptar¨¢ el Gobierno? ?Nos ayudar¨¢ m¨¢s adelante o no? ?Desde d¨®nde tenemos que empezar? ?C¨®mo podemos aprender otro idioma y encontrar un trabajo en unos pocos meses? ?C¨®mo podremos vivir una vez que abandonemos el centro de acogida de CEAR? ?Ser¨¦ aceptada por esta sociedad como una persona refugiada o no? Y quiz¨¢s esta sea la pregunta m¨¢s importante: ?c¨®mo ve la gente a una persona refugiada en general? Espero que se tengan en cuenta los problemas econ¨®micos, sociales y educativos de los refugiados.
Para terminar, lo que me gustar¨ªa decir como refugiada es que antes ten¨ªamos vidas normales, igual que t¨², ten¨ªamos trabajos, amigos, familia¡ Por supuesto, todos somos seres humanos a pesar de la nacionalidad, el idioma o la religi¨®n. Pero por desgracia, lo perdimos todo en cuesti¨®n de minutos y ahora no tenemos nada, solo nuestra esperanza de que todo ir¨¢ a mejor y trabajaremos duro para ser mejores. Y, como es normal, hay tres cosas que no le deseo a nadie, especialmente a los ni?os y ni?as: guerra, hambre y miedo. Eso fue lo peor.
No lo hagamos m¨¢s dif¨ªcil
Hacen falta cien mil firmas para que personas como Rudaina encuentren menos dificultades en su ya dif¨ªcil vida.? La Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR) lanz¨® en el mes de marzo la campa?a 'Esto hay que cortarlo' para pedir al Gobierno que retire las cuchillas instaladas en las vallas de Ceuta y Melilla y para exigir el cumplimiento de los Derechos Humanos. Por el momento, se han reunido 10.000.
M¨¢s de la mitad de las personas que entran en las ciudades aut¨®nomas proceden de pa¨ªses en conflicto y, por tanto, son susceptibles de pedir asilo, seg¨²n CEAR. Sin embargo, sostiene la organizaci¨®n, no hay ninguna posibilidad de pedir asilo sino despu¨¦s de jugarse la vida saltando la valla o ech¨¢ndose al mar.
"Pedimos que se cumpla la ley, porque Espa?a es un Estado de Derecho garantista y si se aplicase la ley no habr¨ªa ning¨²n problema; que se habiliten v¨ªas seguras para la llegada de refugiados y migrantes y que se habiliten puestos fronterizos para pedir asilo", se?ala Estrella Gal¨¢n, secretaria general de la organizaci¨®n
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Refugiados pol¨ªticos
- CEAR
- Siria
- Guerra Siria
- Asilo pol¨ªtico
- Refugiados
- Primavera ¨¢rabe
- Guerra civil
- V¨ªctimas guerra
- Oriente pr¨®ximo
- Revoluciones
- Asia
- Conflictos pol¨ªticos
- Guerra
- Conflictos
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n Estado
- Administraci¨®n p¨²blica
- Protestas sociales
- Malestar social
- Problemas sociales
- Sociedad
- En primera l¨ªnea
- Planeta Futuro