Casas calientes contra el fr¨ªo andino
Un proyecto para la mejora tecnol¨®gica de viviendas a casi 4.000 metros de altura en Per¨² consigue elevar 12 grados la temperatura de los hogares
¡°Ac¨¢ el sol es bien fuerte. No calienta, quema¡±, comenta Nancy Zamalloa mientras conduce por una carretera circundante al lago Titicaca que se sabe de memoria. Esta bi¨®loga hace todos los d¨ªas el recorrido que la lleva desde Puno (al sureste de Per¨²) hasta los diferentes emplazamientos donde la organizaci¨®n Kusimayo tiene frentes abiertos en este departamento andino. Durante el tiempo que ella y Joaqu¨ªn de la Piedra trabajaron juntos en una granja de truchas en la zona se dieron cuenta de las carencias que exist¨ªan en este rinc¨®n del pa¨ªs. Poco despu¨¦s nac¨ªa R¨ªo Feliz, que es lo que significa Kusimayo en quechua. Se trata de una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que desde el a?o 2008 desarrolla proyectos para mejorar las condiciones de vida de ni?os y adultos afectados por la pobreza y la desnutrici¨®n en Per¨². Hasta la fecha mantienen un perfil bajo, no hacen ning¨²n esfuerzo por aparecer en los medios de comunicaci¨®n porque, dicen, lo suyo es ayudar de manera desinteresada. Entrando en la ciudad de Lampa, Nancy sentencia: ¡°Esta es gente necesitada¡±.
La poblaci¨®n rural alto andina pasa por ser la m¨¢s pobre y excluida del pa¨ªs. Las bajas temperaturas provocan que haya una elevada tasa de casos de infecciones respiratorias agudas, la principal causa de muerte en ni?os en zonas rurales. Los hogares de muchas comunidades campesinas son incapaces de atenuar los estragos que derivan de las g¨¦lidas temperaturas. En la mayor¨ªa de casos las viviendas no cuentan con la infraestructura m¨ªnima para evitar el paso del fr¨ªo al interior de la misma, como puede ser el sellado de las puertas, ventanas y techo, que suele ser muy deficitario. A esta problem¨¢tica se suma el escaso acceso a la energ¨ªa, lo que se denomina confort t¨¦rmico. La gran mayor¨ªa de hogares cuenta con cocinas de le?a o bosta (excrementos de ganado), y se hace un uso ineficiente y contaminante de los combustibles. Peor aun, las casas no tienen chimenea, lo que se traduce en la inhalaci¨®n de humo. Kusimayo estima que respirar junto a una cocina de fuego abierto es comparable a fumar 20 cajetillas de cigarros al d¨ªa.
Nancy, Joaqu¨ªn y Laura Fantozzi se desmarcan de las acciones solidarias paliativas que realiza el Estado. El resultado de las labores en este sentido por parte del gobierno es, en ocasiones, inefectivo por la falta de recursos y la manera de hacer llegar la ropa y los alimentos. Nancy agarra con firmeza el volante durante el trayecto que discurre por la trocha de 14 kil¨®metros que une Lampa con Rivera Coylata. Por esa pista de tierra con baches se suceden perros que vigilan el ganado y marcan el territorio, una joven pareja con su hijo envuelto en una manta de vivos colores que contrasta con el tono pardo del altiplano y postes del tendido el¨¦ctrico que simulan cruces. 20 minutos despu¨¦s se alcanza la quebrada de Rivera Coylata (250 habitantes, 75 familias), con sus casas dispersas a ambos lados del r¨ªo y a 3.730 metros sobre el nivel del mar.
La comunidad de Rivera Coylata se intuye vac¨ªa. Se escucha el sonido de las hojas al moverse, el cacareo de las gallinas y el silencio. Mucho silencio. Al forastero la respiraci¨®n se le complica y el ox¨ªgeno parece escasear. Se adivina la llegada del fr¨ªo (es invierno en el hemisferio sur), a pesar de que los rayos del sol queman, como ya avis¨® la anfitriona. Kusimayo ha antepuesto la entrega de ropa de abrigo por la de implementar soluciones, como la del paquete tecnol¨®gico Casa Caliente Limpia desarrollado por el Grupo de Apoyo al Sector Rural de la PUCP (Pontificia Universidad Cat¨®lica del Per¨²), el cual pretende modificar las casas existentes mediante la instalaci¨®n de paredes calientes, el sellado de los techos y cocinas mejoradas para evitar la presencia de humo en su interior. Hasta el momento hay 10 funcionando, las del proyecto piloto que prioriz¨® los hogares que estaban en condiciones m¨¢s precarias. El objetivo es implementar otras 30 en 2014.
Viviana (74 a?os), Gabina (49) y Simona (68) son algunas de las vecinas que aparecen y conversan en quechua con Nancy. La presencia de hombres es reducida, casi todos est¨¢n fueran trabajando en las minas, en la recogida de alg¨²n cultivo o en la ciudad vendiendo. Las tres mujeres son beneficiarias junto a sus familias del programa Casas Calientes Limpias, por el que han conseguido incrementar la temperatura en el interior de la vivienda en 10 grados, adem¨¢s de eliminar entre el 70% y 90% de la contaminaci¨®n.
La temperatura en invierno en esta regi¨®n alcanza los 18 grados bajo cero. En el interior de los hogares, antes de la implantaci¨®n de las Casas Calientes, la temperatura era de -5 aproximadamente. Ahora se mantiene en torno a los siete grados. La directiva de la comunidad y la poblaci¨®n est¨¢n comprometidas con la implementaci¨®n del paquete tecnol¨®gico. La Comunidad Rivera Coylata aporta la mano de obra y los materiales: adobe, piedras. La madera y el policarbonato vienen de fuera. El interior del Muro Trombe (el ap¨¦ndice que se a?ade a la vivienda) est¨¢ relleno de piedras de r¨ªo de color negro para conseguir un mejor almacenamiento de calor durante el d¨ªa. Este sistema consiste en un recinto adyacente a la casa que tiene una pared expuesta al sol. Los agujeros puestos espec¨ªficamente en la pared del muro Trombe permiten que el aire calentado por el sol circule en la casa, a su vez el aire fr¨ªo vuelve a entrar al recinto expuesto al sol, proporcionando calefacci¨®n a la casa. Para el ¨¦xito de este implemento es importante aislar el techo con arpillera, un material local que tiene la funci¨®n de retener el calor transferido por el Muro Trombe en el interior de la estancia. El c¨ªrculo de estas mejoras que se aplica con el fin de calentar los hogares se cierra con la reforma de la cocina. La nueva estructura de forma triangular es amigable con el medioambiente, est¨¢ adecuada para cocinar, hace un uso eficiente del combustible y se convierte en una fuente de calor. Este tipo de tecnolog¨ªa se tarda dos d¨ªas en implementar y requiere el trabajo de un equipo mixto de cuatro personas, entre el personal t¨¦cnico calificado y maestros de obra, m¨¢s dos trabajadores de la comunidad. La supervisi¨®n y el control de calidad son llevados a cabo por ingenieros.
Gabina habla con Nancy acerca de un peque?o problema relacionado con el sellado de la pared de su casa. La representante de Kusimayo, a pesar de no dominar el quechua, se entiende con su interlocutora y quedan un d¨ªa de la semana que viene para sellar esa fisura por la que se filtra el frio en un lugar donde hace mucho, aunque cada vez menos.
Para saber m¨¢s sobre el trabajo de Kusimayo, consulte este enlace.
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