El barrio de Valencia que puede convertirse en un ejemplo mundial
La ONU otorga un premio internacional a un proyecto para renovar un vecindario de Alfafar
Hay algo que diferencia al barrio de Orba, en Alfafar, a las afueras de Valencia, de cualquier otro construido al calor del desarrollismo de los sesenta. Lo distingue incluso de un vecindario pr¨¢cticamente id¨¦ntico levantado en la misma ¨¦poca en Sevilla por el mismo promotor, con los mismos planos e id¨¦ntico nombre originario: Parque Alcosa (acr¨®nimo del constructor Alfredo Corral, SA). Sobre el conglomerado de viviendas de la albufera sur valenciana hay un proyecto ¨²nico que ha sido galardonado con el premio internacional de Rehabilitaci¨®n Urbana en Edificaciones Masivas, una distinci¨®n concedida por ONU-H¨¢bitat por la que compet¨ªan otros 751 proyectos de todo el mundo.
El plan se basa en la ¡°revitalizaci¨®n de un barrio obsoleto de bloques de vivienda homog¨¦nea¡±, seg¨²n cuentan sus autores, Mar¨ªa Garc¨ªa y Gonzalo Navarrete, miembros del estudio de arquitectura Improvistos. El vecindario est¨¢ compuesto por una agrupaci¨®n de edificios semejantes, alineados en cuadr¨ªculas, en el que viven alrededor de 6.000 personas en solo dos tipos de viviendas distintas: una de unos 70 metros cuadrados (todas id¨¦nticas entre s¨ª) y otra de 90 (¨ªdem).
¡°Nos hemos basado en las experiencias de cohousing y vivienda colaborativa, que en Europa son m¨¢s frecuentes. En una comunidad de vecinos se pueden definir varios grados de privacidad y aprovechar zonas infrautilizadas, como las cubiertas para servicios comunes, o generar actividades econ¨®micas que financien parte de los cambios¡±, explican los arquitectos. Adem¨¢s de sitios vac¨ªos, el plan contempla, por un lado, aprovechar las viviendas desocupadas para crear lugares de uso vecinal, como pueden ser zonas de estudio o lavander¨ªas; por otro, tomar parte de la superficie de aquellos hogares cuyos inquilinos no precisan de tanto espacio. Se ganan metros cuadrados para la comunidad y el habitante ahorra en gastos.
Los creadores del proyecto buscan una distribuci¨®n que pueda evolucionar con sus habitantes: ampliaciones, anexiones de las viviendas contiguas, disminuciones. Hogares y personas se adaptan entre s¨ª (ver ejemplos concretos en la fotogaler¨ªa). Es un fen¨®meno que se conoce como arquitectura progresiva, la apropiaci¨®n de los espacios por parte de los usuarios. En lugar de comprar una casa con dimensiones invariables, en una parcela se pueden ir aumentando o disminuyendo las habitaciones y los lugares seg¨²n las necesidades y los recursos. En el caso de Orba, esto se traslada a los edificios: partiendo de la vivienda tradicional levantada en el barrio, Improvistos sugiere cambios que ¡°aumentan considerablemente la diversidad con un coste muy bajo y sin tocar los muros de carga¡±.
La descrita ser¨ªa solo una parte del proyecto, que va m¨¢s all¨¢: propone, entre otras muchas, medidas de eficiencia energ¨¦tica con recursos renovables; ordenar las improvisadas huertas que los vecinos est¨¢n creando en las parcelas que hay junto a una carretera y regarlas con aguas grises saneadas del propio barrio; rehabilitar edificios p¨²blicos o emblem¨¢ticos, como el antiguo colegio ¡ªhoy abandonado¡ª o el viejo centro comercial, que en su d¨ªa fue el n¨²cleo integrador del barrio y pr¨¢cticamente se est¨¢ cayendo a pedazos en pleno coraz¨®n de Orba. Para ¨¦l, los arquitectos proponen potenciar el uso asociativo que ya tiene y unirlo con un vivero empresarial que revitalice la actividad econ¨®mica de una zona con elevadas tasas de paro.
Porque el proyecto premiado es multidisciplinar, como el propio concurso exige. Valora cinco par¨¢metros: urbano (mejorar el espacio p¨²blico, la movilidad y promover la viabilidad cultural); econ¨®mico (introducir nuevas actividades, intervenciones agr¨ªcolas e identificar ¨¢reas de valor en funci¨®n del territorio); social (propuestas de g¨¦nero, seguridad y respeto por los derechos vecinales); medioambiental (sostenibilidad y promover un microclima a trav¨¦s de la vegetaci¨®n y de actividades agr¨ªcolas) y de participaci¨®n (contacto con instituciones y vecinos, promover la participaci¨®n empresarial e involucrar al ¨¢mbito acad¨¦mico).
Con todas ellas cuenta el proyecto que hace ¨²nico al barrio: ning¨²n otro de extrarradio de una gran capital espa?ola puede presumir de este premio. Pero m¨¢s all¨¢ de la distinci¨®n, ?va a transformarlo realmente? ?lo va a convertir en m¨¢s sostenible y habitable, como proponen los autores del plan? Lo cierto es que no est¨¢ nada claro. Por un lado, los arquitectos se afanan en aclarar que lo suyo es una propuesta abierta, fruto de lo que parti¨® de un trabajo acad¨¦mico y que despu¨¦s se convirti¨® en su galardonado planeamiento urbano. ¡°Es importante destacar que la propuesta que hemos desarrollado es solamente un ejemplo de la aplicaci¨®n de este sistema de intercambio y de creaci¨®n de espacios compartidos. Nos interesa trabajar con lo existente, tanto con el entorno construido como con el tejido social del barrio y por eso estas sugerencias buscan s¨®lo abrir posibilidades. Pretendemos continuar trabajando con los vecinos y los representantes pol¨ªticos¡±, matizan.
Sergio Miguel Guillem, concejal de urbanismo de Alfafar, se muestra abierto a estudiar posibilidades, a hablar con los vecinos y, de surgir consensos, buscar financiaci¨®n. Porque no hay que olvidar que el proyecto no parte del municipio, no tiene asignado presupuesto ni es una prioridad para el Ayuntamiento, seg¨²n reconoce el edil. ¡°Estamos trabajando en temas menos ut¨®picos, como la inauguraci¨®n del Ikea [el primero de la Comunidad Valenciana abri¨® sus puertas en junio en el t¨¦rmino municipal de Alfafar] o unas expropiaciones millonarias. Con todo ese trabajo, lo cierto es que solo hemos visto el plan por encima, pero trataremos de estudiarlo y hablar con los vecinos y la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia, que tambi¨¦n ha presentado iniciativas en el barrio¡±, explica Guillem.
Que el proyecto salga adelante depende de la voluntad municipal, el consenso y, sobre todo, de la financiaci¨®n
?Y los vecinos? La mayor¨ªa es completamente ajena a lo que sucede. El premio ha tenido escas¨ªsima repercusi¨®n en los medios locales y el Ayuntamiento tampoco se ha pronunciado oficialmente al respecto. As¨ª que no hay gran implicaci¨®n por parte de los habitantes de este vecindario, enclavado en un pueblo encajonado entre otros tres que forman parte del extrarradio de Valencia sin soluci¨®n de continuidad: en pocos metros a pie, de una calle a otra se cruza de Massanasa a Alfafar, de ah¨ª a Benetusser y, unos pasos m¨¢s all¨¢, a la capital de la provincia.
Pero hay una peque?a y activa minor¨ªa que s¨ª est¨¢ comprometida con el proyecto, que incluso ayud¨® a redactar con una mezcla de ilusi¨®n y escepticismo. Son los miembros de la Asociaci¨®n de Vecinos Parque Alcosa los Alfafares, un grupo de (en su mayor¨ªa) jubilados sexagenarios que durante la transici¨®n protagonizaron el activismo vecinal en la zona y que hoy siguen implicados con la vida del barrio, combatiendo y, seg¨²n asumen con iron¨ªa, ¡°perdiendo batallas¡±.
La ilusi¨®n viene por un proyecto nuevo, distinto, que pretende revitalizar el barrio y que tiene el ¡°gancho¡± de un premio internacional, seg¨²n cuenta Julian Moyano Reiz, secretario de la asociaci¨®n. ¡°Es una gran oportunidad, nos han hecho gratis un proyecto que podemos usar como queramos, cambiar y discutir, ser¨ªa una torpeza no hacerlo. Y el galard¨®n de la ONU es un incentivo para que busquemos una financiaci¨®n que de otra forma quiz¨¢s ser¨ªa imposible¡±, a?ade. El escepticismo llega de la mano de la actitud del Ayuntamiento. ¡°Hemos intentado hablar con ellos y de momento no nos han recibido, no nos hacen ni caso y solo se acuerdan del barrio cuando hay elecciones. No parece que tengan intenci¨®n de hacer grandes cosas¡±, lamenta.
Muchos factores tienen que converger para que el proyecto salga adelante. Primero, la implicaci¨®n municipal, despu¨¦s, el consenso con los vecinos y, sobre todo, el gran problema: la financiaci¨®n. Pero lo cierto es que este barrio humilde y tranquilo, cuya poblaci¨®n creci¨® r¨¢pidamente gracias la inmigraci¨®n que trajo el bum inmobiliario y decreci¨® al mismo ritmo despu¨¦s, tiene la oportunidad de convertirse en un ejemplo de transformaci¨®n para todo el mundo. Los cimientos los tienen. Y, seg¨²n la ONU, son bastante buenos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.