Da?o colateral
La mayor¨ªa las campa?as publicitarias con im¨¢genes exultantes de la selecci¨®n espa?ola ser¨¢ retirada sin remisi¨®n, con cargo a p¨¦rdidas
Siete goles en contra y cuatro a favor m¨¢s tarde, la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol vuelve de Brasil con la insatisfacci¨®n del deber castrado ¡ªllegar a semifinales ?qu¨¦ menos! calculaba la afici¨®n¡ª, medio equipo prejubilado y la idea a medio formar de que Vicente del Bosque debe conducir la primera fase de reconstrucci¨®n de La Roja. La eliminaci¨®n espa?ola tiene un impacto personal incontestable ¡ªalgunos jugadores han reflexionado sobre los trotes que pueden aguantar en el futuro¡ª y un da?o deportivo perfectamente descriptible: hasta un experto sembrador de ciza?a como Jos¨¦ Mourinho ha tenido a bien significar algo evidente, que la generaci¨®n de futbolistas que suceder¨¢ a los Xavi, Villa o Pujol es excelente. S¨®lo hace falta serenidad y no cambiar el paso. No es un objetivo dif¨ªcil, sobre todo ahora que en el Mundial ha cuajado la moda de las botas de distinto color, de forma que todos, jugadores y directivos, pueden distinguir f¨¢cilmente entre el pie derecho y el izquierdo.
No hay consuelo para la publicidad. Muchas empresas (empezando por Iberdrola, el patrocinador del equipo) han explotado la personalidad de los campeones de Europa y del mundo para anunciar sus productos y servicios. Cruzcampo, Movistar, San Miguel, Seguros Pelayo y Chevrolet han comprometido costosas campa?as publicitarias en las que el sobrentendido era el ¨¦xito del equipo. La imagen empresarial queda de alguna forma afectada por el desenlace, una posibilidad que siempre cabe en el deporte pero que en las empresas obliga a decisiones inmediatas dif¨ªciles de calcular. Una mayor¨ªa de esas campa?as con im¨¢genes de jugadores exultantes en busca de la segunda estrella mundial ser¨¢ retirada sin remisi¨®n, con cargo a p¨¦rdidas, antes de que se conviertan en un contrasentido chirriante.
Pero ?por qu¨¦ no reconvertir la publicidad triunfal en spots que, aceptando el rev¨¦s como impulso de progreso y forja de car¨¢cter, agradezcan a toda una selecci¨®n los a?os de ¨¦xitos y defiendan un futuro brillante, para el equipo y para el potencial comprador? Como ya insin¨²a Gillette con el Volveremos a lo McArthur.
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